Capítulo 9

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Había sido muy difícil convencer a mis padres para que me dejaran ir, pero al final lo logré.

Así que ahora íbamos en la limosina: Idiota 1 y 2, Fabiola y yo. Los cuatro íbamos vestidos con ropa más cómoda, con pantalón de mezclilla y una blusa o camisa cualquiera.

Iba viendo como dejábamos todo atrás mientras escuchaba esa canción deprimente que tanto amaba. Alguien me lanzó una palomita sacándome de mi momento depresivo.

Volteé y vi a mi amiga que estaba viéndome.

— ¿Qué dijiste? —Le pregunté.

—Te hemos estado hablando y tú solo estás viendo la ventana escuchando música triste como si fuera el fin del mundo.

—Deja mi tristeza en paz.

Ella negó con la cabeza, puso play y música alegre sonó en toda la limosina. Los tres chicos comenzaron a bailar haciendo que el carro se sacudiera un poco. Le arrebaté el control y le bajé el volumen, ya que sentía que en cualquier momento me sangrarían los oídos.

—Estúpida mi tristeza idiota.

Los cuatro reíamos y volvimos a poner la música donde cantamos a todo pulmón.

El chofer bajo la ventanilla y dijo.

—Ya llegamos.

—Muchas gracias Jonh. —Dije alegremente ya que por primera vez iba a viajar sola.

Se estacionó, nos abrió la puerta y bajamos como pudimos, los lentes me los puse sobre la cabeza para no perderlos. Nos ayudó a bajar las maletas, que eran demasiadas...

Nos despedimos del chofer y caminamos hasta el aeropuerto. Un señor nos llevó hasta el avión. En la entrada estaba Sam esperándonos y hablando con el piloto, al vernos nos dedicó una sonrisa.

Tenía un traje azul, con una camisa blanca y lentes de sol.

—Bienvenidos, queridos amigos, vengan.

Nosotros caminamos hasta donde estaba él, saludó a mis primos después a Fabiola y por último a mí.

—Hola Alexa.

—Hola Sam. —Dije.

Le di un fuerte abrazo, que inconscientemente arrugue su camisa por la parte trasera.

—Vaya creo que estas más gordita. —Dijo.

— ¡Cállate, Samuel!

—Haré que no escuché ello.

Le di un golpe en su pecho, mientras él reí y me abrazaba. Nos subimos al avión, al entrar todo era muy fresco: había 10 lugares, baños y aeromozas.

Mi primo se sentó en frente de su novia, mi otro primo se sentó solo.

—Me despiertan cuando lleguemos. —Dijo poniéndose un antifaz, audífonos y una mantita.

Yo me senté enfrente de Sam. Estaba demasiado nerviosa, abrí la cortina para poder observar afuera.

—Sabes, nunca he viajado en un avión. —Admití.

—Tranquila, me encanta ir en avión porque podemos ver las nubes y las ciudades, es como si volarás como un pájaro.

—Bueno yo tengo miedo a que se estrellé, así que...

No logré terminar la frase ya que un anuncio del piloto sonó a través de los altavoces.

—Buenos días tengan todos ustedes, el avión despegará en unos momentos, porque lo que le pedimos que abroche sus cinturones.

Princesa Alexa (PE #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora