Capítulo 5

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Volvieron al lugar donde ocurrieron los hechos por primera vez. A la luz del día podía ver lo cerca que el hotel estaba de sus autos y de donde todo había ocurrido.

Ella se adelantó caminando siempre delante de él . Pareciera que vinieran aparte.

Derek sólo la observaba pareciéndole patético su apresurado paso y actitud tan irritable casi todo el tiempo. Ella se movía de un lado a otro como desquiciada y con mala cara buscando información.

-Tal ves deberías irte si tienes tanta prisa.-aconsejó rogando que le hiciera caso y así poder deshacerse de ella.

Annete se volvió al escuchar su tono. Al mirarlo ahí parado con pereza se irritó más.

-Quedé que haría esto contigo. Dije que te ayudaría.

-Yo nunca te pedí que lo hicieras.-respondió sin moverse, no parecía querer buscar, no con ella ahí.

La chica lo ignoró.

No había ni rastro de sangre, uñas , dientes , ni ningún residuo humano.

-Se han de haber cambiado de zona.-murmuró.-¿A dónde habrán ido?

Tras dos semanas sin ningún rastro, comenzaban a cansarse de verse las caras.

Annete estaba muy irritable y por el contrario, Derek muy relajado y aburrido, tanto que ni hablaba. Ninguno disfrutaba de la compañía del otro.

Caminaron en el bosque. En el suelo, Derek vio un dedo humano. Se lo mostró, había marcas de dientes en él.

-Separémonos. Será más fácil que encontremos algo.- el cazador le dio la espalda con frialdad. Parecía querer alejarse lo más pronto posible de ella.

Cada uno buscó por su lado.

Vagó por un rato. No oía nada más que su respiración y de vez en cuando algún pájaro.

Sus sentidos se habían agudizado. Pensó en lo incómoda que se había vuelto esta búsqueda. Él no cooperaba en nada. La joven apretó los puños maldiciendo la hora en que prometió trabajar a su lado.

No pasó mucho tiempo cuando escuchó un fuerte ruido. Annete sonrió con malicia, extrañaba un poco de acción y además estaba sola y así era como mejor trabajaba.

Desde las alturas, en una larga rama estaba de pie observándola y percibiendo aquél delicioso aroma humano, el antiguo inmortal la observaba con curiosidad. No era la primera vez que percibía aquella esencia. Entrecerró los ojos preguntándose de quién podría tratarse y por qué le parecía tan conocida.

Miró a la criatura humana desde su posición. Cuando ésta se acercara más saltaría sobre ella y le rompería el cuello. El vampiro apretó los puños. Se acercaba el momento.

Annete miró hacia arriba, había visto una sombra, la oscura criatura era buena escondiéndose. Una hojas cayeron, miró hacia los altos pinos. El inmortal ya no estaba ahí. Era rápido. De reojo lo buscó sabiendo que estaba siendo observada.

El vampiro saltó con brusquedad. Ella dio un salto hacia adelante. Lo había visto hacer el movimiento. Sacó una daga con Paranesis y otro cuchillo más.

El vampiro se dio cuenta de que no era una mortal común y corriente. Le dio un zarpazo y ella lo esquivó.

Era ágil y estaba hambriento. Normalmente sus movimientos eran elegantes pero ahora estaba sediento. Volvió a atacar. La desarmó. Ella cayó y en el suelo lo volvió a esquivar.

Annete jaló de su negra cabellera, lo hizo mirar hacia el cielo y se encontró con aquellos brillantes ojos azul cielo con impresión. Su pulso se aceleró.

Ocaso EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora