LXXXVII

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Me empujaste hasta chocar contra la pared del gimnasio. Sabías que nadie nos vería en este callejón... Era el de las pellas, ese donde todo el  mundo iba a saltarse clases, y el conserje no se pasaba a ver porque no le merecía la pena trabajar tanto.

"¿Por qué lo supiste?"

"Porque llevabas dos días sin dirigirme la palabra desde que sabías aquello... y pasabas varias clases mirando tu muñeca... hasta que empezaste a temblar."

"¿Temble?"

"Sí..." Me apretaste contra tu cuerpo, y tus manos fueron a mi cintura, acariciaste todo el contorno mientras que yo únicamente te miraba, con ojos llorosos, esperando que acabaras. "¿Qué tengo que hacer para que se te quiten esas ideas?"

"No puedes hacer nada..."

"¿Qué te duele, Alle? ¿Te duele que no nos hayamos acostado?" Tu voz sonaba desesperada.

"Me duele que aunque digas que me quieres sea tu última opción."

La chica depresiva. #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora