Princesa Alexa (PE #3)

Capítulo 6

Me quedé sorprendida por lo que Charlotte me había dicho. Tardé unos segundos en entender lo que me estaba diciendo.

— ¿Qué? —Dije sorprendida.

—Lo que dije, ya no serás amiga de Sam, mi novio.

— ¿Esto es una broma?

—No, esto es real.

La miré con mucho enojo, como se atrevía a venir a mi casa y amenazarme. Trate de calmarme para no decirle cosas que luego me arrepentiría.

—Entonces solo has venido a mi casa, para amenazarme, ¿Quién te crees que eres?

Ella me sonrió y se acercó a mí.

—Soy la novia de Sam y sé que a ti te gusta él.

—De acuerdo ahora estas alucinando, Sam y yo solo somos amigos, entiendes AMIGOS, lo conozco desde la infancia y no dejaré que una niña insegura y celosa arruiné mi amistad con él.

Las dos nos miramos con demasiado odio, ahora entendía porque Fabiola la odiaba.

—Tú no me conoces.

—No, tú eres la que no me conoce en nada, ¿Qué creíste que vendrías aquí y yo dejaría de ser amiga de Sam?, pues estabas demasiado equivocada y sabes no le diré lo que has venido hacer hoy a Sam porque yo a diferencia de ti, no quiero que él sea infeliz, así que no quiero que vuelvas a venir y decirme nuevamente esta estupidez, ahora quiero que te largues de mi casa.

Ella iba a decir algo, pero yo la interrumpí.

—Ya conoces la salida, largo...

Ella se fue sumamente enojada, hasta golpeó la puerta. Cuando ella estuvo fuera yo grité frustrada. Me aventé sobre la cama, sinceramente la odiaba con mi vida.

Tenía una llamada entrante era de Fabi.

Contesté tratando de controlar las lagrimas de rabia que amenazaban con salir.

—Hola Al, ¿Dónde está ella?

—Hola Fabi, la corrí, vino a amenazarme, me ha dicho que me alejé de Sam, ¿Puedes creerlo?

Ella hizo una larga pausa, meditando muy bien sus palabras.

—Sí, sabes que yo la odio.... Así que, si creo que es capaz de hacer ello, pero no le has dado gusto, ¿Verdad?, sigues siendo amiga de Sam.

—Por supuesto, Sam es mi mejor amigo y no dejaré que una niña mimada se interponga en mi amistad.

—Así se habla amiga.

Yo le sonreí sinceramente ella era mi mejor amiga, ella era divertida y siempre lograba subirme el ánimo.

Mi madre decía que ella era idéntica a su madre Romina, de hecho me ha contado que al principio ellas dos no se llevaban bien, después de algo que sucedió las dos se llevaron bien.

—Gracias, sinceramente estoy demasiado enojada, no pensé que ella fuera capaz de hacer eso.

—Te diría te lo dije.... Pero creo que ya lo he dicho con mis comentarios.

Alguien tocó la puerta, era mi madre.

—Te habló luego, adiós.

—Adiós.

Colgué la llamada. Mientras me acostaba en mi cama, ahora no quería regaños por parte de ella.

Mi madre se sentó a un lado mío.

— ¿Hay algo que me quieras decir?

Me rasqué la cabeza.

—No....

—Algo relacionado con Charlotte...

De acuerdo tenía que contarle era mi madre, ella me conocía bastante bien.

—Ha venido para decirme que me alejé de Sam.

Mi madre abrió la boca formando una "O"

—Sam y yo solo somos amigos, después de que me haya dicho eso le dije que no dejaría de ser su amiga y la corrí de aquí.

Mi madre me abrazó.

—Hiciste muy bien, nadie te debe decir que hacer o no y más con tus amistades.

Yo sonreí, mi madre tenía razón nadie me podía impedir ser amiga de Sam.

—Lo sé, no dejaré que me afecté.

—Esa es mi niñita.

Yo la abracé, mi madre era la mejor del mundo. Lo único bueno fue que mi padre no se enteró sino hubiera sido capaz de ir a hablar con los padres de Charlotte.

Mis primos llegaron y comenzaron a dispararse con sus pistolas de juguetes.

—Cuidado idiota 1.

Mi madre me miró sorprendida.

—Las princesas no dicen maldiciones.

Yo reí por dentro, cuando hizo un mohín nuevamente, supongo que otra vez recordó a mi abuela.

—Lo siento es que son unos idiotas.

Mi madre me golpeó en la nuca.

—Auch, eso dolió.

—Ese era el punto

Yo me sobé la cabeza.

—Te dejaré sola con tus primos. ¡Y no más malas palabras bajo mi techo!

Mi madre salió de la habitación con elegancia, inclusive hasta podría llegar a confundirla con una modelo.

—Denme una pistola, yo los derrotaré.

Me dieron una pistola y yo les comencé a disparar, yo siempre había tenido buena puntería y aquí lo estaba demostrando.

Me la pasé toda la tarde jugando con ellos, ellos eran mis primos favoritos, todos eran mayores que yo, además entre ellos se llevaban bien.

Aquí en el castillo eran mis mejores amigos, ellos eran unos idiotas, pero eran mis idiotas, por eso los amaba, porque siempre me hacía reír, además que juntos hacíamos muchas travesuras.

Ese día al final resultó ser bueno, comenzó a llover y comenzamos a jugar bajo la lluvia, yo quería meterme, pero ellos me obligaron a quedarme hasta quedar empapada. 

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