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Maratón 2/3🐾

Maddison POV'S

—Pequeña... —murmuré, apenas se oía mi voz en toda la habitación gracias a los pitidos de aquellas maquinarias clínicas.

Tomé su mano y la acaricié suavemente, algunas lágrimas cayeron por mis mejillas pero las limpié al instante. Sorbí mi nariz y tomé una gran bocanada de aire.

—Te necesito. No solo yo, todos lo hacemos. Hace falta tu alegría, tus chistes, tus comentarios, tus caras raras, haces falta tú aquí. Y no sólo tú, ¿sabes? Tienes un pequeño fruto de amor dentro de tu pequeña barriga. —me callé, pensando las palabras justas—. Y estoy segurísima de que serás la mejor madre del mundo. No debes tener miedo, tienes muchísimas personas a tu alrededor que te van a acompañar en esto, cariño. Me haces la mejor amiga del mundo, voy a ser tía. Y si quieres, cumpliré el rol de padre de aquel bebé. —oí unas risas atrás mío y al voltear pude ver a James con una mirada de ternura, se acercó hacia mí y me secó las lagrimillas que habían en mis mejillas.

—Continúa. —susurró en mi oído, y me abrazó de atrás, dejando sus manos unidas en mi estómago.

—Yo sabía perfectamente que tú me darías el honor de ser tía antes que el idiota de mi hermano. —sonreí y le corrí algunos mechones de pelo de la frente—. Ese bebé sería el más bonito, lo consentiríamos mucho. Imagínate a tu mamá, o a tu hermano. —me volteé a verlo por arriba de mi hombro y me sonrió con orgullo—. Ellos estarían encantados de tener un pequeñito para malcriar y cuidar. —el asintió con una débil sonrisa—. Ese frutito te necesita, Jordyn. No lo dejes solo, tú sabes mejor que nadie lo que es crecer sin el amor de tu madre o padre, no le hagas eso al pequeñito, o a la pequeñita. Si es necesario que Matt se vaya al infierno, si quieres puedo llamar un sicario y... —las risitas de James no me dejaban concentrar—Cállate.

Me reí con un poco de nostalgia, y me aferró en sus brazos dándome esa inigualable seguridad.

—Perdón, perdón. Continúa.

—Bueno, no pienses en lo que puede llegar a pasar, sólo hazlo. La vida está hecha para cometer errores y luego aprender de ellos, te dan una gran lección. Y tu lección, es seguir adelante pase lo que pase. No tengas miedo, todos te acompañamos. Además piensa, si Matt no quiere hacerse cargo del bebé... —me callé al sentir su pulso aumentar notablemente—... ¿tú tampoco lo harás y lo dejarás solo?

James me soltó, y se colocó al lado de su hermana. Le besó la frente, sonriéndole nostálgicamente.

—Te extraño. —le dijo en un suspiro—. Mamá me obliga a limpiar toda la casa. —replicó y le di un pequeño empujón.

—Jordyn. Quiero engordarte, malcriarte y consentirte con tus humores, al igual que a ese regalo de dios. Te quiero muchísimo, mejor amiga. Tienes que ser más fuerte que nunca y seguir adelante sin importar las circunstancias. —le tomé la mano— tienes que sacar fuerzas de debajo de las piedras si es necesario. ¿De acuerdo?

Bajé la vista a mi mano al sentir un cosquilleo y visualicé sus dedos acariciando suavemente la palma de mi mano.

—¡James! —chillé.

—Lo estoy viendo. —murmuró con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Jordyn puedes oírme?

No volvió a mover sus dedos, ni ninguna parte de su cuerpo. Suspiré, y me dejé caer rendida entre los brazos de James. El acarició mi brazo con su pulgar, mientras me refugiaba entre los suyos.

—Estoy dormida no sorda, idiota.

Una sonrisa de oreja a oreja se posó en mis labios, la vi con sus ojitos apenas entreabiertos, y con una pequeña pero hermosa sonrisita en su rostro.
Se removió un poco y gruñó, nunca había estado tan feliz de escucharla quejarse.

—No me dejes. —murmuré lagrimeando y apoyé mi cabeza sobre su estómago. Su mano se movió lentamente hasta dar con mi cabello y comenzó a hacer pequeños pero sensacionales rulos con su dedo.

—Jamás estuvo en mis planes hacerlo.