Capítulo 15

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*Pov Mikasa*

Mikasa: ¿Quieres salir a tomar algo? - Era extraño en mí hacer tal petición, más después de esa escena a mi parecer tan tierna en que Levi me había defendido de un rabioso Eren, pero en cierto modo me apetecía realmente, aunque seguramente tuviera otros planes...

Levi: Claro, ¿por qué no?

Me sorprendí. Esperaba una excusa barata para evitar mi proposición, pero supongo que ya no hay esa incomodidad que teníamos después de la escena que hemos montado en medio de la calle. 

Levi: ¿Conoces algún lugar al que ir?

Mikasa: No pensaba que iba llegar tan lejos. - Una divertida sonrisa que intenté disimular se formó en mi cara. - Pero recuerdo que había un bar cerca de aquí por el que solía ir con... - Mierda. No debo mencionar a Eren. - ...mis amigas. - ¿He salvado la situación?

Levi: Ya, así que con tus amigas, ¿eh? - Me miró alzando una ceja a modo de sarcasmo. Parece que no ha colado. - Entremos de todos modos, ¿quieres? - Me cogió de la muñeca para llevarme hacia la puerta del local, él tirando de mí desde delante.

Mikasa: ¡Enano! Puedo andar yo sola y... 

Levi: ¿Aún sigues con lo de enano, niñata? - Se giró de golpe encarándose conmigo, hasta estar casi rozando nuestros alientos.

Abrió los ojos sorprendiéndose y girando su rostro al mismo tiempo.

Levi: Lo siento, sé que solo estoy empeorando las cosas cuando te pongo en situaciones tan comprometidas como esta.

Mikasa: Levi, en realidad yo... - En realidad no quiero que estos momentos dejen de suceder.

Levi: Olvidémonos del tema, entremos. - Me tiró de la muñeca una última vez hasta entrar en el local.

Este parecía haber sufrido un gran cambio, y no había sido positivo.

Las paredes parecían caer a trozos sobre el suelo, el cuál estaba lleno de polvo acumulado de semanas. Los propietarios habituales habían sido sustituidos por una pareja de mediana edad, con al parecer no demasiada higiene. Y como no, al cambiar los propietarios también lo había hecho la clase de clientela, que ahora se componía básicamente de hombres musculados de no más de cuarenta años, que por sus miradas furtivas daban a entender que no habían visto entrar a ninguna mujer en años. Estos se levantaban y empezaban a dar gritos mientras sonaba un partido de fútbol como fondo. Iban de un lado para otro empezando a incomodarme.

Las miradas no cesaban, y un personaje situado a mi izquierda parecía querer degollar a todos los presentes hasta que no tuviesen ojos con los que mirar descaradamente a la gente.

Mikasa: Lo recordaba más bonito, la verdad. - Levi solo gruñó sin prestarme atención, mientras miraba amenazadoramente a todo el público masculino, quien en vez de asustarse parecía disfrutar con la actitud de Levi.

Mikasa: ¡Ah! - Di un brinco sobresaltada.

¿?: Hey, chica. - Un hombre que había pasado por mi lado me había dado una palmada en el trasero mientras me guiñaba un ojo. Repulsivo.

Ya está, yo lo mato.

Me giré dispuesta a darle una patada donde fuese, lo quería ver agonizar en el suelo. Para ese desenlace ya había una parte perfecta para darle, además de que lo dejaría estéril, es decir, haría un favor al mundo de paso.

Me giré, y antes de que pudiera dar potencia a mi patada, este ya estaba retorciéndose en el suelo. Levi lo había cogido por el cuello de la camiseta y estaba estrangulándolo en el duro suelo de hormigón, mientras este tosía y se enrojecía por la presión que ejercía sobre su cuello, privándolo de respirar.

Ni en un millón de añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora