Dennis estaba con una calma que le causaba terror.
No tenía miedo, ni alguna emoción que se supone debería tener cuando tu suegro te encuentra en una posición tan comprometedora. Nada. Solo calma. Sonrió y saludó a modo de verificar la marea y ver si era seguro entablar una conversación con el lobo, pero Wayne no respondió. Mala señal.
Sintió cómo las patas de Winnie apretaron con más fuerza en su cuello, a causa de la impresión y de algún temorcillo oculto, aunque después de prácticamente gritar a los cuatro vientos lo que pasó en la fiesta al quitarse el collar, ¿qué le causaba pánico en concreto?
La miró y sonrió, tratando de calmarla un poco. Oyó unos gruñidos desde el umbral de la puerta, mas no volteó, solo mantuvo la mirada fija en Winnie y de improvisto le dio un beso, y al separarse escuchó la misma reacción en ambos lobos: un gritito ahogado.
Los ojos de ella estaban abiertos de par en par y, después de un segundo de asimilar lo sucedido, le lanzó una mirada horrorizada. La expresión de Winnie decía: «¿Has perdido la cabeza?».
Dennis sonrió y le guiño el ojo sin decir nada, en parte para garantizarle que no le pasaría nada (algo de lo que no estaba seguro) y en parte para reconocer que en efecto estaba loco (algo de lo que sí estaba seguro).
Oyó pasos, pero no prestó atención. Si Wayne no se le había lanzado encima y lo había rebanado en trocitos, era indicativo de que no estaba enojado. Giró a la puerta y vio que Wayne estaba a punto de explotar, mas algo lo detenía... no, alguien. Wanda tenía una sonrisa que Dennis no supo interpretar. ¿Ira? ¿Enojo? ¿Alegría? ¿Sorpresa?
Y allí, la calma que tenía... ¡puf! Se fue tan rápido como llegó.
La loba dio unos pasos hacia ellos y Dennis tragó grueso. Como un rayo se colocó la camisa y se sentó en el borde de la cama, apremiando con la mirada a Winnie para que se pusiera a su lado. Ella lo hizo, se sentó a su lado y, sabiendo lo que a ambos les vendría, se dieron las manos, entrelazando los dedos.
Wanda y Wayne terminaron al frente de ellos, mirándolos de diferente manera. Wayne lo mataba de mil maneras diferentes, en cambio, Wanda... bueno, no tenía rastro de emoción alguna, cosa que le puso la piel de gallina a Dennis. Había podido contra la maldición del collar de Winnie, había salido librado de que Wilbur se enterase en el hotel, había peleado contra Alexis y Bertrand, y logró despertar de un letargo que se suponía lo dejaría tumbado sin poder moverse. Había salido vivo de todo eso. ¿Por qué no iba a hacerlo esta vez? Es solo que... Wanda tenía una presencia que aún no dejaba cómodo del todo a Dennis. Si ella podía manejar a trescientos hombres lobos, sumándole su marido, se supone que era por algo.
—¿Interrumpimos? —sonrió Wanda.
—No, mamá —respondió Winnie—. Por qué lo preguntas?
Dennis tragó grueso, ¿es que Winnie no medía el peligro?
—No, porque parecían estar ocupados en...
Dennis y Winnie se ruborizaron y Wayne carraspeó.
—Vamos al punto, muchacho —dijo él—: ¿Cómo anulaste el collar de Alexis?
«¡Santa rabia! ¿Por qué tenía que preguntar eso?»
Sintió como si las mejillas se le fuesen a reventar de la pena, miró de reojo a Winnie y ella estaba igual o peor que él. Suspiró. Antes de responder miró a los ojos a Wayne, en los ojos del lobo había un brillo que le decía que en el fondo, por más enojado que estuviese, estaba disfrutando verlo así.
—Bu-bueno... y-yo y Winnie... e-este... ustedes saben —farfulló el vampiro.
Wayne sonrió desafiante. De verdad estaba gozando haciéndolo pasar esos momentos de tensión.
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I'm in love with a monster
Fiksi PenggemarDiez años han pasado desde que Dennis obtuvo sus colmillos, y de esos diez, cinco ha estado sin contacto con Winnie. Ahora, faltando cinco días para su cumpleaños número dieciséis, por fin, después de todo ese tiempo, ambos se reencuentran en el hot...