-Ya basta me estas lastimado- dije intentando safarme de su agarre.
-sólo camina- dijo mirando al frente.
-pero me lastimas- me queje, el me soltó pero me cargo en su hombro -no seas bruto, bajame!!- me dio una nalgada
-te callas- dijo y me dio otra nalgada
-pero que te crees?- dije enojada
-tu dueño- dijo con su voy ronca
-mi dueño las pelotas- dije y comencé a golpear su espalda
-quieres que te lo demuestre?- dijo divertido
-no tienes que demostrarme, tu no eres mi dueño- que se cree el maldito
-o claro que lo soy- dijo con un tono firme
-no lo eres!- subí mi tono de voz
-sabes que lo soy, admitelo- dijo divertido, maldito no yo soy libre bueno al menos eso creo
-no, no, no y no- dije ya cabreada de esto.
Al llegar a la habitación me bajo nos quedamos mirando un corto tiempo sin expresión alguna, hasta que él en su rostro se le fue formando una sonrisa de lado.
-sabes... tu eres mia y lo serás siempre... te haría mia en este mismo momento pero no quiero forzarte... tu belleza es enorme... tu juventud me encanta... tu cuerpo- suspiró - tu cuerpo es tan hermoso y perfecto para mi... tu y yo somos muy diferentes; nuestras vidas, nuestras edades, nuestros mundos, nuestros pensamientos, nuestras forma de ser pero como dicen los polos opuestos se atraen tu eres el agua y yo el fuego, tu eres un ángel y yo un demonio.. tu mi hermosa princesa eres y serás para siempre de mi propiedad, propiedad de Alexander, tu me darás a mis herederos, mi futuro heredero será el máximo dueño de todos y los demás también heredaran mucho poder pero mi primogénito es el futuro gobernante de todo esto y mucho más, claro ahora yo soy el dueño de todo esto y por supuesto si tu aceptas ser mi mujer serás mi mujer, la mujer de Alexander, la dueña de esta casa y todas las demás propiedades que tengo y claro la dueña de mi corazón- me quedo mirando.
¿Que se supone que diga en este instante? ¿Como demonios respondo a todo lo que me dijo? En lo que me dijo tiene mucha razón somos polos opuestos, el un mafioso y yo una simple chica de mi edad.
-¿no piensas decir nada?- me miró levantando una ceja
-bueno....yo...yo no se que decir a todo eso- dije sin más
-lo único que tienes que decir que si- me miró fijamente
-Alexander... bonito nombre- intente cambiar el tema
-no me cambies el tema preciosa- con su mano me agarró de mi mentón y me hizo mirarlo a los ojos -¿que dices?- se me quedo mirando, suspire
-yo..- no se que responder - bueno yo no lo se, me toma de sorpresa todo lo que me dijiste- dije
-vamos di que si- insistió
-no puedo aceptar algo que no estoy segura si es lo correcto- mire hacia otro lado
- sólo es un si- dijo un poco cabreado
-como quieres que diga que si, si ni siquieras me has dejado llamar a mi familia- le reproche
-ya hablaste con ellos- dijo
-lo hice a escondidas porque tu ni me dejabas- lo apunte con mi dedo
-sólo habían pasado algunas hora desde que los viste por última vez-
-yo solo quería saber si estaban bien-
-¿porque?, ¿porque pensabas que les hice algo? ¿porque creías que los maté? Vamos responde- dijo tenso
-si así es pensé que a lo mejor le hiciste algo- dije enojada
-¿porque? ¿porque pensaste eso?- preguntó
-¿no es obvio? Eres un mafioso Alexander! ¿como crees que no iba a pensar eso?- ¿acaso no es obvio? Como no penar en eso
-pequeña, pequeña que poco me conoces-
-claro que no te conosco, si apenas nos conocemos desde esta tarde- dije, el suspiro pesadamente
-es increíble ¿no?-
-¿que?-
-ni siquiera llevamos un día juntos y nos la hemos pasado discutiendo-
-tal vez sea una señal- dije
-¿señal de que?-
-de que el destino no nos quiere juntos-
-yo no creo en esas tonterías- dijo dándose la vuelta
-deberías dejar que el doctor te vea esa herida-
-no empieces de nuevo-
-sólo quiero que te revises-
-si dejó que el doctor me revisé ¿me prometes dos cosas?-
-¿a cuáles?-
-primero, dejas de insistir con ir al doctor y lo otro me das un beso, pero de esos ricos- dijo con una sonrisa
-eso no se vale, yo sólo quiero que te revisen esa herida-
-es todo o nada-
-con tal no tengo nada que perder- me encoji de hombros, en su rostro se formó una sonrisa
-¿y entonces?--si no te quieres revisarte es tu problema así que mejor lo dejamos así- comencé a caminar con dirección al baño
-tu no vas a ningún lado- dijo tomándome del brazo
-necesito bañarme- lo mire
-estas perfecta así- me acarició con la otra mano mi mejilla
-yo soy la que decido- dije firme
-no me hagas enojar de nuevo- dijo ahora acariciando mis labios
-y tu déjame tener un poco de libertad- contraataque
-yo no ando ensima tuyo- dejó de acariciar mi mejilla
-no, pero te crees mi dueño- dije recordándole
-porque lo soy- de nuevo con lo mismo
-¿vez?-
-entiende soy tu dueño- me sujetó mi cara
-no lo eres- dije comenzando a enojarme
-si lo soy- esto ya me está superando y no pienso aguantar más que diga eso, la rabia recorrió mi cuerpo.
-NO LO ERES- me solté y camine hasta el baño cerrando la puerta con seguro detrás de mi.
Respire hondo, me mire al espejo y vi que tengo mi polera manchada con un poco de sangre, me la saque al igual que toda mi ropa, abrí las llaves de la ducha regulando el agua, cuando estuvo a mi gusto me metí a darme una ducha para despejarme de todo por al menos unos minutos...
Al terminar me envolvi en una toalla, salí del baño para ir a buscar ropa nueva y me encontre a Alexander en el suelo tirado y con su herida sangrando, rápidamente me acerqué a el.
-Alexander, Alexander- dije moviendo suavemente su hombro, no recibí respuesta alguna, demonios ¿que le pasa?....
Perdón por la demora he tenido algunos problemas; uno de ellos es que mi celular esta un poco malo y lo otro es que he tenido poca inspiración para escribir :(
En recompensa he escrito un capítulo un poquito más largo que el anterior
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Propiedad De Alexander (En Edición)
VârcolaciTodo empezó cuando su madre sufre un accidente, su padre acude a Alexander para pedir un préstamo de dinero. Pero no resulta muy bien y Alexander va para que le pague el préstamo pero el no lo consiguió en totalidad. Ese día para ella cambia su vida...