Rompiendo Tradiciones

Incorrectas situaciones

—Será mejor que esperen aquí. —anunció Draco, mientras que Hermione asentía.

—¿Qué crees que pase luego cuando Sirius vuelva? —preguntó Hermione, soltando un suspiro.

—¿Cómo es que confías tanto en él? Es un mentiroso.

—Ya lo sé, Harry, pero si lo hacía con Malfoy no hubiese ido a traer el libro.

—¿Y cómo sabemos nosotros si no ha escapado?

—Por favor, Potter, déjate de estupideces de niño pequeño. —habló el rubio llegando —. Aquí está. —añadió, tendiéndole a Hermione el libro raído.

—¿Y? —preguntó Harry con impaciencia viendo como la castaña leía y leía pero no decía nada.

—Tendremos que esperar hasta que sea Luna Llena para hacer el ritual.

—¡Genial! ¿Cuándo hay Luna Llena?

—¿Por qué no le preguntas a tú amigo el lobo? Estoy seguro que él debe de tener bastante presente esas fechas. —declaró Draco con burla.

—¡Cállate Malfoy! —exclamó el azabache, fulminándolo con la mirada.

—Harry, ¿Tú crees que Remus deba de saber lo que tenemos pensado hacer? —preguntó la castaña mordiendo su labio inferior inconscientemente, haciendo que rubio se diera cuenta de esto y no dejara de verlos provocativamente.

¡Contrólate Draco! ¡No debes flaquear de esa forma y menos por una sangre sucia! —se reprendió mentalmente alejando dolorosamente sus ojos de aquellos carnosos labios.

—No lo sé, Herms. Pero puede que no esté de acuerdo con esto y...

—De todas formas, cuando Black vuelva deberá de verlo, ¿no? ¿O es que lo van a tener escondido por siempre?

—En eso Malfoy tiene razón, Harry. —apoyó la castaña.

—En todo caso mañana hay Luna Llena.

—¿Cómo sabes eso, hurón?

—Vengo de una familia que estudia con frecuencia la Astronomía, cara rajada.

—Bien, entonces mañana debemos estar listos para traer de vuelta a Sirius. —declaró la castaña antes de añadir —¿Dónde haremos eso? No podemos hacerlo en el castillo.

—¿Que tal en el Bosque Prohibido? —opinó Draco.

—Es la opción más favorable.

—Entonces mañana a media noche nos veremos en la entrada del Bosque. —finalizó el rubio, antes de dirigirse nuevamente a su sala común.

~°~

Mientras en el baño de Prefectos.

—¡Maldita sea, Weasley! ¡Tú y tu estúpida bocota! —exclamó Pansy molesta, mientras sacaba el cuerpo del pelirrojo de la bañera y se disponía a tapar su miembro con una toalla antes de que le dieran ganas de arrancársela por imbécil —. ¡Maldición, pesas como un elefante!

La azabache sin saber precisamente que hacer, tomó su ropa con repulsión y comenzó a vestirlo mediante magia antes de devolverlo a su estado de idiotez... Su estado normal.

—¡Enervate! —articuló apuntándolo con la varita, haciendo que el pelirrojo diera un gran brinco y comenzara a tocarse de forma que sintiera que estaba completo y sano.

—¡¿Qué demonios me hiciste?! ¡¿Me usaste?!

—¡QUIERES DEJAR DE DECIR ESTUPIDECES Y ESCUCHARME POR UNA MALDITA VEZ! — bramó iracunda.