Cazadores vs Brujas

Capítulo 17

Estuvieron en sintonía durante media hora. Lisette conoció a Augustin y Monique, dos chicos súper simpáticos que habían congeniado excelente con Aiden, se sintió más tranquilo al ver lo bien que se llevaban con la bruja. Dimitri y Phoenix estuvieron en lo suyo, probablemente poniéndose al día de infinidad de cosas que no pudieron contarse antes. Gaston y Kristen conversaban con Cassandra, Richard y Timothy.

Por otro lado, Lisette le había dicho que Louisa tenía una nueva presa, hablaba con Legend con una coquetería exquisita. Su cabello ondulado bailando al son del viento conducía la atención total a sus ojos caramelo, resplandecientes bajo la luz de la luna, combinados con una sonrisa llamativa y perfecta. Aiden no pudo evitar sentirse un tanto atraído. A Legend parecía no molestarle en lo absoluto.

Dominique estaba con Luca, Ashley, Connor y Mackenzie; Lindsay, con Lauren, Alyssa y Gaspard. Mientas que Nastya y Tyrell no se separaron el uno del otro en ningún momento. Todos estaban tan bien distribuidos que parecían casi amigos.

La calma, la paz y la vida color rosa llegaron al límite. Como era de esperarse, Nastya y Tyrell tuvieron un nuevo enfrentamiento. No duró lo suficiente, la bruja logró desarmar al cazador en cuestión de minutos. El enfado en los ojos de Tyrell no daba cabida a la imaginación. Alyssa a pesar de tener una sonrisa de orgullo en el rostro, se interpuso entre ambos antes de que Tyrell la embistiera, al igual que Legend, quien parecía con más ganas de ayudar a su hermano que de frenarlo; controlaron a sus respectivos hermanos antes de empezar su propia guerra.

Luego de aquello, no se permitieron perder ni un segundo más. Lisette le pidió a Luca que le entregara los mapas, el punto rojo sobre Sudamérica seguía pulsando. Se los entregó a Aiden, quien a su vez se los pasó a los Ellsworth, quienes se los mostraron a los demás cazadores. Los diez lograron verlo. Un pequeño espacio geográfico, una isla al lado de Brasil. ¿Era posible? Con toda certeza, el mapa lo indicada claro como el agua, como indicaba Mayfies al sur de Londres. Ubicado, señalado, creado. Una nueva ciudad. El nombre rezaba Tyggletown.

– ¿Qué ven? –Lisette tenía el ceño fruncido. A Aiden le entraron ganas de pasarle el dedo para hacerlo desaparecer. No lo hizo.

Observó a sus demás compañeros, tenían la misma impresión.

–Una ciudad –se aclaró la garganta–. Una nueva ciudad. Su nombre es Tyggletown.

– ¿Tyggletown? –Richard arrugó la frente–. Como la que mencionó Lady Mary.

–Donde está Nathaniel –agregó Mackenzie.

– ¿Ustedes sabían de la ciudad? –preguntó Gaston.

–Lo sospechábamos –Lisette se quitó un mechón de la frente con cierto cansancio–. Cuando obtuvimos el nombre y luego el mapa empezó a brillar... Lo único que necesitábamos para cerciorarnos era que ustedes vieran el mapa.

– ¿Llegamos hasta aquí sólo para ver un mapa? –preguntó Kristen, no sonaba alegre.

–No –se adelantó Cassandra, antes de que alguien más pudiera responder–. Ya que tenemos el mapa, lo siguiente es ir a la ciudad. Ahí es donde se encuentra la Dama Gris.

– ¿Cómo estás tan segura?

No respondió. No pudo. Una luz amarilla emergió de entre los árboles. Los cazadores se sobresaltaron. Los brujos, en cambio, se acercaron a la luz con seguridad. Aiden tomó del brazo a Lisette, en un intento de saber qué estaba pasando.

–No pasa nada –lo tranquilizó.

Del resplandor apareció el rostro de una mujer. Tenía arrugas alrededor de los ojos que no ocultaban el cansancio que le habían dejado las noches en vela. Aiden le calculó más de cuarenta.