Capítulo 04

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Charleen

Rick y Thom jugaban charadas en la parte trasera del auto, mientras Chelsea manejaba y yo tomaba mi café hecho a último momento. La verdad era que nos habiamos hecho tarde y Chelsea nos estuvo esperando afuera de mi departamento, para llevar a los niños a la escuela y luego nosotras dirigirnos a la nuestra.

—Esto me pone nerviosa —dijo Chelsea sin despegar a vista a la carretera—, y no sé lo que me causa mas nervios, ellos jugando atrás o tú haciendo ruido al tomar tu café.

Paré de tomar mi café y me quedé quieta. Eso provocó que Chelsea ponga los ojos en blanco.

Estiré mi brazo y prendí la radio.

Chelsea se detuvo en una luz roja y ambas comenzamos a cantar. Siempre recibiendo unos buenos comentarios de parte de nuestro público. 

—Esto es un insulto a Taylor Swift —dijo Thom.

—Esto se debería considerar un delito —añadió Rick.

Ambas reímos.

—Escúchenme niños —habló Chelsea al mismo tiempo que comenzó a conducir—, los observo —dijo mirándolos a través del espejo retrovisor—, los analizo —hizo una pausa y continuó—, y los ignoro.

Choqué la mano derecha con ella y volteé a sacarles la lengua. Volví a mi lugar y tomé otro sorbo de mi café. Y en eso observé a un perrito que estaba por cruzar la calle.

—¡Cuidado Chelsea! —grité, provocando que Chelsea pare bruscamente y los niños griten.

Solté el aire retenido en mis pulmones al saber que no le había pasando nada al perrito. 

En ese momento se escucha un estruendo en la parte trasera del auto, provocando que los niños griten aún más. Giré y ví que salia humo. 

Nos habían chocado.

Chelsea salió del auto muy enojada. Me quedé con los niños y les dije que todo se iba a solucionar, los tranquilicé un poco  y escuché como Chelsea estaba que reclamaba al dueño del auto. La capa de humo no me dejaba distinguir muy bien, pero eran dos personas las que salieron del auto. Supe que Chelsea no iba a poder sola y decidí tomar en mis manos mi café y salir del auto. 

Mi mirada se dirigió al auto de mi amiga y observé como estaba abollado en una esquina, las luces estaban rotas y los pedazos de vidrio en el piso.

Tomé un sorbo de café y dirigí mi mirada a las personas culpables del accidente.

Aferré el vaso de café, mientras sentía como mi pulso comenzaba a aumentar cuando reconocía a la persona que tenía en frente. 

Abrí la boca para decir algo pero inmediatamente la cerré y dirigí mi mirada a Chelsea, la cual me miraba interrogante.

—Rick me está llamando —apresuré a decir.

Iba a girar cuando escucho que me habla, y algo hace que me detenga. 

—Tú, espera un momento.

Aún de espaldas, cierro los ojos y me siento super avergonzada y sin ninguna salida. Escucho que se acerca, me giro y me lo encuentro mirándome sin ninguna pizca de gracia. Dejo que hable.

—¿Tu eres la chica del centro comercial, cierto? —pregunta examinando mi rostro rojo de la vergüenza.

Quiero mentir rayos, pero sería una pérdida de tiempo, ya que, mi actitud me delata al cien por ciento. Finalmente agito mi cabeza un poco tímida ante su reacción.

El chico nalgón, su novia y yo | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora