Capitulo9
Se burla de mí, eso es más que evidente, todos ríen por lo que cierro los ojos respirando profundo para calmarme, cojo el arma del suelo alejándome un poco de mi caballo, trago saliva al torpemente colocarme en posición de combate, sin embargo eso desata nuevas carcajadas de los presentes.
―No lo matare si es eso lo que cree, esto no es más que una demostración ―Abre los brazos de par en par ―Alguien como usted no debería estar aquí, arriesga de forma innecesaria la tranquilidad del Conde y la estabilidad de la herencia Stone.
―Créame Milord ―Intento que mi voz salga clara pero no lo logro, esto me esta superando, por primera vez en mi vida estoy permitiendo que mis emociones me controlen y es que ¿Cómo podría ser de otra forma? Estoy en medio de miles de hombres que de seguro piensan que soy un chiste, alguna carga con la que tendrán que lidiar en el futuro y eso no es para nada agradable ―Hasta ahora lo que menos me ha preocupado es la herencia.
El hombre me observa con sorpresa, sonríe.
―Es increíble que un joven con su... aspecto, no sea ambicioso.
Bien bueno ¿Acaba de decir que soy desagradable a la vista? ―Incrédula alzo la mirada hasta el hombre que no deja de burlarse de mí ―Si, definitivamente acaba de hacerlo ―Ahora la sorprendida soy yo, fea siendo hombre cuando como mujer soy una de la más hermosas de la región ―Sonrió por eso, por lo raro que se sintió y al mismo tiempo tan... agradable, todos suelen alabarme por mi belleza, como una mujer ser frágil y delicada las hace tan atractivas como una flor en plena floración, en cambio como hombre eso es un problema muy serio, y más si eres necesario para la Guerra.
―Agradezco su preocupación, pero esto ―Me señalo completa ―Es algo que ni el dinero podría cambiar.
―Me han dicho que su prima, Lady Amelia tiene arte para eso, a lo mejor ella pueda ayudarle un poco.
Me quedo viéndolo fijamente ¿Qué yo tengo arte para qué?
―¿Mi prima? ―Enarco una ceja muy sutilmente porque realmente no comprendo a qué se refiere ―No lo comprendo.
―Se comenta que es hermosa como ninguna, no lo creí hasta que pude verla por mí mismo, en esa fiesta comprobé el porqué tantas alabanzas a tan bella dama, incluso quede decepcionado cuando su padre, el Conde Stone, rechazó mi propuesta.
―¿Su propuesta?
Él sonríe con algo de pesar, ladeo la cabeza con los ojos bien abiertos.
―¿Usted...?
―¿Por qué le sorprende joven heredero? ―Lamo mis labios y niego con la cabeza comprendiendo así que mi padre rechazó a pretendientes de los que no tuve ni oportunidad de escuchar ―Una dama como ella no debe ser ignorada.
Nunca supe nada de esto, ni siquiera recuerdo haber visto éste hombre antes de hoy.
―¿Sabe usted que ella ya contrajo nupcias? ―La pregunta sale de mis labios sin siquiera pensarla ―Hace unos meses...
Parece que un balde de agua helada cayo sobre él.
―No tenia idea ―Se aclara la garganta, sin previo aviso choca su espada con la mía demostrando así lo mucho que le molesta la noticia, retrocedo por el inesperado ataque sosteniendo el arma con ambas manos.
―Parece que el Conde te enseño bien ―Elogia con algo de asombro.
―Cuento con que así sea.
Ahora quien inicia el combate soy yo, mi pequeña estatura es una ventaja en estos momentos, esquivo su ataque con elegancia y sin que lo pueda evitar causo un pequeño corte en su brazo izquierdo, él se detiene en ese instante viendo el corte, posa su vista en mi arma y luego en mí.
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La hija del Conde: Cuando el corazón ama no hay desición que valga.
RomanceLady Amelia Clarendon, una dama de la nobleza Inglesa, hermosa, inteligente, decidida, testaruda y con un carácter fuerte, resignada a un matrimonio en el cuál esta lejos de ser feliz. Yendo en contra de lo que...