Mi pecho se siente vacío, vulnerable, jodido.
Ni la maldita botella me quita el sabor amargo que dejó tu despedida,
Vuélveme a mirar los labios,
A tumbarme en tu cama y hacer un camino hasta mi clavícula, parar.
La línea que nos detenga sea de mi tanga.
Vuelve a casa, a la cama, a volver a hacerme soñar, no me vuelvas a dejar.
No vuelvas a decirme que me quieres, ni a subirme a las nubes, si luego piensas tirarme cual cigarrillo usado por tus labios.