Me he puesto mi propia trampa.
He colgado tu corbata favorita a la cortina de la ducha para que sea lo último que recuerde.
La ducha está llena y el jabón rebosa.
Me meto y el agua sale como saliste tú por la puerta, corriendo.
Y ¿qué quieres de mí?
Si te di todo lo que tenía.
Me dejaste cuando más te necesitaba.
Porque claro, ¿a quién le gustan los problemas? Por eso huiste de ellos. De mí.