Al salir del hogar de Rita en esa melosa actitud, Ryuunosuke soltó de improviso la mano de Rita, mirando hacia un costado muy ruborizado. En realidad, no quería seguir con aquella farsa... no mientras no fuera necesario.
Rita miró hacia abajo un poco triste durante un instante, pero de inmediato, sonrió una vez más de forma forzada, intentando cambiar su estado anímico, y le habló con dulzura.
— Bueno, hay un lugar muy interesante que quiero que conozcas... ¡vamos! — la chica volvió a tomarlo de la mano, pero esta vez comenzó a tironearlo mientras corría.
— ¡Cuidado! — exclamó el chico intentando seguir su paso para no ser arrastrado por ella.
Corrieron durante varios minutos, hasta que el chico sintió que no sólo su respiración había llegado a su límite, sino también sus piernas. Se frenó inevitablemente, y comenzó a respirar agitado, intentando descansar, haciendo que Rita se detuviera al darse cuenta del estado en que Ryuunosuke se encontraba.
— Deberías hacer más ejercicio — le recordó Rita, mirándolo un poco preocupada.
— ¡Cállate! Ya es segunda vez que me lo dices...
Ryuunosuke esquivó la vista un poco sonrojado, y se sentó en una banca que había a un costado para tomar aire. Miró de reojo a Rita, y se sorprendió al verla a su lado, sin una gota de sudor en su rostro, sin nada que le hiciera pensar que se había encontrado corriendo. Se veía intacta. Por alguna razón, esto le hizo avergonzarse más. Se sentía un poco patético cuando recordaba lo mal que estaba su condición física.
— ¿Cuánto queda de recorrido? — preguntó Ryuunosuke mirando a un costado, en un tono indiferente, restándole importancia a la pregunta.
— Mmm... Diría que unos cuarenta minutos más si nos apresuramos — mencionó Rita pensativa.
Al escuchar la respuesta de Rita, Ryuunosuke pensó que moriría. No podía imaginarse corriendo durante tantos minutos... no en ese estado. Sabría que no lo iba a soportar.
— ¿Qué tal si mejor tomamos un taxi? — preguntó Ryuunosuke, avergonzado por tener que dejar tan en claro su debilidad.
— ¿Tanto te cansaste?
— N-no es eso...
— Eres tan orgulloso... — Rita se levantó de la banca — está bien, vayamos a tomar un taxi.
Ryuunosuke se levantó de la banca también, un poco resignado, y tomó un taxi junto a Rita.
El chico no tenía idea del lugar al que se dirigían, pero quería llegar cuanto antes. En realidad, sentía que necesitaba un momento a solas para sentirse más tranquilo. Aquel día había sido demasiado largo y angustioso para él hasta ese momento.
Cuando comenzaron a aproximarse al lugar de llegada, Ryuunosuke se llevó una gran sorpresa. Aquel sector de la ciudad se veía realmente hermoso, que limitaba con algún gigantezco río. Parecía que ingresarían a un parque, aunque no le sorprendía realmente; Londres parecía después de todo, ser una ciudad repleta de parques. Eso lo había notado desde que llegó.
Bajaron, e ingresaron en un parque hermoso y gigantezco. A un costado, había un gran cartel que decía: "Bienvenidos a Jubilee Gardens"... "con que ese es el nombre del parque", pensó. Miró a su alrededor, y al llevar su vista arriba, logró divisar una gran ruleta que contempló con fascinación por su belleza arquitectónica.
— Esto es...
— Es el London Eye — respondió ella mirándolo de reojo, sonriendo al ver el rostro de fascinación de Ryuunosuke, y volvió a coger su mano — ven, vamos.
Ambos ingresaron, y comenzaron a recorrer el parque.
Cuando finalmente llegaron hasta el London Eye, estaba comenzando a atardecer. Por fortuna, no era temporada de visitas, y no tardaron demasiado en subir a una cabina, pero aun así debían ir acompañados de otras personas más. Esto tranquilizó un poco al chico, ya que le parecía que la situación se estaba volviendo un tanto romántica, y quería evitar ese ambiente a toda costa.
Cuando comenzaron a ascender, la vista era impresionante. No sabía si se debía al atardecer, o a la magia de aquella ruleta, pero cada vez que los ojos de Ryuunosuke se posaban sobre Rita, los colores que aquel romántico atardecer se reflejaban en la chica, la hacía verse mucho más hermosa que de costumbre. Tanto fue así, que durante un momento, se perdió en la imagen de Rita, y no fue sino hasta que sus miradas se toparon, que tomó consciencia de aquello y pudo esquivar la vista.
Ryuunosuke odiaba admitirlo, pero su corazón comenzó a latir con fuerza; todavía más cuando sintió la mano de la chica posándose nuevamente sobre la suya para sujetarla... ¿cuántas veces durante el día habían estado de esa forma? Pero ahora, sin saber bien la razón; como efecto de un acto reflejo, su mano también sujetó la de Rita, y ambos permanecieron en silencio tras este acto, con la vista puesta en la hermosa vista panorámica que les ofrecía la ciudad.
Cuando bajaron de allí, Ryuunosuke se sentía en peligro. No comprendía qué estaba ocurriendo con él, pero su corazón no dejaba de latir mientras se encontraba con Rita. Cada vez tenía menos dudas... de que definitivamente, se estaba enamorando de la chica... Pero, ¿por qué?
— M-mejor regresemos — le pidió Ryuunosuke a Rita cuando bajaron. Tenía miedo de seguir pasando momentos románticos con ella.
— De acuerdo — contestó Rita sonriendo, conforme con aquel instante mágico que ambos compartieron durante esa tarde.
Tomaron un taxi nuevamente, y por el camino el chico iba pensativo, mirando por la ventana mientras intentaba evitar toda clase de interacción verbal con la chica. A decir verdad, después de lo ocurrido esa tarde, estaba comenzando a asustarle cada vez más que Rita se estuviese tomado demasiado en serio aquella relación ficticia. Ya parecían haber engañado por completo a sus padres... ¿Ahora qué seguía?
Pero al recordar la conversación con el padre de Rita, el chico se sentía extraño. Por un lado, existía la tentación de aceptar aquella oportunidad que se le estaba presentando con tanta facilidad... pero por otro, aceptar algo como ello le estaría comprometiendo demasiado con Rita. Y él no podía evitar querer resistirse a esa idea... ¿pero por qué?
Cuando ya estaban cerca de la mansión, Rita volvió a tomar la mano de Ryuunosuke, pero éste, esta vez la soltó de forma impulsiva, y se detuvo un momento, cabizbajo pensando en todo lo ocurrido. Rita lo miró extrañada; sientiéndose sumamente triste por aquella actitud... habría jurado que había tenido avances con él durante esa tarde... ¿Por qué tenía que ser un chico tan complicado? Sin embargo, intentó olvidarlo, y esbozó una sonrisa forzada, intentando interpelarlo para comprender aquella reacción.
— ¿Pasa algo? — le preguntó en un tono amable.
— Dejemos de fingir — comentó Ryuunosuke en un tono frío, mirándola fijamente de manera inexpresiva — No estamos juntos, ¿verdad? Todo esto es una farsa para engañar a tus padres. No es necesario que salgamos como si fuésemos novios, nos tomemos de la mano, ni nada de eso...
— Pero... pensé que...
— ¡No tenemos nada! — exclamó el chico, intentando convencerse a sí mismo de que era así.
Dicho esto, ambos permanecieron en silencio. El ambiente se tornó gris, y un poco doloroso para ambos; aunque cada uno lo camufló a su modo. Ryuunosuke continuó serio, y Rita se limitó a sonreír falsamente, intentando alivianar la situación.
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Londres (Rita x Ryuunosuke fanfic)
RomanceTodo inició como un trato. Rita necesitaba llevar a un "novio" a Londres como excusa, para no comprometerse con los candidatos que sus padres le ofrecían. Cuando por fin logró convencer a Ryuunosuke de acompañarla y fingir ser su novio, muchos inci...