Capítulo 22

246 33 12
                                    


*Pov Mikasa*

La película finalmente había terminado. Levi había descubierto uno de mis gustos que normalmente no mostraba a la gente, supongo que no pasaría nada, pero el momento había sido vergonzoso a decir verdad...

Mikasa: Ha estado muy bien, ¿verdad, Levi? - Giré mi cabeza, viendo a Levi dormido, con la cabeza ligeramente inclinada hacia mí. Lo observaba mientras respiraba silenciosamente y con tranquilidad mientras dormía con una expresión muy relajada, eso sí, aún frunciendo el ceño.

Alcé una mano y toqué sus cejas con un dedo, intentando quitar ese ceño que parecía no irse ni al dormir. Raramente no se despertó. Hoy debía ser mi día de suerte, así que aproveché para hacerle sonreír, poniendo mis dedos en los extremos de sus labios, alzándolos para formar una sonrisa. No es que nunca le hubiera visto sonreír, pero era algo que no veía con demasiada frecuencia, además de que era agradable ver como suavizaba su rostro.

La expresión que le estaba haciendo no era precisamente una sonrisa amable... La mirada aún tenía ese permanente ceño y en conjunto tenía una expresión bastante divertida, al menos para mí.

Al apartar mis manos de su cara le oí gemir ligeramente, al parecer en sueños.

Levi: Mikasa... - Aún tenía los ojos cerrados, por lo que aún debía estar durmiendo.

Fui a la que parecía ser su habitación, una habitación extremadamente limpia, la cuál no tenía ni una sola mota de polvo, y tenía todos los objetos posicionados en un lugar concreto teniendo a la vez una función específica.

Mikasa: A eso sí le llamo una extraña afición...

Encontré una manta bastante delgada, y pensé que sería ideal para cubrir a Levi mientras dormía, pues aunque fuera verano e hiciera calor, era de noche y la manta era delgada.

Me dirigí de nuevo al salón, encontrando a Levi aún durmiendo en la misma posición que cuando lo había dejado ahí antes. Me acerqué y le cubrí con esa manta con la máxima suavidad y cuidado que me fuese posible, no quería despertarlo. 

Su expresión aunque tuviera el ceño fruncido de siempre era adorable, era su expresión de siempre, era... él. Me acerqué, cogiéndome el pelo con una mano para que al inclinarme hacia él este no le hiciera cosquillas en la sien y por consiguiente no le despertara. Me acerqué a él con cautela y le di un suave beso en los labios, esos labios tan suaves pero a la vez tan firmes, que parecían devolverme el beso.

Me alejé de él abriendo los ojos, viendo que mi moreno aún estaba durmiendo. Sonreí para mi misma y me dispuse a irme hacia mi casa. Era tarde y Levi estaba cansado, debía dormir.

Una mano cogió mi muñeca por sorpresa mientras me giraba hacia esa persona de golpe, sorprendida.

Levi tenía los ojos abiertos, mirándome como siempre.

Levi: Niña, no me beses cuando creas que estoy durmiendo... - Se pasó una mano por el pelo. - Quiero que lo hagas cuando esté despierto, aunque reconozco que me gusta que tomes la iniciativa en esto. - Ahí estaba de nuevo su sonrisa pervertida.

Giré la cabeza hacia otro lado, un poco sonrojada por sus ya usuales reacciones que hacían que mi ritmo cardíaco se acelerase.

Levi: Oi... Mi cara está aquí, al igual que mis labios, dónde me acabas de robar un beso. - Iba tirando suavemente de mi muñeca hacia él. - ¿Quieres que te enseñe el camino? - Por su tono sabía que estaba mostrando una de sus sonrisas burlonas. - De todos modos, ¿a dónde te pensabas ir hace un momento?

Ni en un millón de añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora