Parte 23.0

318 25 30
                                    

Guren vio a sus dos hijos caminar por frente a su despacho en más de cuatro veces durante toda la madrugada, era como un desfile nocturno tradicional de las semanas de exámenes, por lo menos aquello le indicaba que esos dos aun le pertenecían, porque muy aún les seguía pagando la matricula de la escuela y porque por supuesto aun vivían bajo su techo. Pero la misma melancolía del final de año inundaba le inundaba pensado en que pronto los dos comenzarían su vida lejos del nido. Recargó los codos sobre su escritorio observando por la puerta abierta de su oficina en casa, el acabado de madera de su asiento le daba esa característica de autoridad y poder, pero en aquella noche parecía mas bien darle una imagen pequeña y paternal. Sus ojos lavanda se enfocaban en el pasillo, como esperando ver pasar a Yuuichiro de regreso de la cocina, esta vez quizá con un tazón de helado o un chocolate caliente, pero la verdad era que su mente andaba más bien por el futuro que deseaba aún estuviera lejos de ahí. El silencio de la casa sin duda era aterrador, lo sabía perfectamente porque cuando se quedaba solo ansiaba desesperadamente por la compañía de alguien, llegando a pensar que quizá seria egoísta hablar con Shin para que le visitara mas seguido, pero el albino también tenía una vida; Un dulce susurro de viento que se coló por la chimenea en la sala de estar se paseo tranquila y ligeramente por la casa tocando hasta el mas oscuro espacio de la casa llegando a la espalda del azabache de ojos morados que ahora escondía el rostro entre sus brazos cruzados sobre su escritorio, ya era alrededor de las 3 am pero el trabajo le impedía descansar tranquilamente. Aquel frio viento le erizó la piel haciéndole reincorporarse, debía seguir con el papeleo porque al día siguiente la junta no le permitiría ni un retraso pese a que la empresa era suya.

—Guren— dijo el chico azabache de ojos verdes desde la puerta —ve a descansar—

—Baka Yuu, si yo no trabajo quien los mantendrá— contestó tomando en manos el café que su hijo le extendía a sabiendas de su respuesta.

—No es como si necesitáramos de ti para valernos por nosotros solos— Yuu entrecerró los ojos y recargó su espalda nuevamente en el marco de la puerta, comentarios como ese no eran difíciles de escuchar en casa pero esa noche era totalmente diferente tal vez debido a la reciente melancolía de Guren por el síndrome del nido vacío. El mayor cruzó los brazos y se hecho sobre su asiento como si aquello no le afectara soltando una extensa sonrisa que no hiso más que molestar al moreno.

—Ya quiero verte en los primeros días fuera de casa, vendrás a mi rogando que te deje volver—

—Como si eso fuera a pasar—

—Pero Yuu— soltó relajando facciones —en verdad no falta mucho para ello— dijo bajando la voz en las últimas palabras. Ahora podía dejar salir, solo en un hilo de vos, aquello que no quería saliera de sí, porque de alguna manera debía mantener la figura de padre que todo lo puede. Sin embargo Yuu lo notó, era aquella mirada que muy pocas veces dejaba se formara en su rostro, aquella que le indicaba el ánimo decaído de su padre, y sabia a que se debía porque aunque el mismo quiso hacerse de la vista gorda hacía tiempo que había notado la causa de la ligera preocupación del mayor.

—N-no te preocupes, incluso si me voy de casa, no es como si me fuera a alejar de ti— murmuró Yuuichiro sonrojado tratando de no encontrarse con los ojos lavanda de su padre. —A-además, incluso si lo intentas, no podrás deshacerte tan fácilmente de mi, baka Guren—

El otro parpadeo confundido por un par de veces, cuando el menor quería ser lindo podía llegar a ser incluso aun más de lo que fue cuando niño, y pese a que no era algo que emocionara tanto al señor Ichinose, había algo en esa actitud que le reconfortaba. En un momento sus ojos se juntaron, fue casi como la primera vez que lo hicieron en el orfanato mientras las comisuras de sus labios se levantaban en una ligera sonrisa. Más tarde Guren de alguna manera evitaría evocar lo ocurrido, porque su orgullo estaría en peligro su Yoichi se llegaba a enterar de eso.

Volver a encontrarnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora