¿Y si te tragas el orgullo?
¿Y si dejas de comportarte como un capullo?
¿Y si dejamos la rutina?
Dejas de odiarme y dejo de odiarte,
Dejemos de ponernos por qués y líneas de frontera como si de verdad pudiésemos besarnos sin ir más lejos.
Volvamos a no dejar las cosas a medias, mejor quítamelas.
Que yo sólo me pongo vestidos por ti, y me desvistes tú.