Alucinaciones

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-¿Qué tal el día?-Fue lo primero que escuché al entrar en casa.

Me sobresalté ya que pensaba que estaría sola.

-Pensaba que estarías trabajando.-Dije acercándome a Elena y dejando las llaves encima de la mesa.

-Eso no es razón para irte más pronto del instituto.-Sonrió, pero aún así intentó parecer enfadada.-Te lo tienes que tomar más en serio.

Simplemente asentí con la cabeza y le toqué el hombro mientras pasaba. Subí a mi habitación y me puse ropa cómoda. Me tumbé en la cama y cerré los ojos. El instituto. Pensé en lo que acababa de pasar en el instituto. Suspiré y me puse de pie otra vez, no podía relajarme, así que decidí darme una larga ducha.
Al salir me envolví en una toalla y me senté en frente del ordenador. No sabía ni para qué lo tenía, ni siquiera lo hacía servir. Miré el móvil; más de lo mismo. Justo en aquel momento me llamó Sean y me sobresalté, aceptando la llamada rápidamente.

-Pensaba que estarías en clase.

Sonreí.

-Sabes que estoy en casa por mi rastreador.-Hablé con calma.-Sino no me hubieras llamado.

Escuché una risa floja.

-Es posible.

-¿Querías algo?-Pregunté mirando a la pared.

-Pensé en que necesitarías hablar con alguien de confianza, y porque no te saltarías las últimas clases así por así, era para ver si estabas bien.

Después de pensar unos segundos en si contárselo o no, contesté.

-No estoy del todo bien, por así decirlo.-Hablé mientras buscaba las palabras correctas.

-¿Qué te ha pasado? ¿Te has peleado con alguien? ¿Es Alfred, ha pasado algo con él?

-No, no, simplemente es algo que pasa en mi cabeza, como...-Suspiré.-Duermo poco y supongo que tengo alucinaciones, nada más.

Escuché que suspiraba.

-¿Qué dice Elena?

-Hablé con ella hace unos días y me recomendó ir al psicólogo, así que no más consejos de mi tía.

Volvió a reír y escuché como cerraba una puerta, supuse que era su coche.

-Ya sabes que si te pasa algo, cualquier cosa, puedes contar conmigo.-Arrancó su coche.-Ahora te tengo que colgar, he quedado para ir a comer y ya llego tarde.

-Raro en ti.-Suspiré.-Pásatelo bien.

No se escuchó nada durante varios segundos, supuse que estaría pensando en si decirme algo o no.

-Oye, ¿te recojo mañana del instituto? Así damos una vuelta o vamos a tomar algo, ¿qué me dices?

No podía negarme. Y aunque pudiera, no quería.

-Claro.

-Genial, hasta mañana entonces.

-Hasta mañana.

Separé el teléfono de mi oreja y lo dejé en la mesa.

Llevaba una hora más o menos leyendo diferentes posts en internet; que si toda la verdad sobre la mujer de tres senos, que si toda la verdad sobre la teoría Pixar,... Me informé de cosas que no tenía ni idea de lo que eran. Mi Nokia 225 me había privado de este tipo de cosas en el internado. De repente escuché tres golpes y miré la puerta.

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