Capitulo 10: "El deseo no es amor sincero"

779 25 6
                                    

Nunca me esperé esto de Gian!  D': xD

________________________________________

(Tn)___________°

- entonces me decidí por las expansiones..
- ¿y no te dolió? - murmuro tocando con un dedo una de las expansiones de Sebas.
- me dolió hasta el culo... no tienes ni idea cuanto dolor sentí...
- si me imagino, creeme...- si le dolió el trasero, pues si me imagino... Gianluca tiene la culpa...
- y bien minion, ¿a donde quiere ir mi pitufo favorito?
- que groseros eres Daniel! ¡No me digas pitufo!- chillo como niña y le estampo un buen manotazo en el hombro.
- ay... ¿a caso comes espinacas? Desde que te vi no has hecho más que golpearme e insultarme _________!
- tu tienes la culpa por asustarme y por decirme esas cosas tan groseras...
- es que eres bien chiquita mi vida... además, te las digo con todo el amor del mundo mundial...- que lindo que es mi Hades... beso su mejilla con fuerza y lo vuelvo a abrazar.
- eres un estúpido... pero te amo mucho... y eres mi estúpido favorito.
- eee gracias... creo... ¿quieres ir a comer algo? Hasta acá oigo a esos leones que tu llamas tripas rugir...- asiento rápidamente cuan una niña pequeña.
- ven, vamos por mi auto...
- ¿tienes auto?- pregunto sorprendida tomando su mano y entrelazando sus dedos con los mios. Me pone los ojos en blanco y responde:
- no ___________, vine montado en un unicornio mágico a buscarte... ¿pues que esperabas? Este guapo muñeco no podría movilizarse en un simple y corriente taxi...
- eres la modestia andando Sebastián... - río al ver su cara arrogante y de autosuficiencia. Hombres... saca unas llaves de su bolsillo y desactiva la alarma de un impresionante Lamborghini color blanco y negro... guuuuuauuuuu...
- ¡soooooooopaaaas! ¿De donde mierdas sacaste este auto Sebastián?
- ¿te gusta?
- me encanta...- toco el auto como si se tratara de algo sumamente delicado. Bueno, lo es... está precioso... jamás en mi miserable vida había visto de cerca y tocado un auto cómo éste...
Después de babear sobre el auto, Sebastián y yo nos montamos y nos dirigimos a la pizzeria mas cercana que encontramos. Si no capaz y me lo como a él... en todo el camino no puedo dejar de verle... Sebastián es el hombre mas guapo que he visto en toda mi vida... su piel es tan suave y perfecta, parece porcelana... sus ojos son tan lindos... aunque no lo crean, tenemos el mismo color de ojos. ¿raro, no?. su cabello es del mismo color que el mío también, pero a mi me encanta mucho más el de él.
Sus rasgos físicos han cambiado considerablemente en estos dos años, está irreconocible... pero yo sabría quien es a kilómetros de distancia...
- ¿babeas por el auto, o por mi?- pregunta con una sonrisa pícara. Por extraño que parezca, me pongo muy roja.- ya te pillé... mueres por mi...
- no sabes cuanto... - contesto con sarcasmo. Ríe y paramos de un brusco frenazo en un Pizza Hut.
- Sebastián, sin ofender... pero eres una mierda al volante.
- es que ese maldito gato se me cruzó en el camino! - chilla señalando al frente con su barbilla.
- ¿cual gato?
- ay ya se fue... pero te juro que allí había un gato, era enorme... del tamaño de un perro...- sale del auto con un enorme puchero y camina al lado de mi puerta para abrirla... o mas bien levantarla, ¡da igual!... cuando entramos al restaurante, varias de las malditas zorras ofrecidas ven descaradamente a MI hombre. Gruño como un perro peleando su hueso y envuelvo mis brazos al rededor de su cintura.
- no te pongas celosa _________ , yo soy sólo tuyo...
- pues no te creo, con lo ofrecido y facilón que eres...
- me ofendes enana del demonio. Yo te soy fiel hasta con el pensamiento... - caminamos de lo mas felices hasta una mesa con cómodos asientos acolchonaditos. Sebastián en lugar de sentarse frente a mi, se sienta a mi lado, me abraza y besuquea mi cuello.
- te extrañé tanto mini mi...
- y yo a ti Sebas... ¿sabes que?
- ¿que?
- te amo bebé...
- y yo a ti cielo...
- por cierto, ¿porque demonios no me dijiste que traerías tu trasero a América?, ¿porqué no me dijiste que vendrías Sebastián?
- ¿bromeas? Quería darte la mejor sorpresa de tu vida... no sabes, tuve que morderme la lengua para no reír cuando te tapé los ojos y me soltaste ese montón de palabrotas que jamás me habían dicho...
- ¿aún quieres saber a que horas abren mis piernas idiota?- me mofo.
- le preguntaré a mi madre a que hora abre las suyas para saber.- mi carcajada es tan escándalosa que hasta el cajero me voltea a ver cómo si estuviera viendo a un bicho raro.
El mesero llega y de entrada pedimos dos copas de fruta helada con yogurt encima, para preparar a nuestros estómagos a que aguanten la cuatro estaciones que ordenamos después, de beber una jarra de Coca-cola con mucho hielo y de postre, una enorme copa de helado para los dos, de esas que usualmente comen los enamorados.
- uy... con toda esta comida que ordenamos seguro que engordo unos veinte kilos...- murmura negando y quitándome una fresa que tenía en la boca. No digo nada, sólo sonrío.
- pues estás muy delgadito Sebas, yo quiero verte mas llenito...
- pues ya somos dos minion, quiero verte mas "llenita"... con suerte y ningún pervertido te va a ver justo cómo te están viendo ahora...- mira con los ojos achinados de un lado a otro y casi que les ladra.
- tranquilo Sebas... - digo quitándole un trozo de higo de la boca - que yo sólo tengo ojos para ti y te soy fiel hasta con el pensamiento...
- no te creo...
- peor para ti...- el mesero viene con la enorme pizza cuatro estaciones, Sebas y yo nos preparamos para atacarla. Mientras comemos, le pongo al tanto de lo que pasó con la vagabunda... digo, Gaby. Primero me regaña por no haberle dicho antes lo sucedido, pero luego me entiende que lo hice por evitar precisamente eso, sus regaños, su voz de niña chillona cuando se enoja.
- entonces, ¿que pasó con la motocicleta? ¿Aún vive o ya murió?
- hum, según Piero - trago el trozo de pizza que tenía en la boca... amo los honguitos...- su motocicleta quedó para el arrastre, vamos que se hizo mierda, hasta las llantas murieron...- Sebastián se ríe ahogándose con lo que tenía en la boca. Le doy unos cuantos golpecitos en la espalda hasta que se le pasa.
- pues menudo trancazo el que se pegó Gaby. Eso te queda de experiencia para no sacarla a lugares donde sirvan alcohol, ya sabes cómo es la inconsciente de Gaby, pisa la saliva de un borracho y ella ya está igual...- río de tal manera que la coca que bebía me sale hasta por la nariz... eso me pasa por mala...- por cierto - prosigue limpiando mi boca con su servilleta - ¿cuánto le sacaron al sujeto?
- ¿cuánto de que o que?
- ¿cómo que de que? ¡Dinero mujer! Me imagino que tu le golpeaste en las pelotas y le sacaste buen billete para no demandarlo.
- pues no... ni un centavo.
- ¿y eso porqué? - gruñe.
- por que Piero no es del todo culpable, en primer lugar la borracha era Gaby, ella se cruzó la calle donde no estaban las franjas peatonales. Piero sólo iba pasando y no tuvo culpa alguna... además, él y sus lindos amigos nos ayudan a cuidar a Gaby.
- ¿lindos?  No estarás saliendo con alguno de esos tipos, ¿verdad?! Si es así lo mato y luego te mato a ti! ¡Nadie toca a mi minion!
- oye, tranquilo.
- ¡tranquilo mis bolas!, _________ esos tipos sólo quieren jugar con los sentimientos de las mujeres, ellos son así y no respetan a nadie, sólo quieren sexo y sexo... ¡ay! ¡Me mordí la lengua!- chilla dolorido.
-  entonces son cómo tu.
- yo soy otro caso, no te confundas...
- caso perdido diría yo...
- yo nunca te lastimaría y lo sabes...- asiento con una enorme sonrisa.
- vaya, de no ser por lo de Gaby ni vengo esta... - no le dejo terminar y el vaso que sostenía en mis manos se cae al suelo rompiéndose en mil pedazos... cómo mi corazón...
- entonces... tú... ¿tú no viniste por mi?- los ojos se me llenan de lágrimas al ser consciente que vino por Gaby... y no por mi cómo lo había pensado...
- ¿que? ¡No!, minion, no quise decir eso, lo que quise...
- eres una mierda Sebastián, ¡TE ODIO!- doy con mis manos en la estúpida mesa y luego le doy una fuerte bofetada haciendo que todos los comensales me vean... pero no me importa... me levanto de la mesa con el corazón roto y con las lágrimas bajando cómo cascadas por mis ojos... cuando empiezo a caminar, siento la mano de Sebastián sujetar la mía.
- No te vayas! No quise decir eso minion!
- ¿cómo puedes hacerme esto Sebastián? Creí que te importaba, Creí que me querías... eres una mierda... te odio... - quito su mano de la mía de un manotazo y camino unos cinco pasos, hasta que él me alcanza, se coloca delante de mi y cae de rodillas al suelo. Sus brazos me envuelven con fuerza y recuesta su cabeza en mi vientre... oh dios...
- ________… no digas eso... por favor... si yo te amo a ti... sólo a ti... lo siento tanto... perdóname si me expresé mal... pero si yo volví fue solo por ti... pensaba hacerlo la otra semana, y con la excusa del accidente de Gaby, decidí adelantar el viaje... moría por verte y abrazarte a ti... vine a ti primero... estoy contigo ahora, no con ella... ella sólo es mi amiga y nunca seremos algo más... yo te amo sólo a ti... no me... no... no me odies _________… no puedo soportar que no me quieras más...
- Si tanto te importa ella, mejor ve a verla Sebastián, ¡anda! Date prisa que ella te debe de estar esperando muy feliz. Yo me voy a mi casa... total, tú regresaste para verla a ella...
- ¡que no maldita sea! Me importas tú... sólo tú minion... no me hagas esto... no me odies... yo te amo tanto... mas que a mi vida... no me alejes de tu lado... por favor... - aprieta sus brazos de tal manera que me hace llorar y hacerme entender que esto es ridículo... estoy loca... mi Sebas vino por mi... él lo dice y le creo...
- Sebastián... levántate por favor...- pongo mis manos en sus mejillas. Levanta su mirada, sus ojos se han enrojecido y están llenos de lágrimas... no... no...
- lo haré si me perdonas... si me vuelves a amar...
- no seas tontito... perdóname tú a mi... Sebas, nunca te odiaría a ti... te amo... con mi vida...
- por dios... mi minion... no quiero perderte...- susurra dando un salto y abrazándome con fuerza... la gente al rededor aplaude y aclama con euforia un beso... están locos... pero Sebastián, que es Sebastián me besa en la mejilla tan fuerte y ruidoso que aplauden y silban... Sebas y yo volvemos a nuestra mesa a abrazarnos y comer nuestro delicioso helado (cortesía de la casa, por cierto)... volvemos a platicar y entre tanto alboroto la deliciosa jalea de mora que acompaña el helado se resbala por toda su mano derecha y antebrazo. Cojo una servilleta y le empiezo a limpiar sus bonitos y largos dedos.
- mira nada más que desastre hiciste Sebas...
- pero si tú me empujaste minion...
- eso no es cierto...- levanto la manga de su sudadera negra para seguirle limpiando.
- ¡Mierda! Puedo explicarlo! No te enojes.. - jadea horrorizado y tapando su antebrazo con su otra mano. ¿pero que demonios le pasa? ¿Estará loco? De pronto veo en su antebrazo algo muy peculiar y enseguida entiendo a que se refiere. Lo veo con la boca completamente abierta hasta el piso.
- puedo explicarlo, ¡te lo juro! Juro que te lo iba a decir...
- sooooopaaaasss Sebastián ... está precioso... ¿cuando te lo hiciste? - acaricio suavemente su tatuaje. Jamás había visto algo tan genial... creo que es la santa muerte... aún no lo entiendo bien... tiene una mano con un ojo de un lado y del otro una rara calavera.

~Una Vida Juntos~  (Gianluca Ginoble Y Tú) TEMPORADA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora