Londres (Rita x Ryuunosuke fanfic)

Capítulo 3: "Aroma"

Se sonrojó al verla durmiendo, y se sintió un tanto perturbado por su presencia. Tuvo el impulso de despertarla para echarla del cuarto en un comienzo, pero luego, simplemente se limitó a tomar una almohada e ir a dormir en el sofá; no sin antes, cubrir a Rita nuevamente con una frazada debido al frío que hacía.

En eso, mientras la cubría con la manta, Rita entreabrió un poco los ojos, despertándose.

— Ryuunosuke... ¿eres tú? — preguntó ella con notorio sueño.

— S-sí — se sonrojó y continuó hablando — te quedaste dormida en mi cama... iba a ir al — Rita lo sujetó del torso, rodeando su espalda con sus brazos, y lo apegó contra ella, haciendo que terminara apoyado sobre la cama — ¡¿Q-qué haces?!

— Quédate conmigo... — lo abrazó con un poco más de fuerza.

— ¡S-suéltame, aprovechadora! — Rita no lo soltó del todo, pero lo sostuvo con menos fuerza.

— Te congelarás si duermes afuera — dijo ella intentando convencerlo, mientras acariciaba suavemente su espalda con sus manos.

Pese al incómodo temor que le producía tener a Rita tan de cerca, por alguna razón, las caricias de Rita le resultaban agradables; tanto, que no las soportaba. Le era incómodo verse obligado a admitir, que en realidad le generaron una sensación de relajo, por la suavidad y calidez que le producían.

Se quedó algunos segundos en silencio, sintiendo las caricias de Rita, hasta que se percató de lo evidente que podría resultar que en el fondo, se sentía cómodo con ese abrazo. Una vez pensó en esto, se distanció de ella rápidamente, sin que ella alcanzara a reaccionar para evitarlo.

— Como sea... Deberías ir a dormir a otra parte... ¿no tienes tu propia habitación acaso? — comentó Ryuunosuke, intentando sonar serio y determinado en su actitud.

— ¿Seguro que no quieres que duerma contigo? — Rita lo miró a los ojos, y Ryuunosuke no pudo evitar sonrojarse.

— P-por supuesto que no quiero... de sólo pensarlo... — su rostro se tornó grisáceo, y sintió un pequeño escalofrío que recorrió su espalda. Rita exhaló un suspiro de decepción.

— Está bien... — se levantó de la cama con un poco de frío.

— Bien, ahora... buenas noches — dijo intentando hacer que ella abandonase la habitación.

Rita miró hacia abajo un poco triste. Ryuunosuke lo notó enseguida, pero pronto, aquella expresión de tristeza fue reemplazada por una falsa sonrisa.

— Buenas noches — dijo sonriendo, y caminó afuera habitación, abandonándola.

Ryuunosuke cerró la puerta de su habitación, y se acostó por fin en la cama. Notó entonces, que su cama había adoptado la fragancia identificable de Rita; el olor de su perfume. Por alguna razón, le resultaba agradable olfatearlo, y comenzó a inspirar con fuerza para sentir aquel aroma mientras se acomodaba entre las mantas.

De pronto, tomó consciencia de lo que estaba haciendo y se sonrojó, dejando de olfatear el cubrecama.

— Ella no me gusta... — se dijo en voz baja. Como si el decírselo a sí mismo lograra convencerlo.

Intentó dormir, pero en un inicio le costaba. A partir de mañana, su vida cambiaría en algún sentido. Estaba nervioso. Jamás había viajado a Londres. Le ponía más nervioso aún, el saber que tendría que fingir una vez allá, ser el novio de Rita... ¿qué tendría que hacer para convencer al resto? Al pensar en esto último, comenzó a sentir un poco de pánico. Seguramente tendría que estar siempre junto a ella, fingir palabras dulces, tomar su mano, abrazarla y... besarla... ¡Ciertamente no se sentía capaz!