VI

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Me conocías de sobra, y sabías como era. No te cogí el teléfono y eso hacía que te plantaras en mi casa a las dos de la mañana.

No pude evitar reírme, al verte completamente empapado, con una sonrisa de oreja a oreja, y una carta en las manos.

Me pedías perdón por no estar tan pendiente de mí, yo te comprendí. Y me sentí feliz contigo, como si nada hubiera pasado.

Al fin de cuentas soy esa chica depresiva que solo quiere ser feliz un rato.

Te invite a subir, sabías que mis padres nunca estaban en casa... y ahora, me atrevía a contarte por qué... Mi madre trabajaba por la noche, y mi padre se marchó hace tiempo.

Me llamaste valiente, y me volviste a rodear con tus brazos.

Aquella noche dormiste conmigo, después de ver aquellas películas de miedo que tanto nos gustaban.


La chica depresiva. #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora