Capítulo 10

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Charleen.

 

—Ya extrañaba este asiento Chel —digo acariciando al asiento mientras Chelsea enciende el auto.

Rick y Tom asoman sus cabezas de entre Chelsea y yo. Rick me mira divertido.

—No, tu lo que extrañabas era no gastar dinero en taxis que nos llevaran a la escuela —dice divertido, mientras choca su puño con el de Thom.

Respiro profundamente y me volteo hacia Rick, el cual deja de reir al notar la expresión de mi rostro. En ese instante vuelve a su lugar y Thom lo imita.

—¿Hoy tenemos clase juntas Charleen? —pregunta de repente Chelsea.

—Gimnasia —digo desanimada.

Chelsea gruñe, no es casualidad que nos desanime gimnasia, digamos que no nos agrada trepar cuerdas en frente de toda la clase y mucho menos hacer el ridículo en voleyball. La ultima vez que me tocó sacar, la pelota terminó en dirección a la maestra, la cual no la vio venir. Y ya sabemos el final.

—Gracias al cielo que ya terminaremos el año en dos semanas —habló Chelsea—, porque todo el tema del baile me tiene como loca.

—Siempre ha sido así Chel, así que no te quejes.

Chelsea es parte del grupo organizador, el cual maneja todo sobre el baile, mesas, sillas, comida, bebidas, luces y todo lo que tenga que ver con un baile. La verdad es que yo fui una vez parte del grupo organizador, y digamos que hay cosas que colman tu paciencia. Cuando veía que algo no salía bien o faltaba cualquier cosa, simplemente me ponia a gritar a todo el mundo.

Y por eso este año no votaron por mí, y mucho menos queria volver a pasar el mismo infierno.

—Ahora la gran pregunta es —dijo Chelsea con suspenso.

Rick y Thom asomaron sus cabezas lentamente.

—¿Donde esta Perry? —dijo Rick.

Chelsea frunció el ceño desconcertada.

—No —dijo.

—¿Quien es ese pokemón? —dijo Thom.

Chelsea frenó y se dirigió hacia ellos en total desconcierto.

—¡Por supuesto que no! —dijo finalmente Chelsea.

Simplemente amaba este trío.

***

Até mi cabello en una coleta muy alta, mientras todos salian al gimnasio para tomar sus posiciones.

—¿Te apuras Charleen? —habló Chelsea.

—Si quieres anda avanzando, yo voy a guardar algunas cosas —dije mientra abria el casillero de gimnasia para guardar mi mochila.

Pero Chelsea no hizo caso a mi petición.

Mientras cerraba el casillero escucho pasos venir hacia donde nos encontrábamos nosotras.

—Ahora ya podemos irnos Chel —volteo hacia Chelsea la cual estaba igual de sorprendida que yo.

En frente de nosotras se encontraban Lucía, April, Charlotte y Samantha las cuales estaban de brazos cruzados y se notaba que no estaban de buen humor.

Chelsea me miraba super confundida, cuando ella iba a hablar Samantha levanta su mano para que calle.

Samantha da unos pasos hacia al frente, quedando cerca de mi. Ella sonrie y junta ambas manos.

—Hola Charleen —me saluda.

Samantha es la típica cerebrito de la clase, recibe premios todos los años por su excelente rendimiento académico, todos los años va a concursos y casi siempre sale triunfadora. Toda la escuela le tiene una gran admiración y ni que decir de los maestros, es una joya.

Nunca ha tenido problemas, si alguna vez ha ido a la sala del director ha sido para recibir felicitaciones.

Ah, me olvidaba, además de ser una alumna modelo, es también una persona muy manipuladora, que detrás de esa dulce carita, puede esconder perfectamente otra faceta.

¿Como se todo esto?

Rumores.

Y no es que le haga caso a rumores tontos, la verdad, mas que rumores, son testimonios.

—Hola —respondo sin saber a donde llevará todo esto.

—¿Como has estado? —pregunta sin dejar de sonreir.

Ni siquiera la conozco, por Dios.

—Bien, gracias —respondo cordialmente—, si me disculpas, tengo clase de gimnasia y llegaré tarde.

Comienzo a caminar hacia la puerta cuando siento su fuerte brazo apretar al mio deteniendo mi paso. Cualquiera que la viera notaría que es una chica delicada, pero yo no diría lo mismo.

Retrocedo y sin dejar de soltarme noto que su dulce sonrisa se ha esfumado, formando una línea recta.

—Sé lo que estas tramando, y te lo digo de una buena vez ahora —dice furiosa—, deja a mi novio en paz, saca esas tontas ilusiones de tu cabeza, él nunca se fijará en tí, una chica simple, sin gracia. Él ya tiene novia y soy yo, no te metas en donde no te llamen, donde ya hay una pareja perfecta. Ten por seguro que voy a averiguar como es que ustedes dos se conocieron.

Me dio una última mirada y me soltó el brazo bruscamente. Inmediatamente coloco mi mano en mi brazo. Ella respira profundamente y totalmente cambia su faceta a la del principio. Me sonrie.

—Si no quieres tener problemas —dice sonriendo tan falsa.

Ahora mismo estoy totalmente confundida y rabia comienza a brotar en mi interior.

—Adiós —se despide para luego darse media vuelta y salir junto a sus amigas.

—¡Están enfermas!—les grita Chelsea cuando ya cruzaron la puerta y ella las sigue por detrás quedándose hasta la puerta.

Ahora todo comienza a razonar dentro de mi.

Él ya tiene novia, sabia que lo de la cafetería estaba mal, soy una idiota al querer "conocerlo más", es obvio que no soy su tipo de chica, no soy inteligente, maestra en letras o en números, no tengo miles de trofeos que demuestran mi intelecto, no recibo admiración de nadie.

No soy y nunca seré alguien como ella.

—¿Estas bien Charleen?—pregunta Chelsea preocupada—, ¿Te dañó esa perra loca?

Al pensar todo eso en mi cabeza una lágrima se escapa de mí, pero no es de tristeza, es de rabia, por querer empezar algo que no tuvo un inicio. Por crear ilusiones baratas, sin valor alguno, ilusiones que yo misma estaba cosechando.

—No —respondo.





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Que perra, que perra, que perra la Samy.

El chico nalgón, su novia y yo | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora