Epílogo

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Frotó mis manos sobre mis pantalones al sentirlas con sudor y tomo una bocanada de aire, piso fuerte y comienzo a subir las escaleras. Algunos estudiantes las suben corriendo y me empujan levemente

Vamos Charleen hazlo ya.

Empujo las puertas de cristal y me estremezco por el ambiente con aire acondicionado. Veo a un grupo grande de jóvenes observando un papel grande pegado a la pared, cada uno buscando su nombre en el. Algunos gritan de alegría y se abrazan entre ellos, otros decepcionados salen cabizbajos hacia la salida.                                              
Me acerco y me pongo de puntitas levantando mi cabeza. Y veo el gran papel.                
                                 
LISTA DE ESTUDIANTES ADMITIDOS

Bufo al ver que no puedo ver casi nada porque soy un jodido hobbit.

—¿Pueden darle permiso a la linda chica?

Me giro sorprendida y observo a Cooper tratando de verse rudo ante algunos chicos y chicas. El baja la mirada y me guiña el ojo divertido, sonrió negando con la cabeza divertida.

Cooper me avisó que vendría para estar junto a mi cuando vea los resultados, y me ha sorprendido. Los estudiantes que nos observan se hacen a un lado y me dan espacio, agradezco con la cara roja de la vergüenza y comienzo a observar y buscar mi nombre en todo el papel.
Busco mi apellido, y siento mi mano temblar, pero siento unos fuertes brazos que rodean mi cintura abrazándome, Cooper apoya su cabeza sobre mi hombro y deja un corto beso en mi mejilla. Acarició su mejilla, respiro hondo y sigo buscando.

Un aire de adrenalina combinada con felicidad llenan mi pecho. Me giro rápidamente hacia Cooper con una gran sonrisa y coloco ambas manos en sus hombros.

—¡Ingresé Cooper ingresé! —exclamo dándole cortos besitos por todo su rostro.

Cooper me sonríe y me da vueltas agarrándome por la cintura mientras río por las cosquillas que por el miedo a que Cooper me deje caer, aunque sé que no lo hará.

—Lo sabía muñeca, siempre confíe en ti —dice Cooper dejándome en el piso y envolviéndome en un abrazo—, los chicos nos esperan afuera en mi auto.

Asiento y mientras él pasa un brazo alrededor de mis hombros salimos del campus. Bajamos las escaleras y veo el auto de Cooper.

—¿Como te fue amiga? —pregunta Chelsea sacando la cabeza por la ventana.

Le propino un leve codazo a Cooper para que me siga el juego.

—Estuvo bien, supongo —digo encogiendo los hombros.

Chelsea y Colton susurran algo mientras entramos al auto.

—Compramos dos tarjetas, una de felicitaciones y otra de "La segunda es la vencida" —dice Colton desde los asientos de atrás. Me giro y los observo.

—Que lindos, pero que quedo con la de felicitaciones —digo por fin esbozando una sonrisa. Ambos sonríen y me abrazan a la vez. Mientras me llenan de cumplidos y Chelsea le reclama a Colton que gastó dinero en la otra tarjeta.

—Estos tres meses sirvieron de mucho —comenta Chelsea.

—¿Quien quiere alitas picantes? —dice Cooper feliz. Todos damos un grito alegre mientras cantamos a unísono "Alitas de pollo, alitas de pollo". Reímos a la vez.

Es tan increíble como los tres meses han sido unos de los mejores que he tenido en el año, estudiaba hasta tarde pero siempre Cooper estaba llevándome una taza de café caliente, y aunque le decía que no hacía falta porque ya era suficiente que este a mi lado todas las noches, él me convencía finalmente.

Los fines de semana eran de cine junto a Colton y Chelsea, la mayoría de veces las personas del cine se enfadaban porque eramos un poquito ruidosos. Otras veces salía sola con Cooper a caminar y a veces nos quedábamos en casa viendo películas con mucha comida chatarra junto a Rick, por supuesto. Cuando Cooper tenía competencias  me convertía en toda una porrista americana con pompones incluidos. Y aunque terminaba con la garganta irritada no me importaba porque me encantaba alentarlo y que sepa que tiene todo mi apoyo incondicional.

Y así eran la mayoría de veces estos últimos meses donde estábamos de vacaciones, no obstante ya comenzaríamos pronto las clases y cada uno estaría centrado en su carrera. Estaríamos todos en la misma universidad pero en diferentes facultades, así que básicamente nos veríamos las caras después de salir de la uni. Chelsea recogería a Colton a su casa para irse junto a él, por otro lado Cooper me había dicho que pasaría por mi todos los días para que no llegue tarde.

Cooper estudiaría medicina, y su especialidad seria Pediatría, me sentí mucho mejor que trate con niños, a que sea ginecólogo.

Por otro lado Chelsea estudiaría educación para ser maestra, su especialidad seria literatura, según lo que dijo quiere sentir lo que sienten los maestros al dejar mucha tarea y porque ama leer.

No obstante Colton estudiaría análisis y administración informática, básicamente quería una carrera sin números, pero aunque no quiera, el ama las computadoras y todo lo que tenga que ver con tecnología.

Por mi parte estudiaría diseño gráfico porque amo todo lo que tenga que ver con colores, cajas de texto, realmente lo amo.

Cada uno cumpliría el sueño de ser lo que siempre anheló ser. Sin presiones. Eran los mejores simplemente y aunque en los lugares públicos la gente nos miraba con expresiones de "¿y estos adolescentes alborotados?". Amábamos ser llamados el cuarteto pesadilla.

—¡Alitas de pollo! —exclamaban Colton y Chelsea mientras salían del auto riendo y tratando de ocupar una mesa en el segundo piso junto a la ventana.

Reía mientras me desabrochaba el cinturón. Me volví hacia Cooper y este sacaba las llaves de su auto y me miraba con esa sonrisa que en pocos meses se había vuelto mi dulce favorito.

—Te amo y estoy orgulloso de ti muñeca —decía mientras se acercaba a mi y depositaba un corto beso en mi mejilla que ahora se encontraba caliente y enrojecida.

—Yo también te amo mi chico lindo —le respondo ahora robándole un corto beso en los labios.

—¡Hey melosos! —escuchamos de afuera, reinos y salimos del auto. Está sería la décima vez que Colton grita en público y admite que somos muy expresivos en cuanto nuestro cariño. Miramos hacia arriba y vemos a Colton con medio cuerpo fuera inclinado hacia nosotros—. Cooper asiente y le lanza una mirada de advertencia, ambos nos encaminamos por toda la entrada del restaurante  "La Barbacoa", entrelaza su mano con la mía y empuja la puerta al entrar.

Él es un amor de persona, siempre está cuando lo necesito y yo estaré dispuesta a estarlo también. Sé que será difícil pero ya he hablado con Cooper y ambos no daremos nuestro brazo a torcer fácilmente. No se trata simplemente que el me trate como princesa y yo no haga nada por él, esto se trata de amarlo tal como él me ama a mi en todas las formas y sentidos.

Ambos somos jóvenes, tenemos camino por andar, metas por trazar, sorpresas por descubrir y un futuro por escribir. Pero de lo que estamos seguros es que queremos nuestros nombres escritos en cada uno de nuestros futuros. Que venga lo que tenga que venir, porque ambos estaremos dispuestos a enfrentar cada uno de esas pruebas.

Alago mi diminuta pero pesada mano, por ser la intermediaria entre Cooper y yo.

Ambos estaremos locos, pero esa locura es lo que nos atrae mutuamente.

Fin.

El chico nalgón, su novia y yo | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora