Capitulo 2

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El fin de semama se paso rápido, Cristina estuvo durmiendo la mona. Al llegar a clases de matematicas me sente en primera fila, un chico se sento al lado mia, haciendo mucho ruido, en verdad era el unico asiento vacio. Me giré para saludar a mi compañero, pero claro de todos los chicos tenia que ser el. Resoplé a ver que era Ángel.
-Venga ya... ¿Es un broma verdad? Por que si es una broma es de muy mal gusto.
-Era el único sitio vacio, no te motives, ni por asomo quería sentarme al lado de un mojigata. Le miré de reojo, una de esas miradas asesinas. Levanté la mano.
-Profesor...¿Puedo cambiarme de sitio?- El profesor nego con la cabeza, definitivamente esta iba ser la peor clase y ese profesor me la iba a a pagar.
-¿Tan mal te caigo?- Me pregunto, sin mirarle le contesté.
-Sí, me caes fatal.- Le mire a los ojos, tenía unos ojos preciosos. Aparté la mirada rápidamente.
-¿Por que no me miras a los ojos?-¿Que por que no le miro a los ojos? Tiene unos ojos preciosos, me extrañaba que se tirara a tantas chicas,con esos ojos cualquiera caería rendida a sus pies, todas menos yo.
-Costumbre.
-¿Estas acostumbrada a no mirar a los chicos a los ojos?
-Estoy acostumbrada a que nadie me mire, asin que deja de mirarme me pones nerviosa. Escuche su risa, pero hize como si no lo hubiera escuchado. Lleguea mi habitación, Crisyina ya estaba allí, buscando ropa.
-¿Te vienes de fiesta el viernes?
-No soy de fiestas...
-Porfavor...
-Esta bien, iré.- Al parecer le hizo mucha ilusión, empezo a saltar de alegría, ¿no era para tanto verdad?
-Bueno, me voy.- Se dispidio mientras de acercaba a la puerta.
-¿Donde vas?
-Quedé con unos amigos.- Esperaba que esos amigos fueran mucho mejor que Ángel. Aunque pensandolo bien, si Ángel estaba con ellos, no me daria por saco. Cuando ella se fue me dirigi al cuarto de baño, empeze hacer burbujas en la bañera y me metí. Eso me relajaba, aunque fuera para niños pequeños. Al cabo de una hora salí, me puse el pijama, eran solo las 5, pero no tenía intención de salir. Me puse hacer los deberes de chino, quiero decir de mates, pero sonaban a chino. ¿Para que ibamos a necesitar eso el día a día? Escuche la puerta que se abría, supuse que era Cristina y ni me gire para ver quien era. Se sentó al lado mía.
-¿Que haces?- Me sobresalté.
-Deberes.- Le respondí secamente. Me miro de arriba abajo e instintivamente me tape. Llevava un camisón de color pastel, se ceñia demasiado a mi cuerpo razón por la que no me gustaba. Tampoco es que me gustara mucho mi cuerpo, y me gustaba aún menos que me miraran.
-Cristina no esta, asin que te puedes ir.
-Lose...solo vine a preguntarte si ibas a venir el viernes a la fiesta.- Resoplé, el sabía lo de la fiesta, lo que significaba que el iba a estar.
-Si, voy a ir. -¿Algun problema?-
Nego con la cabeza y me quede callada, seguí haciendo mates.
-Deberías irte.- Le dije de golpe.
-¿Por que?
-Espero a alguien. Le menti descaradamente pero se lo trago, o hizo que se lo creia. Me ponía demasiado nerviosa tenerlo cerca.
-Ah, bueno, sera mejor.-Se fué dejandome sola a mí y a mis pensamientos.

Mi Perfecto DesastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora