Capítulo 24

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*Pov Levi*

Oí como la mocosa abría la puerta, sin embargo un silencio sepulcral se adueñó del ambiente. No la oía hablar, solamente escuchaba una risa en el porche, y definitivamente no era la de Mikasa.

Aparté la mano que cubría mis ojos de la luz que aún entraba por la ventana, pasé una mano por mi pelo alborotado y finalmente decidí levantarme, bostezando.

Me acerqué a la puerta de mi casa. Estaba abierta, y a través de ella veía a Mikasa, quién se encontraba fuera, con la vista fijada en la puerta de su casa, al parecer hablando con alguien. Sus labios no se movían, ella no estaba hablando, solo escuchaba atónitamente a esa figura que no alcanzaba a ver.

Salí por la puerta de mi casa y me dirigí hacia la azabache hasta posar una de mis manos en su cintura, acercándola a mí mientras le daba un beso en la mejilla. 

Mis ojos no pudieron evitar la tentación de observar a la persona que se situaba enfrente de Mikasa. Estreché a Mikasa contra mí al identificar la personalidad de ese individuo. 

Levi: Lárgate ahora mismo. - Miré fríamente al despreciable ser que se encontraba delante de mí con posado tranquilo y confiado.

Eren: ¡Tranquilo, tigre! Vengo en son de paz. - Rió inocentemente. 

Levi: ¿A qué has venido exactamente?

Eren: Estaba hablando con Mikasa. - Su mirada se fijó en ella otra vez. - ¿Verdad?

Mikasa: Ehm... Sí, claro. - Mikasa estaba nerviosa mirándolo. 

Eren: Has cambiado mucho en tan poco tiempo. - Le sonrió amablemente mientras ella seguía embobada mirando a sus ojos. - No lo digo solo por el carácter, parece que con los días te vuelves aún más bonita si es eso posible. - Ese comentario tan poco sutil me cabreó. Le había dado un repaso de arriba a abajo con la mirada, y el hecho de que ella solo llevara puesta una camisa bastante transparente no ayudaba. ¿Acaso le estaba coqueteando después de todo el daño que le había causado?

Mikasa: ...Gracias, Eren. Tú también estás muy bien. - Me enfadó el hecho que parecía que no le molestara en absoluto su presencia.

Levi: Sí, todos estamos perfectamente. Ahora ya puedes irte por donde has venido. - Cogí la muñeca de Mikasa, para llevarla de regreso al interior de mi casa, lejos de ese malnacido.

Eren: Pensé que podríamos hablar de lo que te he comentado hace un momento. - Mikasa se detuvo, al mismo tiempo que se giró hacia el ojiverde, curiosa.

Mikasa: Tan solo... dame un momento. Deja que me vista y hablamos en mi piso. - Solté su mano al escuchar sus palabras. 

Levi: ...Mikasa. - Pronuncié su nombre, para que dejara de mirar a Eren y pudiera fijar sus ojos en mí. En mis ojos se veía como no confiaba en absoluto en él, como le decía sin mencionar palabra alguna que no hablara con él, que ni siquiera le mirara un segundo más. Aún así ella apartó la mirada de mí, nerviosa, sabiendo que lo que hacía me incomodaba, y que seguramente iba a ser un error.

No me había dado cuenta hasta ese momento, pero en el segundo en el que Mikasa hizo contacto visual con Eren había vuelto a ser la Mikasa inocente que había encontrado hace tanto tiempo, la Mikasa que se dejaba engañar una y otra vez por ese individuo sin importarle otra cosa más que él.

Me había dicho que me quería, y justamente esa misma noche finalmente lo habíamos hecho. Pero en el fondo de mí una duda resurgió. Una duda que me había estado quemando desde hacía ya un largo tiempo.

¿Tenía aún sentimientos por Eren? ¿Acaso fui un reemplazo de él hasta que ella decidiera lo contrario?

Miré hacia el suelo, mientras esas preguntas se clavaban en mí como espinas. Siempre había tenido esas dudas con respecto a ella, pero de algún modo no lo quería ver o asumir. Siempre había dejado un rayo de esperanza, por el que pensaba que algún día me iba a elegir a mí pudiéndolo elegir a él. Era irónico que esa misma noche esa duda se hubiera desvanecido y por un instante hubiera pensado que finalmente era yo el hombre al que ella quería. Pero con ella nunca había sido así de fácil, era demasiado complicado. ¿Y si era una especie de señal para indicarme que yo no era el indicado para ella? 

El universo me había dejado en claro numerosas veces que Eren y Mikasa tenían una conexión, yo la había querido romper, pero ahí estaba Eren de nuevo delante de ella, como un fantasma pasado.

Aún sin alejar mi mirada de ella me acerqué a ella, dándole otro beso en la mejilla, mientras con la mano le apartaba un mechón de pelo de su rostro.

Levi: Avísame cuando hayas terminado de hablar.


**No tenía pensado seguir con la historia pero he encontrado un capítulo que había escrito y no lo había publicado. Así que aquí os dejo la continuación de la historia. Como ya dije en el capítulo anterior me estoy quedando sin ideas por lo que no creo que siga con el fanfic, por lo menos de manera regular, ya que quiero terminarlo como es debido, pero va a llevar un tiempo.**

¡Hasta entonces, besos!


Ni en un millón de añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora