Capítulo 1

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Una chica de pelo oscuro de 17 años estaba sentada en un banco de su ciudad con los ojos cerrados intentando desconectar de la realidad, tras haber sido rechazada en otro trabajo más por falta de experiencia. No sabía por qué la rechazaban tan a menudo cuando a pesar de la falta de experiencia por su edad era una chica la cual era buena en todo lo que hacía. Soltó un suspiro y decidió permanecer unos minutos más sentada allí en un banco cualquiera de una calle cualquiera. Todo estaba muy vacío y el ambiente le gustaba. "Tal vez iré a ver a Eren... Puede que se alegre..." - Pensó.

Se estuvo allí sentada durante unos minutos, dejando que sus preocupaciones desaparecieran como la nubes en el cielo. Al rato se dejó caer por completo en el banco porque parecía que iba a dormirse en ese mismo instante. 

Notó una presencia a su lado que le tapaba la luz del sol que hasta hacía poco le daba calor en ese día de verano. Esa presencia no se movía y de mala gana abrió los ojos y vio a un chico que parecía tener tres o cuatro años más que ella. Estaba de pie y en una posición que mostraba superioridad. Tenía el pelo oscuro al igual que ella, largo de delante y corto por detrás y con unos ojos que parecían piedras al no mostrar ningún sentimiento. Pero a ella no le importaba, es más, le daba igual quien fuera, pero justamente ese día no estaba de humor.

Mikasa: Márchate

?: Tsk. Ocupas todo el maldito banco – No hizo nada, simplemente mostró una cara de disgusto y se quedó allí de pie

Ella intentó no prestarle atención, pues pensaba que si lo ignoraba se cansaría y se marcharía de allí. Intentó controlar la rabia pero llegó a su límite. Se levantó, lo vio claramente y:

Mikasa: Escuch... Pffff! – No lo pudo evitar y soltó una pequeña carcajada no muy común en ella.

?: ¿De qué te ríes, mocosa insolente? – y la miró con una mirada amenazante

Mikasa: ¿Qué te pasa enano, has encogido en la lavadora?

El chico que no pensaba aguantar las burlas de una chica y con una mano acorraló a la chica en la pared, los alrededores estaban vacíos y no se oía ningún ruido. Mikasa se quedó paralizada y se daba cuenta que a pesar de que le había llamado enano a aquel chico tan solo era unos centímetros más bajo que ella. Ahora le parecía que no podía apartar la mirada de esos ojos que al estar tan cerca de ella le parecían que la absorbería, al igual que sus labios que después de relamérselos se iban acercando a ella con determinación pero lentamente. Su rostro lo decía todo, estaba con las mejillas y orejas rojas e intentaba apartar la cara aunque su cuerpo no se movía, lo único que pudo hacer fue mirar el suelo con los ojos cerrados. ¿Porqué demonios había hecho eso? Tan solo habían discutido unos instantes y ahora él estaba impidiéndole cualquier movimiento con esos brazos musculosos que se situaban a los lados de la cabeza de la chica. 

Notó que cada vez su respiración era más cerca de la suya... ¿Acaso iba a besarme? No, no, no puede ser, seguro que no. Cuando sus labios estaban a escasos centímetros, o lo parecía, ya que tenía sus ojos cerrados:

?: Bu. – soltó con una sonrisa desafiante a la chica.

Mikasa: Pero qu...? – alzó los ojos y miró con vergüenza y desprecio al chico.

?: ¿Qué te creías idiota? ¿Acaso lo estabas deseando?

Mikasa: Yo n- iba a negarlo pero escuchó una voz familiar al otro lado de la calle.

Eren: Mikasa!- el chico ojiverde se acercó a los dos ignorando completamente al "amigo" de Mikasa haciéndose un lugar al lado de ella dando un empujón al chico. – ¡Te estaba buscando Mikasa! He ido a tu casa y no estabas. - Estaba con una sonrisa y parecía no haber visto lo que había ocurrido hacía tan solo unos pocos minutos pero percibía el ambiente entre esos dos. De alguna manera no le gustaba. Era un chico muy celoso respecto a Mikasa aunque solía pasar de la chica cuando a él le parecía aun sabiendo que él fue su primer amor.

Mikasa: Oh... lo siento Eren, he ido a buscar trabajo pero se me ha pasado el rato. - Mikasa parecía dolida al haber dejado a Eren recorrer la ciudad en su búsqueda sin haberle dado la información de donde iría hoy.

El chico cuyo nombre aún era desconocido sentía que la chica se estaba justificando con ese chico cuando no tenía porque hacerlo, y eso le disgustó.

?: ¿Te importa niñato? Estábamos hablando. – Eren siguió ignorándolo y ésta vez el chico lo cogió y lo levantó por la camisa levantándolo del suelo.

Mikasa: ¡Suéltalo! – miró a la chica que le dedicó una mirada de rabia y preocupación, y pensándolo unos segundos accedió, pero no sin un "Tsk"

Eren: Bueno, de todos modos vámonos, no me siento bien aquí... - cogió a la chica por su muñeca y se marchó llevándola con él.

Mikasa dio una última mirada al chico que hacía unos segundos casi le roba su primer beso y con un leve sonrojo se marchó junto a Eren mirando al suelo.

El chico parecía haber soltado una risilla al ver la bipolaridad de la chica, y al ver como se alejaba la pelinegra le pareció... Interesante.

~Continuará~

Ni en un millón de añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora