capitulo 8

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Ya era de día, me desperte en la cama de Ángel, me estaba acariciando el pelo. Me desconcertaba cada día más. Haber ¿El no era el que no quería contacto físico con nadie? Solo el que le diera a el placer. Tampoco dormía con nadie, Cris me dijo que el cuando se tiraba a una chica luego le hechaba. Me desperté soñolienta.
-¡Mierda! Tenemos clases. -Me levante de golpe y me quede sentada en el borde mientras me arrastraba para bajarme.
-No vamos a ir.
-Vamor a ir- No iba a faltar a clase por que Ángel no quisiera.
-Mmm...
-¿Qué?
-Ven anda. -Me cogio de la cintura y me coloco a su lado.
-Tenemos que desayunar...
-¿Otra excusa?
-Eh?
-Se que no desayunas, no te gusta, bueno solo un zumo de melocotón y si te da la picotá una tostada con manteca colorada.
-¿Pero que? Como lo sabes?
-Bueno... me lo ha chivado tu encantadora compañera.
-La voy a matar. -Se empezo a reír. Osea vale, se lo ha chivado Cris, ¿Pero por que el lo quería saber? Osea me odia, bueno vale me ha salvado de mi padre y me ha besado alguna que otra vez, pero se que para el no tenía el mismo significado para mi. Sacudí la cabeza, nono, para mi tampoco podía significar nada para mí o lo lamentaría. Pero cuando me miraba con esos ojitos y me sonreía de esa manera que me venían todas las barreras abajo. Le acaricié la mejilla lentamente, me agarró la mano.
-Losiento.- Fracaso total, ya volvía a ser la pesadilla andante.
-No, no, losiento yo.
-No importa, voy a desayunar. -Me deshice de su mano y me levanté, me dolía mucho el muslo pero no iba a decir nada, fui cogeando hacía la escalera. Oh escalera, la que iba a liar para bajar. Me agarré de la barandilla y baje poco a poco. Estuve a punto de caerme, me mareé en los ultimos escalones. Mire hacía los lados. ¿Dónde estas cocina? La ví, era más grande de lo que imaginé. Abrí la nevera y cogí un zumo de melocotón y uva. No tenía hambre, con esto tendría suficiente hasta llegar a la residencia y allí ya comería. Había metido la pata hasta el fondo, lo sabía. Me sente y me bebí el zumo, sentí un escalofrío, estaba demasiado frío. Lo deje encima de la mesa y enterré la cabeza en mis rodillas. No se por que, pero me temblaba el labio inferior, no jodas, no quería llorar. Por que cojones me tenía que molestar que me haya rechazado. Suponía que era verdad lo de Cris, no le gustaba que le tocaran, pero ayer si se dejo tocar. No lo entendía, seguro que sería por que me vio mal.
-¿Estas bien? -No me había dado cuenta de que estaba ahi, y mucho menos que estaba temblando.
-S-sí...Solo quiero irme a la residencia. -Me castañeaban los dientes, no entendía por que, no hacía frío, es más, hacia calor.
-Mirame.- Me sequé las lagrimas, no sabía en que momento había empezado a llorar. Le miré, bueno en realidad no le miraba a él, miraba a la pared.
-¿Qué? -Me temblaba la voz, mi voz como no me traicionaba de nuevo.
-No llores- Me abrazó.
-No, no, no me abraces. -Me intenté deshacerme de sus brazos, pero tenía demasiada fuerza. Me acercó a su pecho, le latía rápidamente.
-¿Por qué no quieres que te abrazé? ¿Por que no te quitas todas esas barreras?
-No quieres que te toqué, pues tampoco quiero que me toques. -Me temblaba la voz, estaba aguantando las lagrimas. La única que me había visto llorar había sido mi madre.
-No es eso, es que no quiero ataduras con nadie.
-¿Y por que no me sueltas joder?
-No quiero soltarte. -Quería irme de aquí, enterrar mi cabeza en la almohada. Le golpeé el pecho, y me solte de sus brazos. Me agarro de las muñecas, empujandome hacia atras, tumbandose encima mía.
-Me podras pegar lo que quieras, pero nunca te libraras de mi, nunca.
-En cuanto diga la palabra compromiso huiras. -Me callo con un beso, largo, dulce, apreté los puños. Me agarró con una sola mano, con la otra mano empezo a acariciar mi muslo lentamente. Le escuché gruñir, yo ya me había calmado.
-¿Te puedo preguntar algo?
-No, no y no, no te la pienso chupar.- Tenía sus labios pegados en mi cuello.
-Suena tentador, pero no, desgraciadamente no.
-¿Entonces? -Estaba roja como un tomate, me moría de la verguenza.
-¿Has visto alguna vez alguna? Osea has tocado alguna o algo?-Negué con la cabeza. Acerco sus labios a mi oido.
-Me pone que seas virgen, que nunca hayas hecho nada de nada. -Me mordí el labio para no reirme. Me mordio el labio, atrayendolo hacía el.
-No te muerdas el labio, para eso estoy yo. -Le cogí del elastico de sus boxers.
-¿Puedo? -Me mordí el labio inferior,esta vez lentamente.
-¿Sabes?
-Oh claro que no, pero tu me enseñaras.
-Esta bien. -le baje los boxers lentamente. Me cogió la mano y la puso en su polla.
-Deslizala de arriba abajo, mira asín. -La empezo a deslizar lentamente, subiendo y bajando.
-Ahora tu sola. -Asentí con la cabeza. La cogí y empeze a descender y ascender, cada vez más rápido.
-Ve mas despacio.
-Losiento. -Baje un poco de velocidad.
-Madre mía...-Se paso la mano por el pelo. Me agarró de la camiseta y me atrajo hacía el.
-Besame...por favor. -Le bese lentamente, gimió en mi boca. Le quite una gotita de la punta, siguiendo subiendo y bajando.
-Ve parando. -Le hice caso y fui parando lentamente, sentí algo caliente en mis manos. Me beso dulcemente, era raro, nunca me había besado asín. Cogió un pañuelo que había encima de la mesa y me limpio las manos, después el se limpió.
-Guau.
-¿Que? ¿Lo hice mal?
-No, no, es solo que es la primera vez que me corro así, sin que me la coman. -Le sonreí tiernamente y cerro los ojos.
-Voy a ducharme, estoy pegajosa.
-¿Puedes ir sola?
-No -Hice pucheros. -Se levanto y se puso los boxers. Me alzo en brazos y me llevo al cuarto de baño.
-Pero no tengo que ponerme...
-Ropa interior hay en la habitacion de mi madre, hay de todos gustos colores y tallas. -Y ninguno de la misma chica, estoy segura.
-¿Me llevas? -Me llevo a un cuarto y busque alguno de mi talla, encontré uno, era de color negro con una cremallera en el medio. Busque otro, era demasiado atrevido. No había ninguno, esto de tener pocas tetas tenía sus problemas. Cogí unas bragas negras, era la parte de abajo, tenía una cremallera también. Esto debe de ser una broma.
-¿Dónde esta mi ropa?
-Lavandose.
-Bueno...¿Me dejas tu camiseta?
-Sí, claro. -Me llevo al lavavo. Me metí en la ducha y me duche. Ángel me estaba mirando desde la puerta, pero no me dí cuenta. Me envolví en una toalla, me puse las bragas y el sujetador hice una mueca, era demasiado provocativo, almenos esperaba que fueran de mentira las cremalleras. En ese momento entro Ángel, estaba de espaldas hacía él. Me agarró por detras.
-Te queda genial. -Me puse colorada.
-Dame la maldita camiseta ya. -Me tapé con la toalla. Me daba verguenza que me viera desnuda y menos él, mirandome y comparandome con otras.
-No te tapes, estas buenisima.-Le quite la camiseta de mala gana. Me la puse rápidamente para que dejara de verme. Me alejé de el cojeando, tenía hambre. Me agarró de la muñeca antes que pudiera salir.
-¿Dónde vas?
-A comer, tengo hambre. -Me cogió de nuevo, esta vez tenía mis piernas alrededor de su cintura. Tenía la sensación de que me estaba tocando el culo, pero no me queje. Tenía mi cabeza en su cuello, pero sin rozarle.
-¿Que quieres comer?-Me sento en la mesa de la cocina.
-Me da igual. -Saco arroz, luego tomate frito y huevos. Empezó hacer arroz a la cubana, mi comida favorita.
-Tu comida favorita. -Le mire mal.
-Te lo han chivado.
-Sí. -Se empezo a reír y comencé a comer en silencio hasta terminar. Me levanté y deje el plato en el fregadero. Me acaricio el pelo, apartandolo hacía un lado.
-Mm...Ven. -Me llevo a una habitación un poco rara, había una piscina pequeña, no,no era una piscina, era un yacuzzi. Me quedé mirando la habitación era preciosa.
-Nunca traje a nadie aquí, tu eres distinta.
-¿No has traido a nadie aquí? -Me quite los zapatos y me senté en el borde. Se quito la camiseta blanca y sus típicos vaqueros. Se metió en el agua.
-Metete. -Me cogió de las caderas y me ayudo a meterme. Me metí en el agya y le sonreí timidamente. Me quito un mechón de pelo de la cara, suspiré.
-¿No sera mejor que te quites la camisa?
-Me da verguenza. -Puso una de sus sonrisas malvadas, me beso el cuello lentamente.
-Ángel... -Me mordí el labio lentamente. Me quito la camiseta lentamente, acariciando todo mi cuerpo, me beso acariciando su lengua contra la mía. Me subio encima del bordillo. Acariciandome cada lugar de mi cuerpo, desde mi mejilla hasta la rodilla. Se detuvo al comienzo de mis bragas, abriendo la cremallera. Pues no,no era de adormo. Sentí sus calidos dedos,deslizandose hasta llegar a mi parte sensible. Lo pellizco levemente, luego enpezo a deslizarlo de arriba abajo.
-Ángel-Gemí. Le agarre del pelo tirando de las raices del pelo.
-N-no hagas eso.
-¿Te pone verdad? -Me reí, empezo a mover sus dedos más rápido, se me arquearon las piernas. Me mordí el labio, acerco su rostro al mío, le mordí el labio inferior, apretando más de las raíces del pelo. Volví a gemir y se me nublo la vista. Me beso lentamente la mandibula.
-Me encanta verte asín. -Saco sus dedos y se los metió en la boca. Le mire fijamente a sus preciosos ojos azules.
-¿Te llevo a la residencia?
-Claro vamos.
-Che, te tienes que vestir antes.
-No, me ire asín.- Me levanté y me dirigí cogeando hacía la puerta. Me cogió de la muñeca.
-Nadie te va a ver asín, y menos desnuda cuando yo ni te ví asín.
-Me vestiré.-Me puse la ropa de ayer ya limpia y seca. Nos dirigimos a la residencia andando, puse mis manos en los bolsillos hasta llegar a la residencia.
-Gracias por traerme, Ángel.
-Denada, ¿Como vas con tu pierna?
-Bien, bien, bueno adios. -Le sonreí tiernamente. Me dirigí a la residencia, tenía sus ojos clavados en mí. Llegue a la residencia y allí estaba Cristina.
-¿Dónde estabas? No dormistes anoche aquí y tampoco fuistes a clase.
-Bueno, no teníamos ganas de ir a clase.
-¿Teniaís?
-Angel y yo.- Le tuve que contar todo lo que paso, bueno todo todo no, omití algunas cosas.

Mi Perfecto DesastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora