///Mika x Yuu, Lacus x Yoichi, Rene x Yoichi///
Mika, Yuu y Akane habían prometido siempre estar juntos, desde que se conocieron en el orfanato hasta la última ver que se vieron. Un buen adiós dejó libre a los dos chicos separándose para "jamás volv...
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La enfermería estaba llena de chicas que habían preferido, al igual que ellos, pasar la noche ahí. Al principio pensaron el dejarlo ahí, en una de las camas del lugar porque su estado lo ameritaba, pero desistieron después de que el azabache se escapara del lugar dos veces, primero porque sus ojos "vírgenes" no soportaban ver a las chicas así de cerca y en situaciones un tanto raras, y en segundo lugar porque estar en el consultorio era pase directo a una inyección del antibiótico que la enfermera ya había preparado en secreto. Por ningún motivo Yuuichiro se quedaría ahí.
Al final de cuentas fue en la habitación del asesor en donde pudo dormir tranquilamente.
Mikaela descansaba sentado en una silla colocada al lado de la cama, con los brazos sobre el acogedor colchón, había decidido quedarse despierto para velar por el sueño de su hermano, pero vencido por el cansancio se quedó dormido junto a este, arrullado por la lluvia cuando la tormenta caí del cielo nocturno en la ciudad.
En otro lugar no muy lejos de ahí (la sala de profesores) los cuatro chicos restantes permanecían en silencio mientras trataban de conciliar el sueño. Rene sobre un sofá individual, Kimisuki frente a Yoichi en un sofá dual, y Lacus semiacostado al lado de Yoichi en el canapé que usaban los profesores para descansar. Pero el frio invernal casi se sentía llegar, tanto que calaba los huesos de los chicos que tratando de conservar el calor se abrazaban a sí mismos disimulando la necesidad de contacto con alguien más. Aunque claro, a uno de ellos (Yoichi) no le resultaba hacer como que nada pasaba, después de todo la única ocasión en que pasó de frio ( una noche de invierno en una cabaña fuera de la ciudad) Yuuichiro había servido como abrigo para el castaño.
Kimisuki lo notó, que el ojipistache hacia muecas que a kilómetros se podían ver, suspiró y se cuestionó el porqué de la imprudencia del hijo de Guren al no pedir que alguien le abrazase. Lo decidió, que no podía verlo de esa manera, menos porque Yoichi era la persona que había querido desde el momento en que le conoció, así que tratando de no llamar mucho la atención se trató de mover con la intención de acercarse, pero su cuerpo de detuvo antes de que siquiera pudiera intentarlo, frente a este Lacus había acurrucado al castaño contra su cuerpo. Sin embargo no fue el único que se sorprendió por aquella reacción. Había alguien más que se sintió impotente al ver robada la única oportunidad para confortar al chico. Rene había buscado la mejor situación para comenzar su acercamiento, y ahí frente a él su amigo de años había tomado el momento más indicado para ello, mordió su labio inferior y actuó como si estuviera dormido, después de todo ese era el único secreto que había guardado a Welt, que había estado enamorado desde pequeño del chico de cabello castaño rizado.
Los ojos de Yoichi se abrieron de la impresión al sentir como el otro le tomaba contra su pecho y los colores le subieron hasta las orejas. No era la primera vez que sentía latir su corazón al cien a causa del peli morado, es más, no hacía mucho que había logrado entender lo que significaba el nerviosismo y las mariposas en el estomago con solo escucharlo hablar. Pero sentir el calor de su cuerpo era otra cosa, su pequeño ser estaba a punto de reventar de tantos sentimientos encontrados. Unas pequeñas lagrimas se asomaron por el rabillo de sus ojos, tanta era la emoción que su cuerpo no sabía cómo reaccionar, aunque la verdad no había mucho que hacer, quedarse de ese modo era la mejor opción.
