Día treinta y nueve:

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No has vuelto.
El pestillo sigue echado y pienso acompañar a mi cama hasta que tú vuelvas a separarnos.
Tus sábanas blancas no han vuelto a tener contacto con mi cuerpo y tu almohada ya no sujeta mi cabeza.
Las ganas que te tenía se han vuelto más grandes.
Estamos tan lejos, todavía.
Tan estúpido como cuando gritas en un lugar vacío y nadie te escucha.
Caí al precipicio sin mirar tus ojos,
Otra vez,
Se veían tan bonitos,
Tan tú,
Tan todo,
Tanto como nadar cada mañana en tus ojos café.

70 días sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora