Antes de las cartas...

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" '¿Wolfgang Mauer?' '¿Un cigarro?' 'Si crees que realmente puede hacerlo, lo hará' 'Bien, pues ahí es donde está, valiéndose por sí mismo' 'He comprado tu libro' Y el tren ha vuelto a caminar..."

-Señora, ya pueden pasar- dijo el doctor, asomando la cabeza por la puerta.

Cerré el libro y me levanté junto con mi mamá para entrar al consultorio, que como siempre, olía a medicina. Mamá le estrechó la mano al doctor y tomó asiento frente a su escritorio.

-Hola, Olivia, ¿cómo estás?- me saludó.

-Un poco mejor, doctor, ¿y usted?

-Muy bien, muchas gracias, por favor, toma asiento.- me señaló la silla vacía y me encaminé hacia ella. -Bueno, ¿pues cómo han estado las cosas? ¿Ha habido otros síntomas?

-Fuera de los dolores y el desmayo, no, ninguno- respondió mi madre.

-Ya veo.- el doctor se inclinó para sacar un sobre de uno de los cajones del escritorio- Aquí tengo los resultados de la tomografía que se le practicó a la niña, no los he abierto aún porque quería hacerlo frente a ustedes, así que... ¿lo hacemos?

-Por favor.

Apreté con fuerza el libro, estaba nerviosa, el corazón me latía desbocado dentro del pecho. Mientras el doctor abría el sobre, mamá estiró una mano para tomar las mías.

-Todo saldrá bien- me susurró con una sonrisa.

El médico sacó unas radiografías de mi cerebro y las colocó sobre una superficie iluminada.

-En esta parte podemos ver una leve hinchazón- señaló una parte aparentemente más grande que las demás- Tal vez a eso se deban los dolores, y aquí se puede ver...

Dejó de hablar y se quedó atónito mirando las imágenes.

-¿Qué cosa, doctor?- preguntó mamá, preocupada.

-Permítame un momento- regresó al sobre de antes y extrajo un documento. Sus pupilas se movían rápidamente por las letras, de pronto, paró de leer y dejó caer las hojas sobre el escritorio.

-¿Qué pasa?- exigí saber.

-Escúchenme,- se volvió hacia las radiografías y señaló un punto negro en la parte de abajo de mi cerebro- este punto de aquí... es un tumor cerebral.

Sentí como si el corazón se me detuviera.

-¡¿Qué?!- gritó mamá.

-Está bastante avanzado y se encuentra ubicado justamente en el cerebelo. Señora, es mejor que a partir de ahora Olivia se quede aquí en el hospital, necesita estar bajo observación constantemente y es primordial realizarle varios estudios... si no la situación podría ponerse mal.

-¿Es maligno?

-No puedo contestar a eso aún, por eso, si es posible, quiero enviar a la niña a hacerse una biopsia la semana que viene. Pero es vital que se quede desde hoy en el hospital.

Las manos de mamá fueron resbalándose hasta dejarse caer y de un momento a otro, su rostro rosado y sonriente se convirtió en una máscara gris.

-Haga lo que sea necesario.- exclamó.

-Iré a preparar el papeleo para la estadía de Olivia.- el médico se levantó- Si quieren pueden ir a casa por unas cuantas pertenencias: ropa, medicinas... lo que necesiten. Cuando estén listas pregunten por mí en recepción.
...
Durante el camino ninguna de las dos se animó a decir nada. No sabía qué pensar, sólo me concentraba en seguir con la yema del dedo las gotas de agua que resbalaban por las ventanas del auto.

Cartas para Quien Quiera LeerlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora