No paro de vomitar.
Mis dedos quieren seguir adelante con la misión de estar atorados en mi garganta toda la maldita tarde.
Solo piensan salir si vienes a decirme que todo está bien, que lo sientes, y que me quieres.
Vuelve.
La báscula indica 10 kilos menos y mi cama lleva sin hacer estos días, quiero que huela a ti, que vuelva a ser lo de antes, que suene música de fondo mientras las peleas solo son de almohadas y lo que se oye son nuestros: 'te quiero'.