Londres (Rita x Ryuunosuke fanfic)

Capítulo 25: "Huyendo de todo"

— ¡¿Qué?! — el chico por fin pareció interesado por lo que Maid-chan pudiese decirle.

— Así es... él... ¡Se ha robado su tecnología! Es lo más probable... estuve investigándolo, y se ha hecho publicidad por sus cuentas de internet... ¿Recuerda cuando le dije que él había ingresado en su laptop? Seguramente copió mi base de datos...

— N-no puede ser...

El chico visualizó en su monitor las cuentas de las que Maid-chan le hablaba, y en efecto... mencionaba acerca de una nueva tecnología que había creado, capaz de reproducir inteligencias artificiales complejas. También tenía un video, en el que mostraba un poco de su supuesto descubrimiento, dando a conocer su programa. Ryuunosuke se impresionó por las aparentes semejanzas que este programa tenía con Maid-chan. De inmediato supo lo que había ocurrido... Era imposible que en tan poco tiempo Colin hubiese podido elaborar algo así. Ni siquiera tenía conocimiento sobre inteligencias artificiales. Lo peor, es que Colin mencionó que pronto lo integraría a su proyecto para crear androides... No tenía la menor duda. Colin se había aprovechado de él, había encontrado la forma de adueñarse de su tecnología y llevarse los créditos por todo... las cosas iban cada vez peor para él.

— ¿Se encuentra bien, Ryuunosuke-sama? — preguntó Maid preocupada, luego de verlo en un estado de angustia notable.

— N.... no sé qué hacer — manifestó el chico sujetándose la cabeza, al borde de la desesperación.

— ¡Le dije que no debía confiarse! — exclamó Maid-chan, casi regañándolo — Sabía que ese Colin no era de fiar.

— Yo también lo sabía... pero nunca pensé que... ¡Ese maldito! — exclamó golpeando su escritorio con la palma de su mano.

— Tiene que calmarse — le pidió Maid-chan — Debemos denunciarlo...

— ¿Denunciarlo? — el chico se echó a reír de forma irónica — ¿Estás mal de la cabeza? Jamás ganaría un juicio por algo como eso, nadie me creería.

— Tiene evidencia — insistió ella — Usted tiene la base de datos desde antes.

— Los ricos siempre ganan los juicios... además el padre de Rita debe estar de su lado, y es un hombre muy poderoso... ¡Diablos! ¿Te das cuenta? Deben estar trabajando juntos. Me engañaron, lograron estafarme, son unos desgraciados.

Ambos permanecieron en silencio durante algunos minutos. Quizás analizando qué debían hacer, quizás divagando sobre las pocas probabilidades que tenía, o sobre las consecuencias que tendría simplemente no entrometerse, pero en lo injusto que sería si Colin le viera la cara y se saliera con la suya.

Ryuunosuke sentía muchísima rabia, jamás había sido humillado de ese modo... ni por sus antiguas amistades. Cada vez se le hacía más difícil confiar en la gente. Si no fuera por su familia, sus amigos en Sakurasou y Rita, seguramente habría perdido la cabeza entre toda la desconfianza que sentía hacia las demás personas. Y aquello le había enceguecido... había sido demasiado confiado. Jamás debió mostrarle sus avances al señor Phil, ni a Colin.... ¡Ni a nadie! Sentía tanta rabia, contra las personas, contra la sociedad entera, contra aquel sentimiento global que sobrestimaba la riqueza y el poder. No podía creer lo lejos que las personas podían llegar por dinero. Jamás pensó que su tecnología pasaría a estar en manos de unos pocos que quisieran hacerse ricos a costa suya... si tan solo hubiese sido menos ingenuo...

Tomo un respiro, e intentó calmarse, trató de sacar el resentimiento de su alma, que en ese momento lo estaba haciendo enloquecer, al igual que la decepción que sentía hacia el mundo y sus múltiples injusticias. Se levantó de la silla, e intentó hacer algo que hacía mucho no hacía por recreación... ir a caminar. Avanzó unos pasos hacia la puerta cuando fue interrumpido por Maid-chan desde su teléfono, haciendo sonar una alarma. El chico tomó su teléfono celular y la observó con desgano.

— ¿Qué es lo que quieres? — preguntó el muchacho.

— ¿Adónde irá?

— Sólo iré a caminar... — dijo dejando el celular a un lado.

— ¿No piensa hablar con Colin? ¿No iba a escribirle a George? — Ryuunosuke se detuvo y la miró un momento sin saber qué sentir, luego le dio la espalda mientras se dispuso a contestar.

— ¿Para qué?... ¿qué ganaría? Supongo que perdí... — mencionó esbozando una leve sonrisa irónica — Quizás... ya es tiempo de que vuelva a mi casa, ¿no crees?

— ¿Eh? — Maid-chan lo miró impresionada.

— Bueno, mamá me dijo que podía quedarme allá cuanto quisiera...

— ¿Simplemente se dará por vencido?

— ¡Sí! ¡¿Eso es lo que querías escuchar?!

— No... — respondió Maid-chan — Usted jamás se da por vencido... ¿no le importa que Colin esté ganando dinero a costa de su creación? ¿No le importa que se haya burlado de usted?

— No me interesa... que haga lo que quiera. Después de todo, yo tampoco pensaba ganar dinero a través de mi programa...

— ¿Qué hay de Rita? — preguntó su programa, e hizo que Ryuunosuke diera un golpe a la muralla.

— ¡Olvidemos a Rita! ¿si?

— No puedo creer que se haya vuelto tan cobarde...

— ¡Déjame en paz! — exclamó el chico arrojando su teléfono contra la muralla, y luego salió corriendo por la puerta de su habitación, pasando a chocar con Sorata que se encontraba caminando por el pasillo.

— ¡Auch! — Exclamó Sorata al sentir el golpe, y luego al observar a Ryuunosuke esbozó una leve sonrisa — Oh, lo lamento... no me fijé por dónde iba...

Pero Ryuunosuke lo ignoró, y simplemente continuó con su rumbo hacia la nada, alejándose lo más deprisa que podía.

— ¡Akasaka! — exclamó Sorata desde la distancia, impresionado y algo preocupado por la actitud de Ryuunosuke.

Ryuunosuke corrió lo más rápido que pudo, sin una dirección fija. No sabía qué ocurría consigo, por qué de pronto sintió esa necesidad dentro de sí de echar a correr, aun detestando el ejercicio más que nada en el mundo... y es que seguramente, intentaba huir. Correr deprisa intentando alejarse de los problemas. Pero lo que el chico no sabía, es que no se puede escapar de aquello que está dentro de uno.

No soportó demasiado, su cuerpo debilitado, le hizo detenerse llegando a una plaza cercana. Apenas alcanzó a sentarse sobre una banca. Se sentía completamente exhausto... pero aquello tampoco le distraía. En su cabeza, no había más que preocupaciones, angustias de las que el trote no le había permitido huir. Se recostó sobre la banca sujetando su cabeza. De pronto, comenzó a sentirse mareado, confundido, comenzó a perder la noción del lugar en que se encontraba, y simplemente perdió el conocimiento.