Capítulo 27

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La despedida

Pasada la media noche, Lisette se despojó de su elegante vestido dejando en su lugar un pants de algodón gris y una sudadera blanca que le quedaba enorme por ser de Daniel. Se había soltado el cabello; los incontrolables largos rizos negros le caían por los hombros, con el usual mechón que se colaba por su rostro.

Se encontraba sentada en la terraza del Pierre Magique, observando toda la ciudad inmóvil a sus pies. La noche era cálida, por lo que su vestimenta le bastaba para no sufrir de hipotermia; no es como si realmente le importara, a estas altura solo quería mantenerse alejada todo lo posible de los demás.

Seguido de que la última luz se apagara, se sintió sola por completo. Y lo estaba. El pequeño triunfo que habían tenido al –en teoría– derrotar a la Dama Gris solo quería compartirlo con Allison y Daniel. Vaya desdicha, vaya injusticia que le impedía realizar los deseos más desesperados, profundos y testarudos de su corazón. Cómo era posible que la vida le jugara tan chueco para ella sobrellevar aquel desamparo, pues también su padre le había sido arrebatado de la manera más injustificable posible. Qué colmo tan grande el saber que su sangre estaba vinculada con la responsable de todas esas pérdidas.

Sin percatarse en ello, sin siquiera esperarlo, las cristalinas lágrimas empezaron a trazar su propio camino sobre sus mejillas, primero calmoso y luego torrencial. Lloraba porque estaba devastada, lloraba porque era la mejor manera para no gritar, lloraba porque aunque ese no fuera el caso, se sentía más derrotada que nunca. Se tomó la libertad de ser egoísta unos minutos al pensar en que ella debió salvar a sus amigos, no debió permitir que Daniel fuera hasta Mayfies sin importar lo que este protestara; no debió jamás contarle a Allison la verdad, y si en todo caso lo hacía, mantenerla a su lado para que su camino no se viera en la misma dirección que el de la Dama Gris. Necesitaba con todas sus fuerzas regresar en el tiempo para corregir todo lo que nunca debió pasar, y quizá así, ella estaría al lado de esas dos personas que por años no la abandonaron, fueron su soporte, sus cómplices, su familia.

Entretanto las lágrimas no cesaban, ella se quebraba por dentro. Pequeños pedazos de su sistema se desmoronaban de su posición habitual alborotando su interior, destruyendo pieza por pieza, órgano por órgano. Llevó sus manos a su estómago con tal que le fueran de ayuda para disminuir el dolor de hueco que no la dejaba respirar tranquila. Se lo apretaba con todas sus fuerzas reprimiendo el desconsuelo. No quería seguir llorando, sin embargo le era imposible detenerse. ¿Qué más daba? Podía llorar todo lo que le fuese factible porque la ausencia de esas personas no se superaba ni con un borrón y cuenta nueva; aparte de ello había sido lo suficiente competente para tomar una poción silenciosa, nadie que no estuviera a su lado escucharía sus gemidos de sufrimiento que estaba profiriendo aquella noche.

Así que lloró a más no poder. Lloró a los desconocidos caídos en la batalla contra los cazadores, lloró a los conocidos en su llegada a Mayfies, lloró a los cazadores que viajaron a Tyggletown solo para morir, lloró a su padre, no volvería a verlo sonreír, leer en el estudio, preparando el desayuno, llevándola al colegio para luego ir a cubrir su turno en el hospital. Lo lloró como nunca antes.

Lloró a Daniel, quien siempre estuvo para ella. Se colaba por el balcón de su casa en las noches misteriosas para comentar sus nuevas y fascinantes noticias del día: había pasado de nivel en el videojuego Fallout 4, Lynda –la chica que llamaba su atención desde cuarto grado– había hablado con él a la hora de salida o que Allison se había molestado con él por no acompañarlo a su intento de cita doble, Lisette siempre pensó que su amiga se enfadaba con él porque perdía su tiempo con Lynda y no con ellas.

A veces solo iba con la intención de estar en compañía, siendo hijo único prefería estar con sus mejores amigas que en casa aburrido. Hablaban por horas sobre cualquier tema de interés, no había persona en quien Lisette confiara tanto como en Daniel.

Cazadores vs BrujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora