Parte 13.25

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La mañana parecía tranquila, los alumnos caminaban por la extensa explanada de los jardines en aquella facultad.

Ese día la clase de idiomas sería durante el segundo periodo, a eso de las diez de la mañana Mikaela y Rene se habían apresurado a llegar. Permanecieron sentados en sus lugares, el rubio en la cuarta fila de adelante a atrás, y el pelinegro en la quinta desde donde mantenía una plática normal con el chico de ojos azules, luego llegó Mitsuba, sentándose a tres sillas de Simm, después Shiho junto a Yoichi y Shinoa, y por último Yuu.

Todos hacían ruido en el lugar, hablando entre ellos de cualquiera que fuera la cosa que les diera la gana, hasta que la rubia de coletas habló, extendió un cuaderno demasiado femenino como para ser de ella y lo entregó a Rene diciendo que eran los apuntes que había tomado durante la clase a la que no asistió Lacus.

Yoichi levanto la mirada. Desde que llegó se había percatado de la ausencia del peli morado pero su timidez y miedo a que sus amigos se dieran cuenta de sus intenciones le impidieron preguntar, estaba preocupado, pero si Mikaela y Rene parecían estar tranquilos no había porque preocuparse.

—Gracias– respondió Rene tomando el cuaderno y guardándolo entre sus cosas.

—Es...to— dijo el castaño haciendo que la vista de los dos amigos se posaran sobre él. —¿Sucedió algo con Welt kun?

—Por la noche tubo fiebre y lo dejamos dormido– respondió Rene sutilmente.

—¡¿Fiebre?!–

—Vaya, eso explica porque sentía que algo faltaba – susurro irónicamente Yuu al oído de Shinoa haciéndola reír.

—Está bien, tardo mucho para conciliar el sueño así que solo necesitaba dormir unas horas más–

Yoichi bajo la mirada mientras Mikaela le observaba.

El oji celeste lo entendió y sonrió malévolamente para sí haciendo que Yuu le observara confundido. El rubio sabía que podía tener al castaño en sus manos si le sometía con chantajes, era tan fácil de predecir, así que ¿qué mejor que preparar el terreno? Tomo aire dispuesto a pedirle que fuera a cuidar de su amigo cuando el profesor entró y les pidió que guardaran silencio mientras pasaba lista.

Mikaela subió a la quinta fila disculpándose con Yuu, dijo que no podía dejar solo a Simm así que solo por esa ocasión se sentaría a su lado.

El salón estaba lleno de murmullos de esos en los que cuentas lo que hiciste durante la semana, o en los que te quejas de lo aburridas que son las clases, la puerta había permanecido cerrada desde que el profesor entró y para ese punto ya llevaban más de media hora en clase de lenguas.

Yuu dirigió la mirada atrás buscado el rostro del rubio, escucharle hablar francés era demasiado para su aventurero corazón, era tan excitante mover los labios de esa manera, y nadie mejor que su amigo de rubios cabellos para expresarlo.

Mika observaba el libro entre sus manos mientras estaba de pie ante su mesa, el profesor le había pedido que diera lectura a el poema de la pagina 183.

Yuu se ahogó en el deseo de probar sus dulces cerezas, más allá de su fuerza de voluntad perdió la concentración llenándose de la fiebre del momento, aunque sabía que no podía contra ello una parte de si pedía a gritos saltar sobre Mikaela y besarlo hasta dejarlo sin aliento, pero también sabía que era extraño, que lo que sentía no era normal, mucho menos porque eran conocidos como hermanos, si Mika se enteraba de sus sentimientos ¿le odiaría? Cual fuera el caso Yuu no se veía como un hombre saliendo con otro, aunque en el caso del rubio eso no le parecía descabellado. Volvió en si cuando la lectura se pausó, el profesor dijo que regresaría en un minuto y salió por lo que había olvidado, el grupo se juntó pidiendo a los extranjeros que les ayudaran con la pronunciación puesto que el examen estaba a la vuelta de la esquina, el salón se llenó de ruido, los alumnos estaban por todos lados y el profesor conectaba algo a su ordenador mientras la puerta se volvía a abrir.

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