Capítulo 16

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Dakota jugueteaba con su desayuno sin alzar la vista, temía que si alzaba el rostro todos en la mesa notaran su rubor, Eloise le había dicho que cada mañana despertaba con una sonrisa en el rostro que la hacía brillar, como si llevara dentro toda la felicidad del mundo.

Y sentía que era así, pues solo habían pasado tres días desde que había hecho el amor con James.

-No quería admitirlo, pero lo haré –escuchó la voz de Eloise a su lado- No tengo idea como comer esto.

La tía Sthephany las miró divertidas, dejó la correspondencia que revisaba a un lado y tomó su cuchara.

-Solo deben golpearlo así –golpeó el huevo en la punta hasta que se rompió el cascarón y retiró el trozo- Después lo comen con el pan.

-Mejor háganlo así –Nia sacó el huevo tibio de la base y lo golpeó contra su frente haciendo que todas en la mesa estallaran en risas.

-Creo que es un buen método –dijo Eloise quien toma la base de su huevo y hace lo mismo- ¡Ay! Dolió.

-Pero se cascó –dijo Dakota, quien las imitó.

-Las tres dejen de golpearse y terminen el desayuno –dijo su tía, tomó unas cuantas cartas del montón y suspiró resignada- Me temo que hoy debo hacer una visita a los criaderos y me tomará la mayor parte del día, así que espero que las tres se comporten bien en mi ausencia y sigan ayudando con los preparativos para la fiesta.

Dakota había olvidado por completo la fiesta con todo lo que había ocurrido, no le apetecía mucho y al ver a su tía parecía que a ella tampoco, habían hablado el día anterior sobre lo ocurrido y le mostró una nota que había enviado la señora Elena de La Casa Lincoln donde hacía mención que ella sugería tres sesiones con James cada tres días para mejorar la probabilidad de concepción, Dakota casi se desmaya al ver lo que costaría eso pero a su tía eso fue lo menos que le importó, lo que hizo fue darle una sortija que había sido de su padre para que la usara como el supuesto anillo que le había dado su difunto e imaginario marido.

Al acabar el desayuno su tía se alistó y habló con las tres junto a la puerta.

-Regresaré para la hora de la cena, la tutora de Sthephy debe llegar antes de mediodía y después de sus clases pueden salir a los alrededores pero tengan cuidado –bajó un poco la mirada mientras se ajustaba el lazo de su vestido- Mi marido me ha escrito, puede que llegue en cualquier momento, por favor estén atentas.

-¡Viene papá! –Nia dio unos botes en brazos de Elo- ¿Va a estar para mi cumpleaños, mamá?

-Esperemos que sí –dijo su tía y luego miró el carruaje- Compórtense las tres... ¿Y Dakota?

-¿Sí tía?

-Esta noche... bueno, tienes algunos pendientes ¿de acuerdo?

Ella asintió y esperó que el rubor de su rostro no la delatara, las tres esperaron hasta que la carreta salió al camino para volver a dentro, en cuanto se perdió de vista Eloise le tendió a la pequeña y alisándose la falda de su vestido se encaminó a las cuadras.

-Me temo que no puedo acompañarlas, tengo una lección sobre cambiar herraduras este día.

-¿Otra vez? –dijo Nia acomodando su cabeza en el cuello de Dakota- Pero eso es aburrido.

-¡Tonterías! Es de lo más interesante... ¡La veo más tarde!

La rubia desapareció a toda prisa por el camino de hierba, Dakota entró con la pequeña y estuvo con ella un rato en la biblioteca seleccionando algunos libros para leer después, jamás había tenido acceso a tanta variedad de literatura, poco después llegó la tutora de Nia y ambas se dirigieron a su habitación para repasar, a Dakota le pareció excesivo que una niña de cinco años tuviera que aprender sobre arte, piano, literatura, bordado y etiqueta cuando ella había aprendido a escribir su nombre hasta los siete, fue a dejar los libros que tomó a su habitación y tomó a Zeppelin en brazos, el cachorro estaba ansioso por salir a pasear, le puso un lazo que había hecho Eloise y salió a los jardines a que el animal corriera tras algunas ardillas que se apresuraban a guardar comida para el invierno que cada vez estaba más cerca, también había unas pocas aves de las que no emigraban durante el invierno entre los árboles y su canto la relajaban.

Esclavo | Jamie y DakotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora