-De acuerdo. Te veré junto a la fuente en diez minutos. Podemos pasear juntas hasta el campo de béisbol. Espero que esté abierto... me gustaría ver el césped.
-Eso me temía -musitó Jo.
-¿Qué?
-Nada. Te lo explicaré cuando nos veamos.
El agua de la fuente se elevaba y danzaba en la desembocadura del canal. Con el frío invernal aumentando cada día, cada vez se veía a menos personas sentadas en los bancos allí alineados. La ciudad iba a drenarlo pronto. Seco, siempre se veía muy extraño... un simple lecho de cemento. Pero a pesar de la temperatura, a Katniss le parecía que esos bancos de madera siempre las invitaban a Jo y a ella a sentarse, a mirar el paisaje y a charlar.
Katniss llegó antes a su asiento habitual, pero no tardó en ver a su amiga con dos sándwiches en la mano.
Jo se dejó caer junto a ella y no se anduvo con rodeos. -Dime, ¿en qué mundo has estado viviendo últimamente?
-¿De qué estás hablando?
Su amiga asintió. -De acuerdo, si es así como quieres jugar. Pero no te va a funcionar. No voy a dejar que te hagas la tonta y evites contarme la verdad.
-Nunca me hago la tonta.
-¿Sabes? Tienes razón, y eso es lo que asusta. Estás haciendo un montón de cosas que no solías hacer... incluido acostarte con tu jefe.
-Eh, hace una semana estabas a favor.
-Escúchame, Katniss. Escúchame con atención. En aquella fiesta, te sucedió algo extraño. Al principio pensé que los intentos de Gale por hipnotizarte no funcionaron, pero ahora... Santo cielo, hermana. Sé que todo es verdad.
Katniss luchó contra la bruma de la amenazadora verdad. -En aquella fiesta no me pasó nada. Apenas la recuerdo de lo aburrida que fue. Casi nada más entrar, nos fuimos. Si las cosas son distintas, atribuye los cambios a lo que hablamos antes. Mi vida está cambiando. Quiero a Peeta en ella. Como el enfoque no tan sutil no funcionaba, tuve que poner el asunto en mis propias manos. Y es estupendo. No puedo creer que haya esperado tanto. Piensa en el tiempo que perdí y en el que podría haber estado disfrutando de un sexo estupendo. ¿Quién se niega algo así? ¿Quién ve como un desafío comprobar el tiempo que es capaz de resistir la tentación? Es una locura.
-Es madurez emocional. Katniss sacó la lengua.
-Paso de la madurez.
Johanna le tomó las manos. -Escúchame. Te hipnotizaron. Te van a despedir. ¿Me entiendes? Asintió y contempló los sándwiches en la mano de su amiga.
-Sí. Lo entiendo.
-Eso es un alivio.
-No olvides que yo descubrí el timo de la hipnosis. Lo que hizo Gale no funcionó.
-Vale, ¿sabes qué haremos? Por el momento, dejaremos el tema. Tengo hambre. El que no tiene tomate es para ti.
-Cuando terminemos, vayamos a esa pequeña tienda de lencería. Quiero algo que vuelva loco a Peeta.
Johanna la miró unos momentos, y le preguntó: -Dime, ¿tienes un extraño deseo de ver el campo de béisbol?
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Como Seducir Al Jefe
RomansaSer mala podía llegar a ser algo muy, muy bueno... Era la ayudante perfecta, o al menos lo fue hasta que accedió a que la hipnotizaran durante una fiesta. De la noche a la mañana, la eficiente y recatada Katniss Everde...