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Anne POV'S

Continué con lo que se había convertido en mi habitual caminata; ir de la punta del pasillo hasta fuera de su habitación, aguardar ahí veinte segundos y volver.
Mi pequeña no salía de su habitación y tampoco dejaba que nadie entrara, y yo no sabía el porqué.

Las cenas se habían hecho silenciosas, e incómodas. Faltaba ella contando todo lo que sucedió en su día, o haciendo chistes.

Feliph estaba igual o peor que yo, cansado, abrumado pero principalmente sin respuestas. No sabíamos qué hacer para subir el animo de nuestro pequeño angelito.
El llamar a Maddison no ayudó, simplemente dijo que le había preguntado que qué había mal con ella. Maddie estaba igual que nosotros, no sabía absolutamente nada. Y digo llamar, ya que su madre la llamó y volvió de nuevo a su casa por lo que no seguía viviendo con nosotros.

Le di tres golpes a la puerta, esperando que por fin la abriera, pero no hubo respuesta.
Tomé una gran bocanada de aire y giré el picaporte el cual cedió instantáneamente dejando la puerta abierta.

La busqué con mi vista, pero solo había mucho desorden, ropa por todos lados, hojas, de todo. Entré, para verificar que ella no estaba, y al comprobarlo entré a su baño, con la mínima esperanza de que esté allí.
Y ahí se encontraba, en el suelo del baño, hecha una bolita, despeinada y en el mismo pijama que se había puesto la última vez que la había visto.

Me acerqué hacia ella, y le puse la mano sobre el hombro cariñosamente, tratando de hablar con ella.

—¿Cielo? —mi voz apenas se oyó, y ella no se volteó en ningún momento. Me agaché a su lado, y me empeñé en sacarle los cabellos que le cubrían el rostro. Su bello rostro ahora estaba pálido y demacrado, con unas grandes bolsas debajo de sus ojitos. Podía oír su respiración tranquila.

—¿Anne? —oí alguien llamándome por el pasillo, y me asomé hacia allí, encontrándome con James quien me veía con los ojos algo rojos y con una notable preocupación—. ¿Está ahí? —murmuró ladeando la cabeza hacia la habitación. Le asentí, quiso entrar pero no lo dejé. Lo conozco y sé que se rompería al verla así.
Asintió comprensivo, y se fue por el pasillo con la vista baja en el suelo.

Volví donde estaba, y puse mi mano en su frente, estaba hirviendo. Negué varias veces y traté de que se despertara haciéndole algunos cariños.

—Jordyn. —la moví con un poco de fuerza, mis ojos se llenaron de lágrimas instantáneamente al recordar que ella había pasado un momento así o peor cuando pasó todo lo de su padre, al recordarla rota, lastimada y triste.

La tomé de los brazos para levantarla del suelo pero se opuso haciendo fuerza hacia abajo, y corroboré sus lastimados nudillos. Un pequeño sollozo se escapó de mi boca, no podía estar así de nuevo, no iba a dejarla caer.

Corrí escaleras abajo y salí de casa, cruzando la calle. Toqué desesperadamente la puerta de nuestros vecinos aún con lágrimas corriendo por los ojos y una Jenna sonriente me abrió pero su sonrisa se esfumó, seguida de un grito de sorpresa y de un inesperado abrazo.

—¿Qué sucede, Anne?

—Ven a mi casa —carraspeé, tomando un poco de aire—. No sé qué sucede con Jordyn, está en su cuarto y-y...

—¿Qué le pasó a Jordyn?

Miré sobre el hombro de Jenna a Matthew, y le dediqué una mirada triste.

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