Dia 2. Observar e intimidar

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A la mañana siguiente me tome una tostada y fui a la cárcel de mi instituto para entrar en la jaula de mi clase. Noté en el desayuno un ambiente incómodo, incluso para mi. En fin, tampoco es que me importase, a penas escuche de lo que hablaban. Lo único que escuche es que mi hermana se había hecho un corte en la mano mientras dormía.

Cuando por fin llegué encontré un sobre en mi mesa.

"For a boring teenager." Para un adolescente aburrido...

Abrí el sobre, en él había una nota y una cuchilla de afeitar llena de lo que parecía sangre.
En la nota ponía "stalking you", acosandote en inglés. Aún tenia mala hostia de ayer y con un gran grito dije a los simios de mis compañeros.

-¿Quien es el gilipollas que ha escrito esto?

Nadie habló.

-¿No me oís? ¿Que quien coño ha escrito esto?

Recorría con mi mirada los pupitres y las caras de los demás, hasta que me di cuenta de que Jishiari Kadoku estaba sentado ya en su pupitre, leyendo, como siempre.

-¿Has sido tú Jishiari?

No apartó su mirada del libro.

-¿Tú tampoco me oyes?

Jishiari cerro el libro de golpe. Era el típico chico de pelo largo que de alguna manera engatusaba a las mujeres. Muchos de los retrasados de mi clase nos comparaban, pero lo cierto es que no nos parecíamos en nada.

-Lo cierto es que no pierdo el tiempo en tonterias como esa. Lo único que se es que antes un chico con una sudadera gris te lo puso en la mesa y se fue.

-¿Le viste la cara al menos?

-Me temo que no.

El profesor llegó en ese momento y empezamos la clase.
A la hora del recreo me acerqué a Jishiari para preguntarle sobre lo que había visto.

-Oye, Jishiari, me gustaría hacerte un par de preguntas.

-Vaya, no te esperaba tan interesado. Yo que tú pasaría un poco del tema. Probablemente habrá sido algún idiota con ganas de guasa.

-Si, puede que tengas razón, pero me gustaría partirle la cara a ese gilipollas. Llevo un año de mierda y me vendría bien desahogarme.

-Bueno, no esperes que te ayude a "partirle la cara a ese gilipollas". Pero si te puedo ayudar a encontrarle.

-¿ Y como, acaso eres policía?

-No- cerró el libro que leía- pero soy bastante listo.

Que arrogante e hipócrita puede llegar a ser...

-A lo que iba, ¿como era?

-Pues llevaba una sudadera gris y un pantalón vaquero largo y era delgado.

-¿Nada más?

-No, no logré ver más. La cara la llevaba tapada por la sudadera, y le quedaba tan grande que no pude ver el color de piel de las manos.

"Pues vaya mierda de información."Pensé. "Tal vez si llevo el sobre a la policía detecten las huellas dactilares... No, que gilipollez, ningún policía iba a investigar una estúpida broma de adolescentes. Jishiari lleva razón, debería pasar del tema y ya está. Solo estoy alterado por lo de ayer. Debo relajarme, olvidarme y seguir a lo mio.

Al volver a casa alguien me tiró una bola de papel. Cuando me giré vi que era Rinkalu Kitoku, una chica de mi clase, y a la que amaba. Realmente era de las pocas personas que no despreciaba. Era amable cuando debía serlo, y algo más seria cuando era la ocasión, simplemente perfecta.

-¿Que pasa, no te apetecía responderme? Llevo un rato chillándote y he tenido que tirarte ese papel.

-¿Que quieres?

-Tokuari me ha dicho que como vuelvas a tocar a quien tú ya sabes te va a matar.

Oh, Tokuari Kiarika, el matón del instituto. No es tonto, es más, es bastante inteligente, pero desaprovecha ese "talento" con la cocaína. Realmente es un desperdicio.

-Y ¿por que no viene a decírmelo en persona?
-Al parecer ha quedado con el resto de cocainómanos para una pelea. Con un poco de suerte le clavan una navaja y no vuelve.
-Por curiosidad, ¿no irá Minote también?

Minote Shikiki, una buena chica la verdad. Bastante guapa he de decir, e inteligente. Una lástima que se junte con ese gilipollas.

-¿Y que si va? Con aún más suerte también la matan a ella.

- Si te soy sincero, realmente espero que a ella no le pase nada. En el fondo me cae bien.

Tras un rato de conversación me invitó a comer a su casa. Yo, sin pensármelo demasiado, acepté la petición.
"Ahora que lo pienso... Últimamente todo el mundo me invita a comer a sus casas... Que cosa más rara."
Llamé a casa para avisar de que llegaría a la noche.
Ese día fue realmente hermoso. Pase todo el día con alguien que me caía bien. Por una vez en todo el curso me sentí feliz durante casi 10 horas.
Al llegar a mi casa noté que no había nadie.
"Joder, que suerte, no tendré que soportar las gilipolleces de ese viejo gordo otra vez..."
Subí a mi habitación y encontré un sobre parecido al que había visto esta mañana en mi pupitre.
Lo abrí y encontré otra cuchilla, esta vez repleta de pelos, de un pelo muy familiar además.
"Es el pelo de mi hermana..."
Acompañado de la cuchilla, nuevamente había otra nota.
"Look outside." Miré fuera, tal como indicaba la nota. En el muro que daba a la casa de enfrente ponía más palabras.
"Stalkink her... Foud her... Raping her and killing her." El teléfono fijo empezó a sonar. Fui rápidamente a cogerlo.
-¿Si?
Una voz distorsionada empezó a hablar desde el otro lado.

-Bueno, creo que a estas alturas ya eres consciente de lo que acaba de pasar ¿no?

-Devolvedme a mi hermana u os mataré.

-Vaya, a pesar de ser tan frío eres gracioso. En fin, creo que eres lo suficiente listo como para saber que quiero algo a cambio.

-Si buscas dinero vas jodido, estoy sin un misero yen.

-No no, te equivocas, no busco dinero, te busco a ti. Mañana no hay instituto, así que quiero que hagas algo... O la violaré y luego la mataré, tal y como te he dicho en ese grafiti.

SilkenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora