Capitulo 4

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Me desperté rezando que Ángel no se acordara del beso, me lo hecharía en cara, bueno se lo podía hechar yo en cara por que fue el quien me beso. De duche lentamente y me vestí con unos shorts tejanos y una blusa rosa con volantes, no tenía muchas ganas de mirar que ropa ponerme. Me dirigí al comedor para desayunar, heche un vistazo rápido para ver si Ángel estaba por aquí. Bingo, estaba con un grupo de chicas, tampoco me extrañaba. Me senté en un mesa donde no habí nadie y cogí un zumo de melocotón. No solía desayunar, como mucho un zumo y era ya demasiado. Sé que dicen que es la comida más importante del día y bla bla bla pero para mi no. Terminé de desayunar y me fui para las clases, las primeras iban sido un aburrimiento hasta llegar a mates, donde estaría mi pesadilla andante.
-Hola- Me sonrió mientras se sentaba a mi lado, le ignoré.
-He dicho que hola- Seguí sin mirarle y sin contestarle. Escuché un golpe la mesa y me asusté. Le miré y vi que me miraba fijamente.
-¿Podemos hablar?- Vi que se le dibujaba una sonrisa.
-No, estoy ocupada haciendo mates.- Me miro mal y me mordí el labio para no reirme. Se acabo la clase y con tal de no hablar con el me fuí corriendo hacía mi habitación. Solté las cosas y me dirigí a las duchas. Cuando volví a mi habitación Ángel estaba en la cama de Cristina.
-¿Que haces aquí?-intente que mi voz sonara amenazadora pero como no mi voz sono lo mas dulce posible, me maldije a mi misma. Meneo las llaves delante mía.
-Espero a cris.- No le conteste y note su mirada observandome de arriba abajo, me acordé de que estaba en toalla y no es que tapara mucho.
-Esto... ¿Te puedes girar?
-¿Eh? ¿Que?-Se empezo a reir.- No te voy a mirar, he visto cuerpos mejores- Golpe bajo, gracias señor pesadillas.
-Pues tienes dos opciones, te giras o te vas.- Vi que se giraba y se tapaba los ojos. Aprobeché y me vestí rápidamente no me fiaba de el nada.
-¿Ya?
-Si- Le hable secamente, que me haya besado no significa que le vaya hablar borde. Bueno,vale, lo admito, no se hablar borde, hago el intento, el sería el ratoncito de laboratorio. Se giro y me miro de arriba abajo. Me senté en mi cama, y cogí varios apuntos que me sonaban a chino, en vez de llamarse mates, deberían llamarse chino, o incifrable. Empeze a hacer mis queridisimos problemas, cosa que nunca entendí, ni de pequeña. Se acercó ami y me quito los apuntes.
-¡Eh! ¡Damelo!- Me maldecí por ser tan bajita, solo medía 1'56 y seguro pasaba el metro ochenta.
-Cogelo- Alzo más los apuntes. Me las pagaras, te juro que me la pagaras. Se me ocurrió una idea, almenos esperaba no caerme de la cama. Me subí encima de la cama, eso me daba unos centimetros más, sino llegaba saltaría, me vinierón recuerdo a la mente y me quede quieta un momento y sacudí la cabeza. Alzé las mannos para cogerlo pero seguía sin llegar. Le mire mal, estaba preparada para saltar cuando lo solto y me fui arrodilar para cogerlo, pero Ángel me cogió de la cintura y me puso contra la pared vi que sus ojos se depositaron en mi boca y luego en mis ojos. Pero esta vez no iba a ceder, no le podía besar más, el tenía algo en los labios que lo hacía demasiado apetecible. Se acerco lentamente amí y me volvió a besar, lentamente, un cálido beso, tenía los labios demasiado cálidos. Sentí como su lengua se abría paso entre mis labios, accedí a su dulce lengua. Creo que en vez de lavarse los dientes con dentrifico se los lavava con chocolate, sabía a chocolate. Sentí sus manos subiendo y bajando por mis caderas, se me pusierón los bellos de punta. Me quito la camiseta tirandola a la cama, quise taparme pero no me dejó. Le quité la camiseta, sentí un gran calor por dentro, tenía varios tatuajes, en el pecho tenía un dragón en blanco y negro. Sigió besandome apretandome contra él, me separé de sus labios.
-Ángel...-Intente hablar pero me volvió a besar tragandose un gemido. ¿No se daba cuenta de lo que el me hacia sentir? Negó con la cabeza.
-N-no deberíamos hacer esto...- Pude hablar al fin. Sentí sus labios en mi cuello, gemí. Asín no podía pensar con claridad.
-Sabes que te encanta...-Me dijo besandome la mandibula.
-N-no podemos hacer esto...-Negue con la cabeza y el sonrió. Me beso de nuevo el cuello y bajo hacia mi pecho. Tenía un sujetador negro, normal no de los que el estaba acostumbrado. Le agarré del pelo agresivamente y estampé mis labios sobre los suyos, se volvió a tragar otro gemido. En ese momento entro cristina.
-¿Interrumpo?- Noté como Ángel le fulminaba con la mirada, me solté de él y me puse corriendo la camiseta. Ángel le susurró algo al oído y se fue. Cristina me miró con una de esas caras de: Quiero todos los detalles con pelos y señales.

Mi Perfecto DesastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora