Odio

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Palabra que suena pesada para muchos. Totalmente censurada por otros. Pasa mucho que declaras odio y te miran cual enfermo leproso, incapaz de curarse. O tal vez te conviertes en el nuevo anticristo y sólo por eso, por decir que odias algo. La palabra en sí misma parece únicamente generar más odio. Suena malo, ilícito, imposible.

¿Y por qué odiamos? Las personas en general tienen razones que ellos consideran "de fuerza" como para llegar a ese rotundo sentimiento. Se dice que estás capacitado para odiar si se trata del asesino de algún familiar, o tal vez alguien que te haya hecho un agravio casi igual a lo antes mencionado. Suena fácil, sencillo. Entonces, ¿sólo odiarías al asesino de tu madre? Y si tu madre jamás es asesinada... ¿Nunca conocerás el odio?

Luego aparecen aquellos de una moral intachable que ni siquiera se detienen a contemplar el odio. ¿Por qué? ¡Porque directamente lo prohíben! Con esos vagos argumentos de que es un sentimiento muy tóxico, que infecta el alma, que no te deja respirar bien durante las noches y agreguen aquí una larga lista de afecciones. Una pregunta, una sola: ¿Ellos jamás han odiado?

Entonces deduzco yo que las personas intentan colocar el odio como un sentimiento lejano, casi prohibido, que con mencionarlo ya erizas la piel de varios. Pensemos un poco. ¿No se odia a ratos? A un político, a la gente que comúnmente denominan "mala", al que es desconsiderado, ese que sencillamente trae más obstáculos que soluciones. Estoy completamente convencida de que en algún punto tuviste que odiar a alguien, aunque sea un poco, porque el tema no es cantidad, sino que dentro de ti existiera ese sentimiento y que te encuentres en capacidad de admitirlo.

¿No libera el odio? Sí, yo diría que sí. Poder declarar, aunque sea en la intimidad de tu mente, que odias a alguien con el que no puedes más se traduce en un alivio increíble. Sin necesidad de presionarte a ti mismo a creer que el odio es un mal sentimiento, cuando en realidad ya lo estás sintiendo, ya lo estás pensando en lo más profundo. ¡Sí! Así como amaste, odiaste, es una verdad universal.

Y sí, quizás siendo un poco más honesto hacia los sentimientos propios la vida pueda mejorar, o no. Seguimos forzados a sonreír aunque nos desagrade, ¿no? 

Pero nadie está absuelto, todos odiamos alguna vez, ¿verdad? 

Un alma. Mil fragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora