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¡MARATÓN POR AUSENCIA! 1/5🌀

Jenna: Matt, ven al hospital.

Jenna: Es importante, Jordyn está mal.

Jenna: No sé qué sucedió, alguien manipuló los artefactos y le subieron demasiado el nivel del sueño.

Jenna: La indujeron al coma, y no sabemos qué puede pasar.

Jenna: Ven, tienes que despedirte cariño.

Las manos me temblaban, dejé caer el móvil al suelo el cual se desarmó totalmente pero no le tomé importancia. Pequeñas lágrimas habían comenzado a descender por mis mejillas con rapidez, y sentí mis rodillas flaquear.

¿Qué había hecho? ¿En qué me había convertido?

Pegué mi frente contra la pared mientras tomaba grandes bocanadas de aire. Alcé la vista, encontrándome a mí mismo en el espejo.

Me sentía tan furioso conmigo, la rabia, la ira, la tristeza, todo estaba corriendo por mi cuerpo.

¿Qué clase de persona haría algo como lo que yo había hecho? Una persona con algún trastorno quizá, pero no yo. Yo no lo haría ni lo hubiera hecho nunca.

¿Por qué lo hice entonces?

Probablemente tenía miedo de perderla, de que me odie, de que ya no me quiera cerca, que no me quiera a su lado. Pero eso sería lo mejor para ella, estar lejos de mi.

Ya le hice daño y no me perdonaría hacerlo de nuevo.

No pensé en que las mentiras siempre tienen patas cortas, todo saldría a la luz y ella me odiaría aún muchísimo más.

Me miré en aquel trozo de vidrio que yacía en el suelo junto a mí, igual a miles más. Miré mis manos ensangrentadas junto a las lágrimas que caían sin parar por mis ojos. Grité, ahogando un sollozo y desgarrándome la garganta por la potencia de aquel chillido. Subí las rodillas hasta mi pecho y las envolví con mis brazos, apoyando mi cabeza en mis rodillas.

—¿Matt? —mi hermana entró a la habitación totalmente alarmada y pude ver en su rostro confusión y preocupación.

—Melissa, vete de aquí. —apreté mis puños a mis lados y sentí el roce de sus manos en mi espalda dejando caricias, la empujé bruscamente y le dediqué una mirada de odio.

Me detuve, pensando en lo que estaba haciendo y la vi, con la mirada al suelo y un pequeño gesto de dolor. ¿Qué estaba haciendo?

—Perdona, Lissa, yo...

Me dio como respuesta un portazo.

Suspiré pesadamente y tiré de mi pelo con frustración y enojo. Todo estaba saliendo mal, todo me salía mal.

Busqué mi móvil entre los vidrios y escribí un rápido mensaje a mamá.

Matt: No iré.

WhatsApp, MSB [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora