Capítulo 25. "Conociendo a los suegros" Parte 2.

550 15 3
                                    


*Nota*- el vestido que usa rayita es igual al que usa Maggi en el video de Canzone Per te, de Il Volo.

__________(tn)*

"Espera por mi... Bonita"

     — ¿Qué? No te escucho muy bien, Ignazio.
     — ¡Que si puedes venir hoy a cenar conmigo a mi restaurante!
     — ¿cenar dices? ¡Encantada Nachito! ¿a que hora llego?
     — mmmm... A las 8:00 pm está bien. Ponte muy hermosa pequeña, mucho más... Es algo familiar. ¡nos vemos!
    Corta la llamada sin si quiera dejarme decir mu... ¿Dijo cena familiar o fue mi imaginación? ¿Será que me quiere presentar a sus padres?... No lo creo, a Ignazio le gusta Gaby, no yo. Como sea.
    Al final le pido a Michael salir temprano del trabajo.
A las 4:30 de la tarde, ya estoy en casa dándome una buena ducha.
Cuando salgo, envuelvo mi cabello en una toalla y mi cuerpo con otra.
Estoy aplicándome mi crema para las piernas, cuando Gaby entra corriendo a mi cuarto muy apurada. Odio que entren a mi madriguera sin tocar y sin permiso, así que gruño como perro:
     — ¡No entres a MI cuarto sin tocar y sin permiso, Gabriela!
     — lo siento __________, pero es algo muy importante...
    Levanto mi mirada
    — ¿importante dices?
    — Si... Necesito de tus sabios consejos __________... hoy saldré con alguien en la noche y quiero verme linda.
   Parpadeo cien veces. ¿Como que saldrá con alguien?
     — ¿con quien vas a salir? Creí que te gustaba Nachito...
    Gaby se encoje de hombros y no me responde mi pregunta, solo comienza a chillar y a insistir en que le ayude a ponerla decente. Al final accedo. Me gustan mucho los retos y el pelo todo maltratado y feo que tiene, me llama a gritos a hacer algo con él... Me pongo un bóxer y una camiseta de Sebas y salgo para la habitación de Gaby. Allí, husmeo en su guarda ropa para ver si tiene algo decente, algún vestido... Pero parece que su ropa es donada de la caridad...
     — si mi ropa te quedara, tal vez y te prestaría un vestido... Pero... Bueno, estás algo... Rellenita.
   Gaby me ve enojada y obviando su gesto que para nada me asusta, digo:
     — Enserio Gaby... ¿le robaste esta ropa a tencho, el vagabundo? Tienes puras cosas feas...
     — ¡mi ropa es muy linda!
     — si, en el mundo de la vagancia.
    Después de buscar y buscar, al fin encontré un vestido. No es la gran cosa... Pero ni modo. Es un vestido morado oscuro cubierto de tela de encaje. Le queda arriba de la rodilla, no muestra absolutamente nada. Ni los pechos que no tiene enseña. Estoy intentando arreglar su cabello y mis dedos se quedan atorados en él. Obviamente lo hice bromeando y tuve que morderme la lengua para no reír. Logro hacerle un bonito peinado utilizando mi laciadora, sujeto su cabello en una coleta alta con unos mechones a cada lado de la cara, le pongo labial oscuro, le pongo delineador, rímel y algo de sombra.
La veo y no me creo que es Gaby... No parece una vagabunda ahora...
     — Bien Gaby, no te ves tan pior, pero tampoco hago milagros.
    Gaby chilla cuando se ve en el espejo. Se pone unos tacones que tenia allí guardados y se va, no sin antes agradecerme mi obra.
   Miro el reloj y me doy cuenta que ya son las 7 de la tarde. Pero ¡por favooorr!, ¿cuánto me he tardado en arreglar a Gaby?!
Corro a mi cuarto como gallina perseguida y busco desesperadamente en mi armario algún vestido lindo. ¿Que se supone que debo usar? ¿vestido rosa, azul, naranja, rojo o negro?
Resoplo un millón de veces realmente frustrada. Seguramente, cualquier vestido que escoja se me verá horrible... Con lo gorda que me he puesto últimamente, nada me queda...
Al final, opto por un pequeño vestido color negro con tela de gasa en toda la espalda, un escote de esta misma tela en la parte delantera que llega arriba del ombligo, es uno de esos vestidos de manga corta y cuello redondo. Me sorprendo al verme al espejo y darme cuenta que no me veo tan mal, de hecho mi cintura se ve más chica y mi trasero más grande... Me gusta, aprobado.
    Apurada, comienzo a maquillarme lo mejor que puedo. Me hago la rayita en el párpado con delineador líquido, lápiz negro encima de las pestañas inferiores, algo de rímel, polvo, labial rosa pálido y, con mi cabello como ya es muy tarde, lo dejo suelto y un tanto ondulado. Me calzo unos enormes e impresionantes tacones rojos, (regalo de Sebas, desde París, por cierto) me pongo mucha fragancia, cojo mi abrigo y salgo de mi cuarto pavoneando mi trasero.
    Al llegar a la sala, Sebastián ve televisión mientras devora ferozmente un enorme sándwich. Este, al verme, abre su boca por completo y dejar caer su sándwich. Mierda, olvidé decirle a Sebas que saldría esta noche...
     — ¿Para donde demonios se supone que vas y vestida así, mocosa?
    Gruñe como oso. Por más que me grite y me grite, me saldré con la mía y vestida como yo quiera. Así que, sonriendo con dulzura, le contesto mimosa:
     — Iré a cenar con Ignazio — me pongo mi abrigo beige que me llega arriba de la rodilla — ¿está mejor ahora, papá?
     — ¡No! No ésta mejor. ¡¿De verdad pretendes dejarme solito?! Todas las cacatúas que tienes por amigas se fueron a la... Patagonia, ¿y ahora tú? ¡Minion! ¡No quiero que te vayas!
     Sinceramente, la forma en la que Sebas chilla como una niña chiquita me hace mucha gracia. Pero como ya dije que me iré si o si, le contesto tomando posición para irme:
     — No seas dramático Daniel, solo será una cena. Además, no le puedo cancelar a Ignazio, sería de muy mala educación dejar a su familia esperando.
     — ¿a su familia dices?
     — Ajá. Me dijo que era una cena familiar, así que supongo que es con sus padres o tíos... O no lo se. Tú puedes salir hoy si quieres Sebas, en lo que yo regreso.
     — ¡Ni hablar! — gruñe — me quedaré aquí esperándote. Te quiero antes de las once, mocosa.
     — Si, como sea. Ya me voy Daniel, ya se me hizo tarde.
    Tras despedirme de mi Sebas, salgo corriendo a la calle en busca de un taxi.
     Cuando llego al restaurante, son las 8:15... Espero que Ignazio no se moleste por que vine un poquito tarde.
    No he puesto un pie dentro del restaurante, cuando el gracioso, flacuchento, pelirrojo, pero pulcro Filipo aparece ante mi con una enorme sonrisa. ¡Que simpático es este chico!
      — Buenas noches... Eee... Pequeña Bella, bienvenida.
      — Buenas noches Filipo. ¿Donde está Ignazio?
      — El señor Boschetto está en la cocina ahora mismo. Mientras el señor termina lo que está haciendo, la llevaré a la mesa de los... Eee, Nobles... Creo...
      — ¿Los qué? Ignazio me dijo que era una cena familiar.
      — por eso mismo, con los Nobles. Por acá, pequeña Bella.
    Pone su brazo para que yo lo tome y lo hago dudosa.
No tenía ni idea que Ignazio fuera un clasista de lo peor... ¿Y porqué demonios Filipo me dice Pequeña Bella? Esto está muy raro... Aquí hay gato encerrado y yo odio los gatos.
     — Aquí está su mesa, pequeña. El señor Boschetto no tarda. Nos vemos.
    Asiento con una sonrisa. Al dirigir mi mirada al frente, noto que hay unas personas que no conozco y que para nada se asemejan a Ignazio... ¡tonto filipo! Seguramente se equivocó de mesa el muy animal...
Cuando voy a girarme para buscar a Filipo, un chillido familiar de mi nombre, me paraliza.
      — ¡___________¡
     Al girarme y reconocer esa voz, esa horrible cara que maquillé hoy con mis propias manos, me quedo con la boca completamente abierta hasta el piso al ver a Gaby sentada junto a... ¿Gianluca?.
     ¿Que demonios hace Gaby aquí? Y lo más importante, ¿Porqué infiernos está sentada junto a mi hombre de lo más feliz?
      — ¿Gaby? ¿Que haces aquí con... Gianluca?
     Pregunto cerrando mis puños con toda mi fuerza. Control __________, control... Seguro todo tiene una explicación...
     — Bueno, yo...
     —Bella, digo __________... déjame presentarte a mi familia — dice el imbécil que al parecer no pensaba hablarme — mira, ella es Eleonora, mi madre.
    Una señora muy guapa, jóven y de encantadora sonrisa, se pone de pié, me da dos besos en las mejillas y chilla muy cariñosa:
     — ¡Mucho gusto linda!
     — err... El gusto es mío...
Tartamudeo un poco. Estoy raramente nerviosa... Es la mamá de mi puddin...
     — Él — prosigue Gianluca — es Ércole, mi padre.
     Estrecho la mano de un hombre muy parecido a mi Gian... Un poco serio, pero sin duda, encantador...
     — un gusto, pequeña.
     — Igualmente, señor Ginoble.
     — y este es mi hermano, Ernesto.
     Un chico alto, castaño con mechas rubias, ojos miel de unos 14 años y bastante parecido a Gianluca, toma mi mano y besándola dice:
     — Mucho gusto, Bella.
Nombre, si me dicen que es hermano de Gianluca, ni me lo creo... Son igual de abusivos...
     Gianluca carraspea un poco enojado, Ernesto vuelve a su lugar y el primero, apartando su mirada de mi, murmura:
      — Familia, ella es mi pastelito... Digo, mi bella... ¡Digo! Es __________, la novia de... De Ignazio...
      Me atraganto yo sola. Estoy segura que mis ojos están a punto de salirse de mi cara en cualquier momento. ¿La novia de Ignazio? ¿Porqué me presentó ante su familia cómo la novia de Ignazio? ¿porqué no dijo que era la suya?
      — ¡oh __________! Tenía tantas ganas de conocerte a ti también, así como al pastelito de mi Gian...
Dice la señora Eleonora. Parpadeo y murmuro frunciendo mi entrecejo:
      — ¿a Pastelito?
      — ¡Si! Pastelito, Gaby, como sea... Ella es la novia de mi bebé. Me dio la impresión de que ustedes dos ya se conocían...
      — ¡Mamá! Ya te dije que no le digas pastelito a Gaby... Ella es... mi.. Ojos de buey...
      — ese es un pésimo sobrenombre Gianluca.
      — pero tiene ojos de buey. Son marrones. Los bueyes tienen ojos bonitos...
    Sinceramente... No se si reír, gritar o llorar... Siento que voy a explotar en cualquier momento... Presentó a Gaby como su novia en vez de a mi... Y encima dijo que ella era su pastelito y su ojos de buey... Los ojos me pican... Quiero llorar... Quiero llorar... Pero no debo hacerlo... No aquí...
      — Si me disculpan, iré a buscar a mi novio Ignazio... No tardo...
     Salgo corriendo lo más rápido que puedo rumbo a la cocina. Ahí, encuentro a Ignazio montando un postre. Cuando me ve, deja al otro tipo que está con él hacerlo y camina donde mi... Lo abrazo antes de que diga cualquier cosa y me permito llorar en su pecho...
     — Pequeña Bella, ¿Que te ocurre? ¿porqué estás llorando?
    Levanta mi rostro para que lo vea. Mi barbilla tiembla y las lágrimas salen a cascadas por mis ojos.
     — ¿porqué me hiciste que viniera a esta cena?
     — creí que querrías conocer a los padres de Gianluca, pequeña.
     — Él me presentó como tu novia...
     Ignazio me ve con su ceño fruncido, limpia mis lágrimas con sus pulgares y sonriendo tan dulcemente, susurra:
      — no te preocupes, si quieres vamos y aclaramos que su novia eres tú, pequeña... No llores más...
      — ¡No! ¡Él ya trajo a su novia!
      — ¡¿Qué?!
      — Presentó a Gaby como su novia, Ignazio...
      — ¿Gianluca es idiota o se hace?... Espera... ¿A Gaby dijiste?
      — Si...
     Ignazio cambia totalmente su gesto a uno muy duro, enojado y serio. Para enojada estoy yo. Maldita traidora... Me hizo que la vistiera como persona y todo para apuñalarme por la espalda... Esta si me las pagarás, Gabriela...
     — Muy bien, pequeña Bella — dice de pronto Ignazio besando mi frente — tú y yo somos novios, vamos a esa mesa a comer como la pareja de enamorados que somos. No permitiré que llores más, mucho menos por ese idiota de Gianluca... Si él dijo que tú y yo somos novios ante sus padres, pues lo seremos.
     Asiento con una sonrisa macabra. Vamos a ver quien se enoja más... Si Gianluca u ojos de buey.
     Antes de salir de la cocina, me retoco el maquillaje corrido. Cuando siento que estoy presentable, Nacho y yo salimos tomados de la mano al estilo Hollywood. Yo meneo mi cabello de un lado a otro y muevo mis caderas lo más sensual que puedo. Se por donde atacar a Gianluca y a Gaby. Que se preparen... Lamentarán ser "novios".
      — Disculpen por el retraso — murmura Nachito — estaba ocupado con mi preciosa novia.
      — No te preocupes Ignazio, tomen asiento por favor.
     Antes de que Ignazio mueva mi silla para que me siente, me ayuda a quitarme mi abrigo beige. Cuando lo hace, sonríe ampliamente y dándome la vuelta dice:
      — pero que preciosa estás con ese vestido... Mi amor... Aunque tú siempre éstas preciosa.
      — Gracias mi Nachito, tú siempre tan atento... Mi amor...
      Sonríe. Gianluca nos ve enojado pero no puede dejar de ver mi cuerpo descaradamente, importándole un cuerno que su novia esté junto a él.
    Segundos después, Filipo llega con el menú. De entrada pido una ensalada césar, Ignazio unos mini sándwiches, Gianluca fruta y los otros tres Ginoble, piden otro tipo de ensalada. Me río internamente cuando ojos de buey pide pan con ajo. Ya me imagino como será de dama...
Las entradas no tardan en llegar, y cuando estamos comiendo, Eleonora pregunta:
       — y dime Ignazio, ¿Como conociste a tu linda novia?
Ignazio y yo nos vemos y nos sonreímos.
       — oh, pues fue cosa del destino. Casi no recuerdo el porqué de la ocasión que nos encontramos... Pero sinceramente, le doy gracias a todos los santos por haber conocido a mi pequeña Bella... Simplemente, la adoro... — besa mi mano — no se que haría sin mi novia.
      — ¡awww! ¡Que tierno!
     Chilla Eleonora. Dispuesta a sabotear a ojos de buey ahorcado y al infiel. Pregunto colocando los codos en la mesa y recostando mi barbilla en mis manos:
     — siii, muy tierno. Pero aquí lo importante es saber sobre la novia de Gianluca. Cuéntanos, ¿como conociste a tu ojitos de buey?
     Parpadeo inocentemente. Gianluca y Gaby se voltean a ver sin saber bien que decir.
      — Bueno, nos conocimos en el parque.
      — ¡En la disco!
     Sueltan los dos al mismo tiempo. ¡Ja! Ah ver como salen de esta...
      — Hablo de que... Era en... En el parque y... Y había una disco móvil...
      — Si, y entonces yo bebía una soda... Y y y y... Gianluca la derramó en mi camiseta sin querer y y y tuve que quitármela y me puse la suya. Luego nos presentamos y le dije que él era el chico más guapo que yo había conocido y me dijo "ya lo se". Fue allí donde nos dimos cuenta que eramos el uno para el otro...
      Gaby no acaba de decir eso. ¿o si?
¿Gianluca y ella, el uno para el otro?!
¡Por favoooorrr! Gianluca es mío... Solo mío...
      — Interesante — murmura Ignazio tomando de su vino — y dime Gianluca, ¿que es lo que más te gusta de tu novia?
     Volteo a ver rápidamente a Gianluca y este a mi. Alzo una de mis cejas y le dedico una despreciable mirada. Que diga lo que quiera de su "ojos de buey"...
      — Pu... Pues, pues veras... Mi novia es la mujer más hermosa del mundo, la más linda que he conocido... — tomo la ma mano de Ignazio y se la aprieto con fuerza y veo a Gianluca de la manera más fría y macabra que puedo — Digo... Mírala... Me encanta todo de ella... Su lindo, suave, largo y oscuro cabello... Sus preciosos ojos verdes que me vuelven loco... La manera en la que ellos me ven, con tanto amor y odio a la vez... Su pequeña estatura la hacen aún más hermosa... La adoro, me encanta, me fascina...
     Arrugo el entrecejo como todos los demás y vemos a Gaby. ¿Desde cuando tiene cabello lindo? ¡Gaby no es pequeña!
    Gianluca adora a su ojos de buey, por lo visto...
      — ay Bella... — dice Ernesto divertido y viéndome con una enorme sonrisa traviesa. ¿estará loco?
      — ¿Que hay de ti Ignazio? ¿Que es lo que más te gusta de tu novia?
      Pregunta Eleonora muy atenta.
Maldición... Espero que a Ignazio no se le de por contestar que le gusto por que soy pequeña... Pero, sorprendiendome, responde:
       — Veras Eleonora, mi pequeña Bella, osea, MI novia, sin duda alguna es la chica más bella que jamás haya conocido. No hablo solo de su físico, mi gomita acidita con azúcar, es muy encantadora... Me encantan tantas cosas de ella, absolutamente todo, para ser más exacto... Me encanta su forma de ser, su forma de querer, me encanta que entre ella y yo no hayan secretos, amo la confianza que ambos nos tenemos. Eso es algo fundamental para mi. Mi pequeña bella ha conseguido robarse mi corazón en tan poco tiempo... Y es que es tan dulce, tan rebelde y salvaje a la vez... Sin duda, __________ siempre saca lo mejor de mi... La adoro por eso y por muchas cosas que estoy seguro no terminaría de decirte.
      Parpadeo un millón de veces viendo a Ignazio. Es la cosa más bonita que jamás me haya dicho... Lo abrazo con toda mi fuerza y beso su mejilla, dejando marcados mis labios rosas en ella.
      — Te amo, Hamburguesito...
Ignazio se ríe encantado y me devuelve el beso.
      — y yo a ti, gomita ácidita...
      La cara de Gianluca y la de Gaby está muchísimo peor de la que imaginaba. Estoy segura que Gianluca quiere soltar sapos y culebras por la boca en contra de mi e Ignazio. Pero como ya me va conociendo y sabe lo terriblemente enojada que estoy con él, no dice nada y solo me ve asintiendo lentamente... Como diciendo que se las cobrará después. ¡Ándale! También me las pagarás...
     Tras terminar nuestras entradas, ordenamos nuestros platos fuertes. Por petición de Ignazio, ambos ordenamos lasagna de carne y pollo. Gianluca Spaghetti con salsa Bolognesa y Gaby ordena un maldito Fetucini Alfredo, con camarones extras. La veo, le reduzco la mirada y paso mi dedo por mi garganta en señal de advertencia que la mataré.
Ignazio y yo nos ponemos a cuchichear sobre lo que hacemos y lo que diremos.
      — Ninguno de los dos podrá contra nosotros, pequeña... Gianluca lamentará haberte hecho llorar.
      — y Gaby lamentará haberme usado para feminisarla. Nacho, yo fui quien la arregló como está ahora mismo... Y todo para que acompañara a su novio Gianluca... Ella me manipuló...
       — ¿Ella hizo eso? No la creí capaz de hacer semejante cosa... Pero ya la voy conociendo. La gente nunca deja de sorprenderte.
      Asiento. Tiene razón. Hasta el más tonto puede pasarse de listo... Gaby acaba de cometer la peor traición de su vida. ¿porqué me hizo esto a mi? Nooombre, se le da la mano y ella hasta el pié me toma. Eso se llama morder la mano del que te alimenta... Juro que esta me las pagará... De algún modo lo hará.
       — Entonces, es así como decidí que quiero estudiar periodismo.
      Dice Gaby mordiendo lo que queda de su pan con ajo. Me muerdo las mejillas para no reír al ver la mesa toda llena de migas. Al parecer, estaba platicando con don Ércole. Este, al escucharla. Frunce el entrecejo y suelta:
       — ¿porqué quieres estudiar algo tan tonto y bajo? Los periodista no hacen más que meterse en lo que no les importa y ocasionar problemas.
       — pero gracias a los periodistas es que la gente está enterada del acontecer, de los diversos problemas que ocurren a nivel nacional e internacional. Ya sabe, problemas con la ley, fraudes y todo eso.
      — sinceramente, no es una de las carreras que me hagan mucha gracia. Pero tienes tu punto niña.
     Gaby asiente sin decirle nada. Uiiss, por lo que veo, a mi suegro no le hace mucha gracia la novia de puddin. Entonces, viéndome a mi, pregunta:
      — ¿y tú que quieres estudiar, pequeña?
     Bebo de mi rico vino, sonrío ampliamente y le respondo:
      — Pues a mi me gustaría estudiar muchas carreras. Pero la que más me apasiona es la de Derecho. Me gustaría ser una excelente abogada en un futuro.
      — ¿Derecho dices? Yo podría ayudarte con eso.
      Abro los ojos como plato.
      — ¿Enserio?
      — Si, en Italia hay muy buenas universidades especializadas en esa carrera. No es por presumir, pero yo soy uno de los mejores abogados Italianos que podrás encontrar y conocer.
       — Por mi encantada, señor Ginoble. Pero... Aún no puedo empezar la Universidad.
       — ¿Porqué no?
       — Por que primero quiero ahorrar para un fondo. Estoy trabajando actualmente. Ya sabe, para no tener problemas a futuro. No tengo problemas monetarios ya que mi madre, al fallecer dejó una buena fortuna. Eso y que mi tío es dueño de una editorial y una prestigiosa marca de autos. Fácilmente podría estudiar cualquier carrera con ese dinero, pero soy de esas personas que prefieren obtener sus cosas por sacrificio propio.
     A mi suegro parece agradarle mi respuesta, pues sonríe ampliamente y le dice algo a Gianluca que no entiendo, ya que se lo dijo en Italiano. Gianluca, al escucharlo sonríe ampliamente y me guiña un ojo. Le muestro mi dedo de en medio disimuladamente y antes de que me diga algo, Fillipo llega con nuestros platillos.
      — aquí está vuestra cena, que tengan un muy buen provecho.
      — ¡Gracias Fillipo! ¡Provechito a todos!
     Chillo como una niña chiquita. No ha terminado de poner mi plato en la mesa, cuando ya empiezo a atacarlo. Tengo un hambre feroz... La deliciosa lasagna de pollo está tan riquísima que gimo encantada.
      — ¡mmmmm! Pero que rico está...
     Gianluca voltea a verme con una mirada cargada de perversión y erotismo. La carne se me pone de gallina e inmediatamente, una brillante y malvada idea golpea mi mente.
     Como Gianluca está sentado frente a mi y la mesa no es muy ancha, pues me quito mi tacón derecho. Acerco mi pié a su pierna y comienzo a acariciarlo de arriba hacia abajo.
      — ¡ay dios!
Jadea removiendose muy inquieto en su asiento. Me río malvadamente. Comienzo a subir mi pié por toda su pierna, por su muslo, hasta llegar a su entrepierna... Justo donde está su ya abultada erección. Lo acaricio suavemente.
      — Dios... Que deliciosa está tu comida, Ignazio.
     Dice mi hombre sudando. Se sirve más vino y se acomoda en la silla para darme mejor acceso.
       — ¿Estás bien Gian? — pregunto con inocencia, comiendo tranquilamente cómo si no le estuviera tocando su paquetote — estás sudando...
      — Siii... — jadea — es solo que el vino esta un poco fuerte.
      — Eso no es cierto — gruñe Ignazio — es un vino dulce.
      Mi Puddin asiente sin importarle nada más que no sea mi pié. Detengo mis caricias y Gianluca aprieta mi pié con su mano para que no pare. Sonrío y continúo apretando su delicioso paquete... Puedo sentir como palpita, como cada vez está más caliente y más ansioso por salir de su pantalón... Muevo mi piecito con mucha más intensidad y Gianluca pone esa cara de orgasmo que me calienta toda. ¡Se va a venir!
      — ¡Gianluca! ¡Aquí no!
     Chilla de pronto Gaby.
     ¿Cómo que aquí no?
     ¡¿Que demonios le estás haciendo, Gianluca Ginoble?!
     Sin pensarlo dos veces, quito mi pié de su erección, me pongo mi tacón disimuladamente, vuelvo a poner mi pié en su entrepierna y ¡Zaz! Que le doy una patada en su niño.
Gianluca da un salto y comienza a maldecir a diestra y siniestra. Al ver su cara roja del dolor... Me arrepiento de haberle golpeado su mini Gian... ¡Ni hablar! Él se lo buscó.
      — Gianluca, ¿Que te pasó, bebé?
      — Na... Nada mamá... Me dio un calambre muy fuerte... Siento como si una yegua salvaje me hubiese golpeado.
     Me vuelve a decir yegua, y juro que le doy otra patada.
      — por cierto Gaby, ¿cuanto tiempo llevas saliendo con mi Gian?
      Pregunta Eleonora unos minutos después de que a Gian se le ha pasado el calambre.
      Ignazio me está haciendo cariñitos en las mejillas y Gaby contesta casi ladrando:
      — ¡Pues tres maravillosos meses! Sin duda alguna, Gianluca es un gran hombre.
      — No tanto como mi Nachito — siseo — oye mi amor, ¿recuerdas la otra vez debajo del árbol?
      — lo recuerdo perfectamente, pequeña. Fue uno de los mejores días que he pasado a tu lado.
       — ¡Gianluca! ¿recuerdas aquella vez en el baño? ¡Oh! Tú si que eres caliente.
      ¿cómo que la vez del baño?! ¡¿Cual vez del baño?!
     Volteo a ver a Gianluca enojada y él niega. Aunque se que es mentira, la sangre mi hierve de tan solo imaginarlo, por lo que entierro mis uñas en el muslo de Ignazio. Este al sentirlas, da un saltito y jadea.
      — mi amor, aquí no. Espera a que lleguemos a casa...
      — ¡Pues Gianluca y yo nunca esperamos nada! ¡Cualquier lugar es bueno para nosotros!
      — ¡¿Ah si?!
      — ¡Si!
      — ¡pues me importa un rábano! Soy una mujer muy decente y no ventilaré mi vida privada a los cuatro vientos... Y por lo menos, ¡yo si lo he hecho!
     Gruño golpeando la mesa. Mi celular sale volando y cae debajo de esta misma. Mierda... Sonrío dulcemente y murmuro:
     — Disculpen.
     Me meto bajo la mesa en busca de mi celular y lo ubico por los pies de Gianluca. Lo cojo, gateo alrededor, no sin antes tocarle su paquete con la mano a mi hombre. Este, me deja ir un azote muy fuerte en el trasero que me hace chillar y golpearme en la cabeza. Para no caer, me sujeto de las manos de Ignazio.
Pero que grandes son...
    Al salir y tomar asiento, le digo a Ignazio:
      — mi amor, pero que enoooorrrme... — Gianluca jadea cuando digo esa palabra — corazón — prosigo sonriendo — tienes, digo. Tus manos son enormemente grandes...
El tono pervertido que uso, hace reír a Ignazio y a Gianluca jadear aún más.
      — muchas gracias pequeña, ya sabes que este enooorrme corazón, es todo tuyo...
      Los Ginoble se ven unos a otros, sin entender un pepino lo que pasa.
Eleonora, sacudiendo su cabeza, le pregunta con una enorme sonrisa a ojos de buey:
       — Dime Gaby, ¿Tú amas a mi bebé?
       — ¡por supuesto que lo amo! Sin duda, Gianluca es el hombre perfecto que toda mujer desea, incluyéndome a mi. Es tan guapo y elegante que no soy capaz de mirar a otro idiota más. Él y solo él es el único que me interesa. Gianluca es mi prototipo de hombre.
     Vaya mierda. Con esto que Gaby acaba de decir, estoy segura que acabó con todas sus posibilidades con Ignazio. Y no lo digo solo por decirlo... El pobre tiene una cara de desilusión y enfado que no se aguanta él mismo... Enserio, a mi también me dolió lo que dijo Gaby. Si Gianluca me hubiera dicho algo como eso, lo mando directito a la mierda, lo bloqueo de Facebook, WhatsApp , Instagram y dejo de seguirlo en Twitter. Sin ninguna oportunidad de reivindicarse.
     Como adoro tanto a mi "hamburguesito", aprieto su mano suavemente para que me vea y digo:
      — si hay un hombre perfecto, ese es mi Nachito. Bueno, nadie en este jodido mundo es perfecto. Sólo existen personas buenas y de enorme corazón que se asemejan a la perfección y sin duda alguna, Ignazio es una de esas personas... Digo, mirenlo... Es alguien tan hermoso por dentro y por fuera, tiene los mas hermosos y puros sentimientos que estoy segura, nadie tiene. Lo puedes saber fácilmente por su tierna y sincera mirada. Esa mirada de cachorrito que te dice muchas cosas positivas de él. También puedes saberlo por esa preciosa y contagiosa sonrisa que te hace olvidar cualquier tristeza y problema... Ignazio — entrelazo mis dedos con los suyos, viéndole a los ojos — no sabes lo dichosa que me siento de ser tu novia, de ser yo quien ocupe un lugar pequeño en tu gran corazón.
No pude expresar mejor lo que pienso y siento por Ignazio. En verdad lo veo como alguien muy especial...
      Los ojitos de Ignazio comienzan a brillar y en su rostro, aparece una enorme sonrisa que le marcan esos hoyuelos tan bonitos en sus mejillas. Que sonrisa más hermosa tiene...
     — ¿enserio?
     — Si. No tienes idea de cuánto te adoro. Eres una de las personas más importantes en mi vida y te digo de todo corazón que no me arrepiento de haberte conocido...
      — pequeña bella... — susurra y pega su frente contra la mía — te adoro tanto... Tú no tienes un lugar pequeño en mi corazón... Tú tienes todo mi corazón ahora... Es tuyo...
     Ignazio cierra sus ojos, restriega su nariz contra la mía y comienza a acercarse a mis labios. Mierda... Abro mis ojos como platos y tartamudeo:
      — Ig... Ignazio...
      Juro que mis mejillas están como un tomate de lo rojas que se han puesto. ¿Querrá besarme? Esto no está bien... No lo está...
      Justo cuando creo que va a besarme en los labios de verdad, abre sus ojos, me sonríe y posa sus labios en mi mejilla. Dejo escapar todo el aire que estaba reteniendo al igual que Gianluca. La que me va a armar seguramente...
      — Gracias por estar aquí y en mi vida, pequeña bella...
      — oh por dios... — dice de pronto Eleonora limpiandose una lágrima falsa de su rabillo — eso, eso es lo más hermoso que he escuchado...
Me pongo a reír. Enserio, mi suegra... Bueno, la suegra de ojos de buey es muy simpática.
     Bebiendo lo restante de mi vino, me pongo de pié y me disculpo para ir al tocador. ¡Estoy que me hago chis! Que si no voy dando saltitos, es por pura prudencia.
      Por alguna razón, en el camino, sin pensarlo, saco de mi bolso un espejito y un labial color chocolate oscuro. Me repaso los labios y cuando lo guardo, una mano sujeta la mía con fuerza y me jalonea hasta la bodega en donde están las cajas de licor. No hace falta que me digan quien es, yo lo se...
     — ¿Que demonios fue todo eso, gomita acidita?
     Gruñe mi celoso hombre empujandome contra la pared y colocando un brazo a cada lado de mi cabeza para que no escape. Mmmm... Se ve delicioso enojado... Como no le respondo, se cabrea más, pega su cuerpo al mío e insiste:
      — ¡responde! ¿lo hiciste para darme celos? Por que te juro que estoy que reviento...
      — No te creas tan importante, ojos de buey — gruño y lo trato de empujar. Pero no lo muevo ni un centímetro. — lo que dije fue la pura y cruda verdad. ¿Porqué no te regresas con tu novia, con tu ojitos de buey?
      — ¡por que mi novia eres tú! ¡maldición bella!
      — pues no lo parece. Según tus propias palabras, soy la novia de Ignazio y ojos de buey tu noviecita...
      — ¿Que tratas de decir con todo eso?
      — Que me dejes en paz. Estoy muy, muy enojada contigo Gianluca. ¿Que te parece si hacemos realidad tus palabras y de verdad me vuelvo la novia de Ignazio?
     — ¡¿Que?! — jadea asustado — No... No mi pastelito... Tú eres mi novia... Mía...
     — ¡ah verdad! Será mejor que me sueltes, Ginoble...
     — no mi amor... Te quiero... Te quiero...
     — Gianluca...
     — Bella, tienes razón... En todo tienes razón... Perdóname por ser tan idiota, pero por favor... No hables de dejarme... Por que sin ti, yo me muero... — ew... Ya me ganó el corazón de pollo — además, tú eres mía, sólo mía... Solo yo tengo el derecho de besarte donde yo quiera, de tocarte como yo quiera. ¿Entendiste?
     — ah, ¿y tu ojitos de buey si puede tocarte?
    Gruño cabreada y lo empujo para que deje de acorralarme.
     — No es mi ojos de buey.
     — Tú mismo le dijiste a tu madre que ella era tu "ojitos de buey".
     — se lo dije por que estaba diciendo que Gaby era mi pastelito. Mi pastelito eres tú, mi amor. ¿a caso quieres ser tú mi ojitos de buey?
     Pregunta juguetón abrazandome y poniendo sus manos en mi trasero. Lo fulmino con la mirada.
     — Yo no tengo ojos de vaca, Gianluca.
     — Dije buey, y si te soy sincero. No me gustan los ojos de buey. Me gustan tus ojos... — me ve divertido, sonríe, yo no... Estoy enojada... — mmm. Estás celosa mi amor.
      Mas enojada que antes, esta vez soy yo la que lo empuja contra la pared y sisea ante su enorme sonrisa que parece que no borrará nunca:
     — No estoy celosa. Pero algo si quiero dejarte muy claro. Tú eres mi hombre, mío y de nadie más, Gianluca. No toleraré que nadie más que no sea yo, te toque... Dicho esto, me largo. Aún estoy muy enojada contigo...
     Cuando me voy a dar la vuelta para irme, Gianluca me abraza por detrás y pega su erección a mi trasero.
     — No estés enojadita conmigo mi pastelito de chocolate, caramelo y fresas... Yo te quiero solo a ti... La única mujer que deseo y me interesa, eres tú mi amor... Sonríe y dime Puddin...
      Su maldita insistencia, su forma de hablar tan sensual y la manera en que restriega su erección en mi trasero, me hacen jadear y apretarme contra él...
     — Puddin... ¿Que haces?
     — Me encanta cuando me dices Puddin, Pastelito...
     Me da la vuelta y me besa metiéndome toda la lengua en la boca. Gianluca me levanta del mismísimo trasero y me coloca sobre una enorme caja de madera. Abre mis piernas y se apega a mi. Suelto un gemido al sentir su palpitante erección sobre mis húmedas bragas...
     — Dios Bella... No tienes una maldita idea de lo caliente y sensual que te ves con este vestido... Deseo tanto arrancarlo de tu cuerpo, hundirme por completo en ti y hacerte mía una y otra vez.
      — ¿muy rico?
Jadeo arqueando mi espalda.
      — muy rico, bella...
      Comienzo a besarle toda la cara, desabrocho los primeros tres botones de su camisa, aflojo su corbata y comienzo a bajar la cremallera de su pantalón. Mi desesperación es tanta que meto toda mi mano bajo su bóxer y sujeto su dura, caliente y enorme erección.
      — ¿Te duele la cabeza, mi amor?
      — No por el golpe, corazón...
      Jadeamos. Mi hombre mete sus manos bajo mi vestido, mueve mi pequeña braga lo suficiente y me penetra de una estocada. Los dos gemimos como animales en celo.
      — ¿Sa... Sabes lo que me ha di... Dicho mi padre?
     Muerdo su labio inferior y niego.
     — me... Dios... Me dijo q... Que le agradas mucho y ahhh... Que... Que tú deberías de... Ohhh... De ser su nuera. ¡aaah!
      Sonrío ante ese comentario.
Mis músculos internos comienzan a succionar la erección de mi hombre, avisando el maravilloso orgasmo que no tarda en poseer mi cuerpo y me siento desmayar... Si... Si... Gian es mío, es mi hombre y lo amo...
No pasan ni unos cinco segundos en los que Gianluca está llenando mi interior con su delicioso elixir espeso y calentito, cuando la puerta se abre y un enrojecido Fillipo chilla:
      — ¡Virgen Santísima! ¡Juro que solo venía por otra caja de vino!
      — ¡Largo Fillipo!
     Gruñe mi hombre sin sacar un solo centímetro de su gloriosidad de mi interior.
     Tardamos varios minutos en reponernos de nuestra poderosa hazaña sexual. Espero que Fillipo no le vaya a ir con el chisme a Ignazio de que me pilló en plena infidelidad con mi Puddin... Sabrá dios que habrá visto.
     Gianluca insiste en escapar conmigo a un hotel de paso para terminar nuestra infidelidad como se debe. Lo mando a la mierda. Está loco. Eso y que las ganas de ir al baño han incrementado horrible. Antes de irme de la bodega, devoro a mi Puddin a besos para calentarlo más, me da un fuerte azote en el trasero.
Me voy dando saltitos hasta el baño para liberar todo mi chis. Es uno de los placeres de la vida.
     Cuando termino, me lavo muy bien las manos y decido retocar mi maquillaje. Parezco un mapache.
Estoy repasando mis labios con el labial rosa que traía en un principio, cuando mi teléfono empieza a pitar. Miro la pantalla, número privado...
      — ¿Hola?
     Contesto un poco inquieta, pero nadie me responde. — ¿Hola? — insisto y nada... Solo se escucha una respiración... Me siento muy extraña... Demasiado nerviosa y un poco melancólica. ¿Que me pasa?
    Pasados un minuto, siguen sin hablar y algo cabreada, digo:
     — ¿Quien habla? Si no responde, voy a colgar.
     — ¡No! — responde al fin una voz muy ronca y varonil — No me cortes la llamada... Soy... Soy yo... Bonita...
     Esa manera de llamarme Bonita... Esa forma tan dulce de hacerlo, sólo la he escuchado en una tan sola persona en esta tierra...
     Mi pulso se dispara a mil al reconocer su voz...
      — Ni... Nick... ¿Eres tú?
      — Si bonita, soy yo. Nick.
Mi gesto se descompone e inevitablemente, comienzo a llorar tapando mi boca con una mano.
       — Nick, Nick...
       — Shhhh... No llores mi amor, mi linda Noyer... No lo hagas por favor...
       — Pero es que tú...
       — Shhhh... Solo quiero que me escuches, mi amor... ¿Puedes hacerlo?
      Asiento repetidas veces, aunque no me pueda ver.
      — Tomaré eso como un si. Bonita... Se que ha pasado mucho tiempo desde que... Desde que pasó lo que pasó entre nosotros... Quiero pedirte perdón... Fui un maldito cobarde al largarme de tu vida sin ninguna explicación... Tengo una, creeme. Pero necesito decírtelo en persona, cara a cara... Es solo que no es el momento... Yo no estaba bien en ese entonces... Aún no lo estoy y te juro por mi vida que estoy haciendo todo lo que está en mis manos para recuperarme, para estar bien para ti... Es un martirio recordar día y noche lo que te hice. No estuvo bien. No merezco tu perdón y lo entiendo. Se que lo que te voy a pedir es lo más egoísta del mundo... Pero si aún me amas... Por favor, por favor... Espera por mi, Bonita... Espera un poco más. Perdóname por molestarte. Merezco tu odio, tu desprecio y todo lo malo que sientes por mi... Pero te amo con mi vida... Adios...
       — ¡Nick! ¡Espera Nick! ¡No cuelgues Nick! ¡No te odio! ¡Te amo! ¡Te amo Nick! ¡Te amo! ¡Nick! Nick... Nick... Por favor... No me dejes otra vez Nick... Te amo más que a nada Nick... Esperaré por ti Nick... ¿Nick? Nick...

~Una Vida Juntos~  (Gianluca Ginoble Y Tú) TEMPORADA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora