Ocaso Escarlata

Capítulo 1: Recuerdos

Han pasado cinco años. Las cosas han cambiado. Los recuerdos, frescos, aún la azotan, y la joven, ya adulta, desea regresar el tiempo. Sabe que no puede, las cosas serán igual, el Sol no calentará más mañana y la sangre, fresca y ajena, seguirá recorriendo sus dedos el día presente y el siguiente porque no renunciará.

Terminó con el cuerpo y de éste sacó el cuchillo con el que le había dado muerte a la oscura criatura.

El alto e imponente hombre se acercó a ella por la espalda. La joven sabía que la había observado todo el tiempo pero no dijo nada, no tenía caso. Limpió el ensangrentado cuchillo, se levantó y caminó hacia la ventana dándole la espalda al cazador.

-Veo que acabaste con él.-notó mientras recorría con la mirada el maligno cadáver.

Annete se dio la vuelta.

-Lo merecía.-habló con voz queda y ronca. Sus ojos casi volvían a ser del café rojizo que en realidad eran. El carmín, reflejando su furia, casi había desaparecido.

Logan la miró de arriba a abajo.

-Con éste van ¿ciento treinta y ocho?

-Ciento cuarenta y dos.-corrigió la chica sin permitir que se menospreciara el número de víctimas que llevaba.

Logan volvió a observarla en silencio. La chica tenía un aspecto salvaje.

-Tus ropas están manchadas.- señaló.-A Amelia no le gustará verte así.

Annete apretó la mandíbula pensando en lo poco que aquello le afectaba.

-No me interesa. Que se moleste si fuera su sangre hermana, no la enemiga.

Logan suspiró fatigado al verla darle la espalda de nuevo. Para ella sus palabras eran sordas.

-Lo que sea Annete, la sangre sigue siendo sangre, no dejará de oler a muerte.

La joven no quiso discutir más. Miró a su padre y volvió a mirar por la ventana el oscuro paisaje. Suspiró cansada.

-Me pregunto cuántos quedarán allá afuera.-pensó en voz alta más para ella que para el cazador.

Logan dio un paso hacia la chica.

-Creí que sólo te importaba encontrar a uno.

Annete apretó los puños con tal fuerza hasta el grado de temblar.

-Así es y cuando lo haga lo mataré...

Hubo un largo silencio.

-Se hace tarde, -el cazador pretendió mirar su reloj, aunque ya se imaginaba los números que vería señalados en éste.-Darío me espera para cenar.

-Te veo luego papá.

Logan se detuvo, esperando a que la chica lo siguiera y se incluyera en aquél plan. Ella no tenía intenciones de hacerlo.

-Todo el tiempo pregunta por ti, esperaba que hoy cenaras con nosotros, después de todo no será un niño por siempre.

Annete apretó los ojos, era consciente de ello.

-Tengo algo que hacer...

Logan se acercó a la salida rendido, era inútil insistirle.

-Es tu hermano. Al fin tengo lo que quería, tengo una familia. Me queda claro que no quieres ser parte de ella, aunque me gustaría que lo fueras.-suspiró, sabía que la siguiente comparación que haría la alteraría, pero debía de hacerla.-Carmen se fue y Amelia ha intentado reemplazarla y lo está haciendo bien.-le dio mayor énfasis a esto último.-He dejado de reconocerte...