Estábamos en clase escuchando una charla infernal sobre el autoestima y lo malo que era... bla bla bla. Desconecte, como siempre, y no era porque no quisiera escuchar eso, quizás me vendría bien comprender que debo quererme a mi misma, era simplemente que no podía escucharlo.
Me sentía tan vacía, tan dolorida... como un sentimiento agónico que no tenía nombres ni etiquetas, mas doloroso de lo que puedo recordar y mas intenso de lo que os puedo llegar a trasmitir.
Dolía, y dolía en el alma, el peor de los dolores.
Mire por la ventana, la idea volvió a surgir por mi cabeza.
Hazlo.
Hazlo.
No, no, otra vez no...
Miré mi muñeca intentado rencontrar el camino en mi mente, pero solo surgía la idea de volver a hacerlo.
Hazlo.
Hazlo.
¡Basta!
Intentaba gritarme a mi misma, pero la idea cogía cada vez mas forma en mi cabeza, y no podía pararlo, era un sentimiento reconfortante en medio de tal congoja y eso hacía de una idea mortal... la mejor de las ideas.
Una mano me saco de mis pensamientos, y eras tú.
"No lo vuelvas a pensar." Me dijiste, con la voz entre cortada, tus ojos marrones casi negros chocaron con los míos.
"Sácame de aquí..." Solloce. No sé como me llegaste a escuchar pero metiste mis cosas en la mochila dejándolas caer, la cerraste y cogiste la tuya haciendo lo mismo. Pusiste ambas a tu espalda.
"Ven." Agarraste mi mano y tiraste de mi. Todo el mundo nos comenzó a ver...
¿Cuándo había llegado la hora del recreo? ¿Por qué me salvabas? Ellos no me quieren... tú tampoco, aunque lo digas... Dy, déjame morir.
"Vamos." Volviste a murmurar como un caballero de brillante armadura que rescataba a su princesa de la soledad.
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La chica depresiva. #Wattys2017
Short StoryDecías que eran mis manías las que me hacían especial, mis gustos diferente, y mi personalidad única... Decías que había que comprenderme, que era una gran amiga, y que necesitaba de alguien que supiera tenerme. Decías que era bonita, intelige...