Capítulo 9

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Marisa empezó a caminar por las calles de la ciudad pensando en la disputa que habia mantenido con Clara, siguiendo haciéndose la misma pregunta una y otra vez. ¿Porqué su hermano se enfadó tanto con ella cuando la vio con Noé? Y ahora el como un tonto hace todo lo que le pide Clara sin importarle lo que sienta su hermano hacia ella, salvo comprobar que Edu siempre reaccionará ante sus encantos.
Marisa empezó a ponerse triste, su corazón se había encogido al enterarse que era un estorbo para su hermano. Sus lágrimas no tardaron en volver a parecer empezando a flaquear. El sonido de su móvil la alertó. Podría ser su hermano buscándola. Pero no, se trataba de Lisa que la llamaba preocupada. Marisa quedó con ella en un restaurante francés, justo el que tenía delante.

Marisa agarro varias bocanadas de aire antes de entrar en el restaurante. Sin duda, su día había empezado triste y podría acabar peor. Cuando Marisa entró en el restaurante, vio a lo lejos a Noé sentado con Hugo en compañía de dos modelos. Inmediatamente supo quien eran aquellas mujeres puesto que había trabajado con ellas.

Inexplicable su cuerpo se tensó percibiendo unos pequeños celos apretados contra su estómago. Si algo era lo que no podía soportar Marisa, era que la tratasen como una tonta. Y era justo lo que Noé estaba haciendo. Tampoco iba a consentir que le dijiera cuatro palabras bonitas y después verlo flirtear con otra mujer.

Encrespada, cogió aire y despacio lo fue soltando por sus fosas nasales. Sin ningún reparo se acercó hasta donde estaban ellos con la intención de hacerle entender a Noé que ella no es ninguna estúpida para caer en el embrujo de sus encantos.

Marisa & Noé

Bueno a pesar del día que llevo, por lo menos Lisa es compresiva y ha aceptado venir a cenar conmigo. Sin duda me hace falta  alguien  que me escuche. Camino hacia la barra cuando de pronto siento avispas revoloteando en mi panza.
Me corazón se queda quieto unos segundos mientras la sangre me hierve de ver a Noé tonteando con Carolina, una modelo que trabaja en el departamento de lencería.

Apreté mis manos tensando cada fibra de mis músculos, sintiéndome como una idiota fracasada de haber pasado por la misma historia dos veces. Primero Juan y después me he ido ilusionando de Noé, sus besos me volvieron loca tanto como para llegar a fantasear que lo hacía con él en una piscina, entregándonos a nuestra pasión.
¡Ah no! Esta vez no me van a ver la cara de estúpida. Pa' chula yo.

Buenas noches Hugo, cómo se encuentra.-Saludé primero a Hugo haciéndome la encontradiza, por su puesto con muy buenos modales.

Hola Marisa, qué casualidad ¿no?

Si, esto disculpe si le molestado, es que estaba esperando alguien y lo he visto y quería saludarte.

Ah. ¿Y quieres tomar algo?—Desde luego la situación no podía ser más incómoda. Creo que lo mejor es que me aleje, Noé apenas me ha dirigido la palabra, puesto que está muy entretenido con Carolina. (Pendón de niña de verdad).

Bueno, al ver que me ha salido el tiro por la culata, me marcho hacia la otra punta de la barra ha esperar a Lisa.

¿Noé se puede saber qué haces?

Pues pasármelo bien. No has sido eso lo que me has dicho. Pues justo es lo que estoy haciendo, pasándolo bien con Carolina.

Joder Noé deja de repetirte, acaba ahora mismo de irse Marisa y te ha visto con Carolina y no piensas actuar.

Qué quieres que haga, que después de enterarme que Edu es su novio le cante el ponronponpero.

De acuerdo, haz lo que veas conveniente. Yo voy a llevar a las chicas a su casa, si ha venido Marisa fijo que detrás viene Lisa. Nos vemos.

Agarro de nuevo mi copa de vino y me la termino de un trago. Mis ojos observan a Marisa y esa tristeza que la rodea, aunque mi orgullo no me deje ver con claridad, pienso que ir a escuchar a una persona es brindarle tu apoyo.
Camino hacia donde está ella sentada jugado con los hielos de su vaso vacío. Hago una señal al camarero para que nos sirva otra copa.

Estas muy sola Marisa.

—Será porque soy fea y gorda y nadie me quiere.

Desde luego uno no sabe por donde le va saltar Marisa. Me quedo fijamente mirándola de arriba abajo notando como mi corazón ha empezado a latir más intensamente. Agarro una banqueta y me siento al lado de Marisa. Dios mío, qué me ha está haciendo esta mujer que hace que me sienta prendado por ella. Me acerco a ella, tan cerca estoy que puedo ver como el tono de sus mejillas han cambiado, su espalda se ha tensado y pasa su punta de la lengua por sus labios. Ese gesto provoca una reacción inmediata de descontrol en mí.

Entonces mejor, a más me toca a mí.

-—¿Qué dices Noé?

Marisa yo no te veo ni fea ni gorda. Te veo una mujer hermosa, extravagante y desafiante.

Aaa. Pues tú estás para comerte y no dejarse nada.

¿Enserio que tú me comerías? Mira que estoy deseando.

Deseando era el verbo mas acertado. Nuestras narices estaban pegadas y en un breve movimiento besé a Marisa.

Maldito Robles eres una escoria.—Me gritó Edu agarrándome de mi camiseta por detrás y dándome un puñetazo.

Me incorporé enfurecido y más viendo como sacaba de un brazo Edu a Marisa. Mi hermana intentaba hablar conmigo pero ni le escuchaba. Ya de por sí que le tenía manía a Edu por ser el amigo de Naiya, ahora me viene con estas.
Salí a la calle dispuesto a enfrentarme a Edu. Al parecer Marisa se me adelantó.

¿Qué estas haciendo Edu?

Te dije muy claramente que te alejases de Robles y ahora te veo besuqueándote con él. Como puedes ser tan tonta Marisa y dejarte engañar de esa manera.

No soy estúpida Edu, y qué, acaso tú también me vas a prohibir todo en mi vida. Acaso no tengo derecho a descubrir las cosas por mi misma Edu, no te parece que tu protección te está llevando a la falta de confianza. –Miré a mi hermano a los ojos, necesitaba que confiara en mí y no me tratase como lo han estado haciendo mis padres. Como una mujer estúpida que no sabe nada y la va engañar.

Eduardo, dime algo. –Las pequeñas gotas comenzaron acumularse en mis ojos, agaché mis ojos mirando hacia el suelo desilusionada con el comportamiento de mi hermano. Unas manos me rodearon por detrás dándome un leve apretón en mis hombros.

Eduardo, si de verdad quieres a Marisa, debes confiar en ella, de echo ella no ha tenido la culpa de nada. He sido yo quien la ha besado. Sólo te pido que te fíes en ella, es una mujer muy inteligente y sabe lo que hace.

Marisa, tú eres así de especial. Ve con Eduardo y hablar, discutiendo no se solucionan los problemas.—Miré a mi hermano y a Noé, sus ojos verdes mi miraban con ternura, consiguiendo desactivar todas mis defensas.

Edu, lo siento yo...–Casi me costaba hablar de lo emocionada que estaba. Mi hermano y yo nos abrazamos como siempre lo hemos echo siempre para estar más unidos.

—Clara— Dije mientras me separaba de mi hermano para aclarar las cosas.—No me caes bien, pero si eres amiga de mi hermano también eres mía.

¿Tú hermano? —Dijo Clara asombrada.

Sí Clara, ella es mi hermana. No mi amante como dijiste.—Todos comencemos a reír menos Noé que le cambió su mirada, yo diría como más fría, más rencorosa. Mientras Clara se acercó a nosotros para disculparse, Noé se marchó. Lo observé como se montaba en su coche y se marchaba. Frunzo mi ceño preguntándome qué era lo que le había pasado a Noé para irse de esa manera, después de haber sacado la cara por mí y portarse tan bien conmigo. ¿Qué es lo que verdaderamente le pasa a Noé para encerrarse en su caparazón y no revelar sus sentimientos?

TÚ ERES ASÍ...Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora