Ahora tenemos que volver cuando yo solo era una niña de nueve años, esta vez era la fiesta de cumpleaños de Sam, en esos años habíamos hecho más amigos, pero mutuamente éramos mejores amigos.
Llegué al patio, vi a muchos niños jugando y comiendo, mi madre me sujetó del hombro antes de correr como loca.
—Ten cuidado, estaremos sentados.
—De acuerdo.
Esto se lo dije más desesperada de que lo quería sonar. Caminé hasta donde estaba Fabiola o como yo le digo Fabi. Estaba sentada comiendo un helado, me llegué y me senté junto a ella.
Fabi era la hija de otra amiga de mi madre, su nombre era Romina, yo le digo tía Ro.
—Hola, Fabi.
—Hola, Alexa. —Me dijo llena de helado.
Metí el dedo en su helado, antes de probarlo. Estaba delicioso era de chocolate con chispas de chocolate.
— ¿Has visto a Sam? —Pregunté.
—Hace unos minutos lo vi entrar al castillo.
Yo solo asentí con la cabeza, después de eso nos quedamos platicando hasta que llegó Charlotte.
Charlotte era una princesa del pueblo, ella está enamorada de Sam, todos le decimos que solo somos niños... Pero ella está convencida de que algún día se casará con él.
—Hola, chicas. —Hizo una pausa. — ¿Han visto a Sam?
—Yo también lo estaba buscando —dije.
Ella me fulminó con la mirada, creía que era una amenaza cuando en realidad solo éramos mejores amigos.
Como si lo hubiéramos llamado, Sam llegó, nos hizo una reverencia y nos dio un beso en la mano.
—Hola, me alegro de que hayan podido venir.
—Hola, Sam. —Dijo Charlotte dándole un beso en el cachete haciendo que se sonrojara. —Te traje este regalo.
Él le sonrió y abrió el regalo, era un reloj de oro, al ver su regalo, me sentí apenada del mío.
—Muchas gracias, Charlie, me gusta mucho.
Ella le sonrió.
—Sam, te quiero presentar a mi hermana, vamos.
Ella lo alejó de mí, antes de que yo pudiera decirle algo.
—Odio a esa tipa. —Dijo Fabiola.
—Yo más.
Charlotte siempre que podía me alejaba de él. La fiesta estuvo tranquila, Fabiola y yo no la pasamos comiendo dulces.
Sam, vino hacía mí y se sentó a mi lado.
—Al fin puedo hablar contigo. —Dijo.
—Feliz cumpleaños, amigo.
Dicho esto, le di un fuerte abrazo. Me gustaba estar aquí y poder estar con mis amigos.
—Te traje este regalo, no es tan bueno como el reloj que te regaló....
—Alexa, sabes que no me importa cuánto gastaron, además viniendo de ti, todo es especial.
Saqué la pequeña caja de mi bolsa, se lo entregué.
Él comenzó a abrirlo en seguida, después de ello, quedó solo una caja, la abrió y sacó el collar con una A.
Era un trébol, ya que él creía que eran de buena suerte, le había puesto mi inicial.
ESTÁS LEYENDO
Princesa Alexa (PE #3)
RomansaSi no has leído los primeros libros léelos c: Podrían contener spoiler.