Día treinta y uno sin ti:

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¿Y para qué, eh?
¿Para qué quiero un tío que me quiera a medias, que me deje con las ganas?
¿Para qué?
Pudiendo ser libre, libre de precintos y corazones rotos que andan quebrándose por el andén de unos poemas sin terminar y promesas sin cumplir.
¿Para qué hacer daño a alguien que te lo da todo?
¿Para qué, joder?

70 días sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora