Capitulo 27

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Marco el número de Noé una y otra vez pero no consigo que responda. Empiezo a desesperarme, es que a mi no me puede salir nada bien. Continúo conduciendo hasta que  veo un coche con las luces de emergencia puestas. No soy una experta en mecánica, pero tampoco queda de más echar un cable alguien. Paro mi auto, y cual es mi sorpresa que al bajarme del auto me encuentro con Caden. Me quedo un poco sorprendida, ¿Y este que hace aquí?

Me aproximo hacia donde se encuentra él y lo saludo, al parecer está esperando que venga la grúa para que se lleve el auto averiado.

―Buenas noches Caden, ¿Te ocurre algo?—Le pregunto para intentar simpatizar con él.

―Hola Marisa, pues mira que se me ha averiado el auto y estoy esperando la grúa para que se lo lleve. ¿Y tú que haces aquí?

―Pues mira, resulta que vengo de la finca de Noé, y tú mujer, no es por mal meter, pero ojo lo estúpida que es en ocasiones, me ha echado.

―¿Cómo dices?

―Lo que oyes. Que me da la sensación  que a tú mujer le falta un tornillo,  yo no le he hecho nada para que se ponga como una fiera incluso me ha llegado amenazar con impedir que Noé vea a su hijo si no me iba de la finca echando leches.

Veo como Caden se arrepesa al coche con signos de cansancio. Vuelve a mirarme e intenta decirme algo, pero al final se calla desviando su miranda hacia otro lado.

―Marisa es tarde creo que deberías irte.

―Eso lo tengo yo que decidir, ¿No crees? Además he venido auxiliarle. Así que mira por ahí viene la grúa y ya me encargo yo de llevarte hacia un hotel para que descanses.

Reparo durante los minutos que Caden habla con el señor de la grúa en su aspecto y en que hay algo que le preocupa. Y cómo yo soy asi de cotilla pienso sacarle información, si o si. Una vez que la grúa se lleva el coche de Caden, este se monta en mi auto pasando sus manos por su cabello soltando el aire acumulado. Necesito hablar con él, pero en estos momentos lo mejor es conducir en silencio y que sea él quien empiece la conversación.

―Marisa estoy preocupado por Naiya, no sé qué le ocurre, de un tiempo a esta parte la noto cambiada. A veces pienso que es porque pasamos mucho tiempo trabajando juntos, otras porque pienso que necesite su espacio, intento ayudarla con los niños, la empresa...sé que es difícil pero no entiendo que le pasa exactamente y ya comienzo a desesperarme.

―Me alegro que hayas sacado el tema. No quiero mal meter en tú matrimonio. Pero yo pienso que el problema es que Naiya guarda mucho rencor hacia Noé por todo el daño que el causó, que no la justifico, pero eso la está llevando a querer manipular a Noé a través de su hijo. Y desde mi punto de vista se está equivocando. Todos cometemos errores, Noé, yo, tú...todos...pero aún así tenemos derecho a que nos escuchen y nos den una segunda oportunidad.

Llevas razón. Por un lado yo amo a mi esposa con todo mi corazón, y sé que el egoísmo de Noé lo llevó a cometer muchos errores. Como también digo que de un tiempo a esta parte Noé ha cambiado y se merece​ que lo escuchen. Yo antes de conocer a Naiya me encontraba en una situación triste y siniestra. Y sin embargo Naiya me rescató de esa sombría que veía imposible salir. Y ahora veo que tú haces lo mismo por Noé, sólo espero que recapacite y al igual que yo encontré la felicidad, él también la pueda encontrar.

Asentí con mi cabeza con una leve sonrisa a Caden, de alguna manera sus palabras me reconfortaba al igual que me hacían de pensar. Nada más llegar al hotel me despedí de Caden y me marché hacia el piso de mi hermano. Me encontraba tan agotada que lo único que podía pensar era en darme una ducha y descansar.

TÚ ERES ASÍ...Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora