Eran poco más de las nueve de la mañana y ambos estaban desayunando alegremente, el primero en despertarse había sido Dennis, quien estuvo dubitativo en si levantarse o no, pero al sentir cómo su cuerpo le pedía sustento, no tuvo más opción que hacerlo. En cambio, Winnie se despertó al no sentir el brazo de él alrededor de su cintura; se les estaba haciendo costumbre despertar de la misma manera.
Luego de comer procedió a lavar los platos y dejarlos en el carrito donde les había subido la comida, para que la mucama o el mesonero los recogiese al venir. Se acercó a la loba y le pasó los brazos por la espalda, dando suaves soplidos jugando con su cabello.
—¿Quieres hacer algo? —preguntó Dennis.
—Dormir —respondió Winnie, para luego dar un bostezo.
Él se separó, mientras ella se levantó y con toda la pereza del mundo se encaminó de nuevo a la habitación. Dennis la miró irse y no pudo evitar esbozar una sonrisa. El solo verla lo hacía feliz, soltó una risa silenciosa a la vez que negaba con la cabeza, de verdad tenía que amarla mucho para que ocasionara esas sensaciones en él. Caminó hasta su celular para mandarle un mensaje a Clarisse recordándole que le trajera el smoking de su hermano, Lucas; a los pocos minutos recibió respuesta. «A las ocho estaré allá.»
Después de eso se dispuso a ir con Winnie. Al entrar la vio echa bolita y envuelta entre la gruesa manta de la King Size, sintió el aire frío del aire acondicionado que había en la habitación, se frotó los brazos para generar un poco de calor y no dudó en meterse en la cama, bajo esa manta que de un momento a otro empezó a verse muy reconfortante. Con delicadeza se introdujo en la cama y se acomodó cerca de Winnie, quien al notar el movimiento de la frazada lo llamó, claro está, sin abrir los ojos.
—¿Zing-zing?
Dennis no respondió, solo pasó su brazo por la cintura de ella, acercándola, para luego resoplarle con cariño en la nuca, haciéndola reír. Aprovechó eso para repetir la misma acción ocasionando esta vez no una risa, sino unas suaves carcajadas. Hacía mucho tiempo que no jugaba con ella, y por suerte recordó lo cosquillosa que era.
Cuando Winnie se giró hacia él para evitar que le siguiera haciendo cosquillas, lo miró a los ojos con una sonrisa juguetona, ambos tenían ese brillo en los ojos que cuando pequeños. Dennis previó lo que ella haría, lo que sería lanzársele encima, mientras lo lamia y empezaba a jugar con sus rizos, se adelantó a eso y empezó a hacerle cosquillas por todo el cuerpo.
Los gritos de diversión y risas no se hicieron esperar, realmente extrañaba eso, divertirse con ella sin que nada les preocupase. ¿Cuánto tiempo pasó desde la última vez que la escuchó reír tan alegre? ¿Cinco, seis años? ¡Qué importa cuánto tiempo había sido! Ahora estaba reviviendo esos hermosos momentos, debía aprovecharlos.
De a poco la diversión se comenzó a convertir en una amistosa lucha por tener el control, Dennis trataba por todos los medios de que Winnie no se zafara de su agarre, pero con un ágil movimiento ella quedó sobre él, sujetándole las muñecas.
—Aún no puedes conmigo, risos de fresa —dijo guiñándole un ojo, mientras recuperaba el aliento.
Dennis aprovechó el descuido de ella y de un tirón se colocó arriba, afincó ambas manos a los lados de ella y le dio una mirada triunfante, seguido de una sonrisa burlona.
—Todavía tengo el toque... mi zing —alegó victorioso.
Winnie le sonrió derrotada y le pasó una pata por la mejilla; Dennis se le quedó viendo fijo, perdiéndose en el azul de sus ojos. Al sentir su pata acariciarle la mejilla, una leve descarga eléctrica lo recorrió y su pecho empezó a tamborilear con fuerza, y sin pensarlo dos veces estampó sus labios con los de ella. La intensidad del beso ocasionó que Winnie pasara sus brazos alrededor de su cuello, lentamente deslizó sus manos hasta su pecho y se dio cuenta de la rapidez con la que le latía el corazón a Dennis, aunque probablemente ella estaba igual. Con pesar, se separó de él para tomar aire.
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I'm in love with a monster
FanfictionDiez años han pasado desde que Dennis obtuvo sus colmillos, y de esos diez, cinco ha estado sin contacto con Winnie. Ahora, faltando cinco días para su cumpleaños número dieciséis, por fin, después de todo ese tiempo, ambos se reencuentran en el hot...